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Chapter 119 - Día 107

Cuando desperté, todavía llovía a cántaros. Siendo así, no tuvimos otra opción que pasar el día en la cueva. Por suerte para nosotros, la cueva era bastante amplia y espaciosa. Después de un rato reformándola para adaptarla a nuestras necesidades, la dejé perfecta.

En mi inventario tenía comida suficiente como para alimentar a todo el grupo durante

una semana, así que la comida tampoco iba a ser un problema.

La lluvia se detuvo a media tarde, pero poco después empezó a nevar. El viento era bas- tante fuerte y, debido a la lluvia anterior, las carreteras estaban en malas condiciones, por lo que continuar era una mala idea.

Así pues, también era lo mejor para las hermanas tomar otro día para recuperarse y pasar tiempo con sus hijos.

Mañana, el tiempo debería de mejorar.

Después de haber tomado esa decisión, Herrera-san y yo decidimos matar el tiempo haciendo una variedad de actividades... Dhammi-chan comenzó a leer algunas de sus novelas a Principesa. Pelirroja empezó a entrenar con Ardiente-kun y Caballerito. De vez en cuando, Principesa se tomaba un descanso de la lectura para entrenar también. Herrera-san sacó sus herramientas y comenzó a trabajar con algunas piedras espiritua- les. Me guiñó un ojo, lo que me pareció muy lindo. Alquimista-san sacó su propio con- junto de utensilios y empezó a desarrollar algunos medicamentos nuevos. Las hermanas estuvieron con Auro y Argento, aún dormidos, por lo que no les dije nada. En cuanto a mí, salí de la cueva, solo...

Dejé los dos señores vigilando la entrada de la cueva y la señora ayudando a atender a las hermanas con Dhammi-chan, por si necesitaban algo.

Quería cazar, porque realmente no tenía nada mejor que hacer. La ubicación donde de- cidí cazar monstruos fue la «Cordillera Montañosa». Puesto que repetía el camino que ya tenía en mi mapa por haber explorando la zona antes de avanzar, pensé no habría ningún problema en hacerlo.

Avanzaba a través de la tormenta de nieve sin mucha dificultad. Llevaba puesto un poncho impermeable y los pantalones de la piel del coccorón que compré en la Trient, la ciudad-fortaleza, que eran muy resistentes al agua. Activé [Anulación de daños por frío], [Resistencia acuática] y [Resistencia completa al viento].

El temporal apenas me afectaba. Además, siendo un ogro, imaginé que no tendría gran- des problemas de todos modos.

Normalmente, encontrar una presa podría llegar a ser difícil en este tipo de entorno. Sin embargo, utilizando [Sensor de Presencia], puede detectar rastros y pistas para locali- zarlos. Primero quise rastrear a los animales que se escondían de mí.

El primer conjunto de pistas que encontré eran del oso que había destruido antes en la cueva donde estaban todos. El oso no estaba muy en forma para comerlo, y no me que- daba por obtener ninguna habilidad de su especie.

Después de eso, hubo un par de pistas que me condujeron a una cueva cercana. En la cueva había un par más de osos, un macho y una hembra. Ella estaba visiblemente em- barazada.

El macho enseñó sus colmillos en mi dirección en un intento por defender a su pareja e hijos. Normalmente habría terminado con todos ellos y me los habría comido, pero al haberme convertido en padre recientemente, dudé de si matar a la mujer embarazada o no. La hembra no huiría si mataba al macho.

Realmente no me apetecía, así que fingí no ver la cueva. Puedo seguir fácilmente a estos osos, no sería difícil encontrar varios más. Aunque debo decir que el oso macho me incitó a atacarle. No habría sido culpa mía si el macho hubiera decidido abandonar a su pareja para tratar de vencerme. Sin embargo, cuando hizo el amago de atacarme, inconscientemente usé [Intimidación del Más Fuerte].

El macho se detuvo y se retiró hacia la cueva.

Ahh, supongo que hay que valorar la vida que se tiene.

Después de buscar en la nieve por un rato, me encontré con otro oso —en esta ocasión, solo un macho. No tuve ninguna misericordia. Decidí que no volvería a usar mis habi- lidades y preparé mi alabarda.

A pesar de que fuera inferior al Señor del Bosque, sus cuatro brazos eran bastante mo- lestos y potentes, por lo que fue un oponente apropiado.

Al final, le corté los brazos uno por uno, luego le corté la cabeza y me lo comí todo.

Habilidad [Erizar] aprendida

Miré hacia las montañas a lo lejos, buscando mi siguiente presa. Lo siguiente que encon- tré fue algo parecido a un ciervo, un monstruo de unos cinco metros de estatura.

Era de color blanco puro con los músculos muy desarrollados, como los de un leopardo. Si bien tenía el aspecto de un ciervo, obviamente era un carnívoro. Era altísimo y emitía el aura de un ganador.

En cuanto al resto de sus características, era todo enorme, similar a un gigante. Estaba cubierto de pelo blanco que despedía un débil resplandor por la nieve y los ligeros rayos de la luz del sol que caían sobre él.

Era como si el propio cielo estuviera afirmando que esta bestia era divina. Como si se

tratara de la pintura de un espíritu majestuoso.

Sin siquiera ver a la bestia de frente, estaba seguro de que se trataba del jefe de la «Cor- dillera Montañosa». Era el más grande de la raza de gigantes [Fomorianos], la encar- nación viviente de la tierra. Me dijeron que los fomorianos son unos seres más fuertes que cualquier monstruo jefe normal del rango bosque o montaña, que se encuentran por encima de todos ellos.

A descubrir esta gran bestia, supe que tenía que luchar contra él sin importar las conse- cuencias. Justo ahora, que empezaba a poseer casi trescientas habilidades.

Mis sentidos y mi cuerpo mejoraron mucho, iba vestido con el [Prestigio del Oso Rojo (Bestia Rey)], y luchaba con mi alabarda y la Shuyari. Con todo esto, me di la vuelta para enfrentarme a la gran bestia.

Lo mejor hubiera sido matar a la bestia al instante, pero en el caso que no fuera así, iba a tener que usar todo lo que tenía para sobrevivir. Se trataba de un oponente contra quien no tenía casi ninguna posibilidad de ganar. Su sola presencia estaba a ese nivel.

Aumenté mis posibilidades de ganar a un 30%. En otras palabras, puse mis posibilidades de ser asesinado a un 70%.

Mis posibilidades de ganar contra el señor del bosque cuando era un goblin eran más del doble de las posibilidades de ahora. Rebosaba sudor frío, la premonición de la muerte barría todo mi cuerpo. Pero esto era algo que debía hacer.

La bestia blanca me vio por el rabillo del ojo. Sacudiendo su cabeza de lado a lado, así como sus cuernos, cayó al suelo con un ruido sordo. La acción me dejó perplejo y, en aquel momento, perdí la concentración; gran error.

Entonces, antes de que pudiera darme cuenta de mi error, la gran bestia golpeó de re- pente el suelo, haciéndolo temblar y haciéndome caer de bruces. En un instante, la gran bestia se elevó sobre mí. Mi corazón se hundió.

Me miró fijamente durante un momento. Luego, empezó a huir rápidamente hacia la

distancia.

Yo no entendía por qué, pero me había dado una segunda oportunidad; tenía que forta- lecer mi vigilancia aún más.

Busqué sus grandes cuernos y comencé a perseguirlo.

Corriendo tras el ciervo blanco, agudicé mis sentidos al máximo. Me moví tan rápido como pude, pero en un solo salto, él sacudía la tierra y se ponía a decenas de metros de distancia.

Tal velocidad era extraordinaria. La persecución continuó como si no fuera a terminar nunca, pero entonces la bestia activó una habilidad, como si estuviera cansada de huir de mí.

Ninguna de mis habilidades de detección de trampas, a excepción de [Intuición] se ac- tivó, advirtiéndome de que estaba a punto de morir. En ese momento, no tenía otra opción. Fui yo quien huyó.

Pero mi fin nunca llegó. Me di la vuelta para ver la gran bestia, que simplemente me

miraba en la distancia. Derrota total. Perdí sin siquiera dar un solo golpe.

Por lo menos, iba a ser capaz de volver con mis hijos. Decidí que les iba a darles los cuernos a ellos como regalo, yo no tenía derecho real a comerlos ya que había perdido la pelea.

Con eso, empecé a caminar por la montaña para encontrar algo más que cazar. Mientras caminaba, me encontré con un limo blanco merodeando por la nieve.

El limo tenía tonalidades de gris. Alguna especie de sistema mágico había aumentado su dureza y había hecho que fuera más difícil de golpear. También era resistente a los ataques físicos.

Me pregunto qué clase de resistencias tiene esta especie.

Pensando en ello, le eché otro vistazo. Ni siquiera traté de matarlo, solo me agaché y me lo bebí como gelatina. Lo único que me aportó fue una mejora de mi resistencia. Una lástima. Pero ya era hora de volver a casa.

En mi camino de vuelta, escuché un leve ruido mezclado con el sonido de la tormenta de nieve. También pude detectar vibraciones menores en el suelo. Desde la distancia, estos impactos parecían bastante intensos.

Afiné mis sentidos y decidí ir en la dirección de los sonidos y las vibraciones. Soy bas- tante curioso, después de todo.

Conseguí llegar cerca del origen, las vibraciones se intensificaron y pude distinguir claramente los sonidos de una batalla. Al parecer, alguien estaba luchando contra algo. Tomando la mayor precaución, decidí acercarme más. Necesitaba ir con cuidado en caso de que tuviera que retirarme. No sabía qué tipo de batalla era, si se trataba de un campo de batalla entre dos partes, no podía participar, o si no, tendría a varias docenas de ene- migos en mi contra por todos lados.

Con mi curiosidad aumentando, avancé por la carretera de la montaña. La nieve parecía estar intensificando, pero yo seguí adelante de todos modos. Andé durante varios mi- nutos. De repente, varios objetos entraron en mi [Sensor de Presencia]: cuatro peque- ños puntos azules y dos puntos amarillos. Cerca de ellos había un punto rojo inmenso, cuatro puntos plateados grandes y otro punto que no pude identificar con claridad. Era confuso y bastante difícil de distinguir.

En lo que me acerqué a la ubicación, oí sonidos intensos de combate mortal en el aire. Los potentes sonidos eran casi como un terremoto constante, sacudiendo el suelo vio- lentamente.

Seguí avanzando hasta que llegué a un claro en el borde de un acantilado. Allí se había desatado la batalla. Como imaginaba, era una batalla feroz.

Al acercarme, vi a un grupo de seis, cuatro humanos y dos semi-humanos. En el campo también había varios gigantes, uno sustancialmente mayor que los demás, quien tenía el aura de un gran líder.

Las otras bestias parecían ser fomorianos normales. Sus cabezas eran similares a la de una cabra. Tenían ojos de fuego y un busto robusto con una cola similar a la de una ser- piente. Su parte inferior del cuerpo era como el de una cabra, envuelta en pelaje de color negro. En cada una de sus manos tenían un basto enorme de piedra.

Los fomorianos eran los puntos de plata. El punto rojo era el líder del grupo. Decidí llamarlo el Rey Gigante.

Como había deducido, en el otro grupo había cuatro humanos y dos híbridos.13 En pocas palabras, el primer humano era un joven rubio espadachín de ojos azules. Luego había un guerrero escudero con armadura pesada, una hermosa clérigo con una Biblia en mano, y una hermosa maga lanzando conjuros. También había una chica impresionante con un busto increíble sosteniendo una lanza gigante. Por un momento, me apabulló por su aspecto. Tenía las orejas de gata y una larga cola. Y la última era una chica hermosa, con dos orejas como de peluche y una cola, que llevaba un arco enorme.

Había solo dos hombres y cuatro mujeres. Los hombres tenían la suerte de su parte e iban bien preparados. Su composición de batalla era buena, pero la elección de los miembros del equipo era simplemente excelente. En mi opinión era un buen grupo.

El espadachín y la lancera atacaban en la vanguardia, custodiados por los hechizos de- fensivos de la clérigo, así como por la magia de recuperación y de curación de la maga, mientras que el arquero se movía por todo el campo de batalla cubriéndolos con sus disparos. Era una batalla asombrosa.

También tenían bestias adiestradas, una de ellas emanaba un aura muy poderosa.

13 Medio humanos, medio animales.

Mirándolos más detenidamente, los humanos estaban forzando la retirada de los gigan- tes, aunque muy lentamente.

Su increíble formación avanzaba con un patrón muy sofisticado. Seguro que eran élites.

Sinceramente, no era difícil darse cuenta de que esos tipos luchaban muy bien. En el campo de batalla, apenas dependían de sus niveles, sus [Artes] o su [Profesión], sino que utilizaban sus habilidades de lucha naturales. En particular, los movimientos del espada- chín me parecieron destacables. En el grupo, su agilidad y valentía la hacían despuntar como líder.

Para dirigirlos mejor, el líder se encontraba mucho más adelante que el resto del grupo. Detrás de él estaban los dos híbridos. Los otros tres eran bastante buenos, pero no tenían el mismo nivel de habilidad.

Justo en ese momento, el grupo logró dar a uno de los fomorianos con un golpe tremen- do antes de que otros dos fomorianos acudieran a apoyarlo. Ese fomoriano podría no sobrevivir a ese nivel de daño, pero le tomará algún tiempo antes de que muera. Tanto los unos como los otros terminarán agotados, solo tengo que esperar la oportunidad de ma- tar al formoriano debilitado y guardármelo en el inventario para comerlo más tarde.

Del mismo modo que parecía que los seres humanos estaban progresando, el Rey Gigan- te intervino enviando una onda de choque que dejó el grupo de los humanos aturdido. En ese instante, los humanos perdieron un poco de terreno, pero fueron capaces de re- cuperarse con las acciones del espadachín. A pesar de estar siendo forzados hacia atrás, el Rey Gigante había perdido la paciencia y estaba tratando de terminarlo.

Lo que pensé es que si hubieran sido solo fomorianos, estos humanos habrían ganado seguro, pero en esta situación con el Rey Gigante presente, podría tratarse de una mi- sión suicida.

Dado que este era el caso, decidí esperar y observar la situación. La batalla se prolongó durante bastante tiempo. Puede que hubiera pasado aproximadamente dos horas obser- vando la situación.

Los cuatro atacantes principales mostraban signos evidentes de agotamiento, a pesar de que las bajas de los fomorianos eran mucho más graves. El excelente trabajo en equipo del grupo humano había logrado reducir los fomorianos regulares, y solo les quedaba el Rey Gigante.

El joven espadachín había derrotado personalmente a dos de ellos, cortándoles el cuello después del apoyo a distancia de la maga y la arquera. En otra situación, la lancera logró perforar el cráneo de otro fomoriano después de cortarle los tendones de las piernas. Aunque en esta situación la lancera fue gravemente herida en el proceso. El último fomoriano fue derrotado tras una extendida escaramuza. Al final, la maga y la arquera lo cercenaron hasta que el fomoriano se derrumbó.

El suelo estaba tintado con un mar rojo de sangre, el acantilado desbordaba de la gran cantidad de sangre de los cadáveres. Justo en ese momento, comenzó a formarse una niebla de veneno. Los árboles de alrededor comenzaron a marchitarse rápidamente. Era un veneno muy fuerte.

Al parecer la niebla era de la clérigo, por lo que existía una alta probabilidad de que no fuera un veneno normal. Lo que era de esperar, dado su nivel, pero el grupo humano no estaba ni de lejos intacto.

El escudo del guerrero se rompió después de recibir múltiples ataques de los bastos de piedra de los fomorianos. Se salvó gracias a la intervención de la lancera, a expensas de recibir también graves lesiones. Debido al largo combate, tanto la clérigo como la maga andaban bajas de maná llegadas a este punto. La maga ya se había paralizado por agota- miento de maná y había tenido que ser rescatada por la arquera dos veces.

La arquera tuvo que recoger sus flechas de los cadáveres de todo el campo de batalla para reutilizarlas. Justo en ese momento, ella misma salió disparada. Por suerte la lance- ra pudo atraparla, pero quedó gravemente herida.

Con la lesión grave de un segundo miembro, esto se había convertido en una batalla imposible. Si no recibían tratamiento, lo más probable era que por lo menos tres de ellos muriesen. Si continuaban así, tanto la arquera como el guerrero escudero estaban al borde de la muerte.

Tras luchar brevemente, la lancera se derrumbó por sus heridas, dejando al espadachín solo en el combate a primera línea.

La clérigo trató desesperadamente de curar las heridas del espadachín. Usó una gran cantidad de maná haciéndole apaños rápidos y quirúrgicos en el cuerpo del espadachín. Solo quedaban tres

Honestamente, esta gente luchó bastante bien por ser un grupo pequeño, teniendo en cuenta que la figura de un humano es enana luchando contra un imponente fomoriano que es varias veces mayor que él. Toda esta lucha era algo sacado de la mitología.

La batalla aún se prolongó bastante tiempo más, el joven espadachín humano siguió luchando, mostrando una disciplina inigualable con su cuerpo bien entrenado con múl- tiples [Artes] y un excelente equipo. Pero por mucho que se esforzase, el Rey Gigante resistía con facilidad, su combate sin límites era hermoso en cierto modo.

Con el final ya cerca, ambas partes seguían en pie. El Rey Gigante estaba hasta cierto

punto herido, el joven espadachín estaba tan cubierto de heridas graves que la clérigo no podía seguir el ritmo. No cabía duda de quién ganaría, llegados a este punto.

Pero en ese momento, el aire de la zona cambió. Oí que el Rey Gigante empezaba a pro- nunciar algún tipo de magia. El resultado de esta magia de clase alta fue solo una herida menor, pero las expresiones de los humanos eran de la frustración y horror.

Los rostros de todas las mujeres eran de desesperación, por lo que les parecía que iba a ser su perdición. El único a quien todavía le quedaba determinación era el joven espada- chín. Cuando vi eso, tomé la decisión.

Saqué una de mis mejores armas de alcance y lo ajusté rápidamente hasta conseguir algo parecido a un rifle de francotirador. Un cañón alargado me permitiría un tiro mu- cho más preciso. El cañón acabó siendo más del doble del tamaño de mi cuerpo. Decidí nombrar a este nuevo elemento [Guinda]. Me moví rápidamente, porque sabía que al grupo le quedaban menos de diez minutos antes de que el joven espadachín se derrum- bara culminando en su completa aniquilación.

Inserté varias habilidades en la [Guinda] y luego la cargué con una enorme flecha negra. Esta flecha tenía más de cinco veces el poder destructivo de una bala normal. También tenía los atributos de magia de origen que le añadí para aumentar aún más su poder.

Este tiro era algo que probablemente destruiría la muralla de un castillo, pero todavía podría no ser suficiente para matar al Rey Gigante. Esta criatura tenía decenas de años de experiencia y una defensa mucho más fuerte que la mía, ni siquiera estaba seguro de si sería o no un ataque exitoso.

Mientras lo pensaba, me adelanté para potenciar más mis habilidades. Quería aumentar al máximo mis probabilidades de matarlo. Tanto si lo mataba como si no, si fracasaba, entonces esta historia no podía ser una historia divertida. Pasó casi un minuto desde que el Rey Gigante había comenzado a preparar algún tipo de ataque. Todo lo que tenía que hacer era esperar a que lo lanzara para matarlo. En ese momento me hubiera gustado golpearlo con todas mis fuerzas.

Y entonces llegó. El Rey Gigante soltó una risa triunfal y produjo una explosión destruc- ción y magia que comenzó a destruir todo lo que tenía por delante.

Me coloqué como un francotirador en una colina, preparado para asesinar al objetivo, y esta fue mi oportunidad.

Tenía la [Guinda] preparada y cargada con hidrógeno altamente comprimido. La explo- sión disparó mi munición a gran velocidad. El resultado de combinar mis habilidades con un arma de fuego resultó ser un arma más potente que cualquier arma de asedio. Era un cañón de riel14 capaz de disparar un proyectil a tal velocidad que alcanzaba al

14 Arma eléctrica que por un campo magnético dispara proyectiles metálicos a alta velocidad.

objetivo incluso antes de que la gravedad pudiera afectar a la munición.

El aire se cortó tan rápidamente que hizo que las ondas de choque de la bala fueran claramente visibles. El gran Rey Gigante estaba a pocos metros de distancia del grupo humano cuando disparé.

El efecto del golpe fue ensordecedor, la onda de choque lanzó un tsunami de sangre y gore hacia el grupo humano.

La bala dio en el acantilado, provocando una enorme explosión que causó el derrumba- miento de una gran parte del acantilado. Varios de los fomorianos muertos cayeron en el incidente. El resultado de la primera prueba de esta arma fue un éxito.

Le arranqué la cabeza al Rey Gigante, y esta cayó al suelo. Su cuerpo se desplomó, ca- yendo justo encima del grupo de humanos.

Como ya había considerado esta situación, justo cuando disparé la [Guinda] empecé a correr a máxima velocidad. En la fracción de la fracción de segundo del disparo, ya había acortado toda la distancia y estaba preparado para seguir mi ataque sorpresa y terminar el asalto. Cuando el Rey Gigante murió, usé mi velocidad para evitar que los humanos se aplastasen.

Justo en ese momento, todo el acantilado comenzó a derrumbarse. Me aseguré de que los humanos no terminasen siendo aplastados por la caída de rocas. Me habían pro- porcionado un excelente espectáculo durante un buen rato, así que esto serviría para pagárselo. Soy un tipo bastante bueno después de todo.

Aunque, pensándolo mejor, no eran mi presa, por lo que no tenía motivos para permitir que esos pobres humanos debilitados fueran aplastados por las rocas.

Entonces, volví mi atención al Rey Gigante, su cuerpo roto y su cabeza separada habían caído con nosotros. Me tomé un tiempo para sonreir. El Rey Gigante había estado a pun- to de desatar una gran ola de destrucción, y solo había conseguido destruirse a sí mismo. Todo ocurrió en un instante. Fue incapaz de reconocer que su vida había terminado, desconcertado por ver su cuerpo morir en la explosión.

Mientras disfrutaba de mi triunfo, me puse a recuperar el cadáver del Rey Gigante y los otros fomorianos. Recogí hasta la última parte, colocándolas todas en los espacios libres de mi inventario. No estaba seguro de si algo tan grande entraría en mi inventario, pero obviamente entró sin problema.

Después, me pregunté si también debía matar al grupo para recoger su equipación y sus habilidades. Fue una elección difícil. La posibilidad de que se unieran a mi grupo merce- nario probablemente sería baja.

Vaya. Al principio parecía que iba a ser una buena caza. Estaba seguro de que iba a matarlos a todos si ambos se cansaban lo suficiente. Pero ahora me estaba cuestionando esa decisión.

La clérigo no era capaz de entender la situación en absoluto. Estaba frenética y envuelta en pánico. Justo cuando estaban a punto de ser asesinados por el Rey Gigante, su cuello estalló en un charco de sangre, cubriéndolos enteros. Luego alguien les había protegido de ser aplastados por las rocas que caían. Era sin duda una situación en la que la mayoría de la gente se quedaría sin habla.

En este estado, podría matarlos a todos sin problemas, siendo como soy.

Me acerqué a ellos con mis habilidades activas, tenía hirviendo mi instinto de asesinato. En ese momento, el guerrero escudero gravemente herido y la lancera se pusieron frente

a la clérigo, pese a que sus heridas eran muy graves. La mayor parte de su equipo esta- ba roto, tenían la ropa hecha jirones, y estaban todos cubiertos de sangre. Se pusieron los dos frente a mí, visiblemente machacados, con más de una docena de huesos rotos debido a sus lesiones.

Sus miradas ardían como el fuego. Al verlos, todavía me entró más sed de sangre, algo que parecieron detectar ambos. Aunque no bajaron la guardia, sus jadeos escalonados no tenían ningún efecto en mí.

Entonces realmente me puse a pensar. No podía permitir que nadie pensase que les ha- bía derrotado por el estado en que se encontraban, después de verlos luchar en una gran batalla contra adversarios poderosos hasta llegar a este lamentable estado. Yo solo había aparecido de repente interfiriendo en su batalla y encima me había quedado con todas las recompensas. La idea matarlos en ese estado me pareció un poco amarga.

Entonces miré al joven espadachín. Me acerqué a él y lo miré fijamente a los ojos. Su mirada estaba cansada, pero tenía fuego en su espíritu, lo que me gustó mucho. Matar a ese hombre que no le temía a nada, para mí habría sido un desperdicio. Comerme su carne y su sangre sin antes poder luchar contra él, todavía me parecía un desperdicio mayor. Matarlo sería un desperdicio.

Decidí que iba a capturarlos y llevarlos conmigo. No iba a matarlos con la condición de que vinieran conmigo. Al oír esto, el joven espadachín se quedó mirándome los ojos durante varios segundos, luego estuvo de acuerdo.

Tuve la oportunidad de obtener varios cuerpos de fomorianos, así como la carne del Rey Gigante. Por otra parte, me las arreglé para reunir a varios seres humanos fuertes. Y encima había varias bellezas en el grupo.

Después de que el joven espadachín accediese a mi petición, no mostró signos de hostilidad, aunque todos fueron muy cautelosos. Procedí a tratarlos uno a uno. Empecé con el guerrero escudero, que podía morir en cualquier momento. Le di una de las pociones de vida de Alquimista-san para estabilizar su condición, mientras también trataba a los dos híbridos.

La clérigo y la maga habrían sido capaces de recuperarse de forma natural, pero de todos modos les obligué a beber pociones de recuperación de maná, cortesía de Alqui- mista-san.

Durante la batalla su poder había drenado en gran medida. Y cuando se drena demasia- do rápido, puede tener efectos negativos en el cuerpo, algo que quería evitar.

Podría haber usado mi [Elixir de Sangre] para devolverles su plena salud, pero pensé que así era mejor. El hecho que esa información se difundiera era demasiado arriesgado. Estabilicé todas sus heridas, que se curarían de forma natural.

Poco a poco empezaron a bajar la guardia por mi presencia, al ver que continuaba sa- nándoles. Probablemente asumieron que yo era un ogro mago, una entidad conocida por su gran poder, que casi nunca atacaba a los seres humanos.

Mi poderoso instinto asesino acabó de disuadir sus pensamientos de atacarme.

Me preguntaron qué había hecho con los cadáveres, y simplemente les conté una men- tira, les dije que había usado un objeto mágico para almacenarlos.

En estas circunstancias, mi propia supervivencia todavía estaba en riesgo, a pesar de que el grupo aún era débil, el joven espadachín todavía podía luchar de manera uniforme. Mi avaricia por varios artículos no era igualable al coste de mi vida, así que la mejor opción era ganármelos. Algunos de ellos todavía no estaban totalmente convencidos, pero por el momento no hicieron ningún movimiento. La tensión cayó lentamente.

También tuve tentaciones de apropiarme de las mujeres, pero me deshice rápidamente de esos pensamientos debido a los riesgos que implicaba capturar a las bellezas. Sin duda, pondría al joven espadachín en mi contra. Después de terminar de curarlos, me preguntaron por qué les había ayudado. Respondí que pasaba por ahí y me interesaba recolectar materiales. Al ver que estaban a punto de ser aniquilados, tomé la decisión de actuar y probé mi suerte.

Mi historia levantó varias sospechas, había algunos puntos de los que yo mismo hubiera sospechado de haber sido ellos. Aunque todo lo que dije era más o menos cierto, quería los materiales y solo actué cuando vi que estaban a punto de morir. El único del grupo que lo aceptó fue el joven espadachín, que inclinó la cabeza y me dio las gracias.

La gran acumulación de tensión se rompió con la muestra de buena voluntad del espa- dachín. Yo todavía no había acabado de recoger todo el material de las fomorianos, por lo que me dispuse a ello.

Mientras lo hacía decidí que, al estar en una misión, era mejor no traer más manos con nosotros, poniendo en riesgo a nuestro grupo. Así que, al final, nos fuimos por caminos separados, renuncié a varias partes de los fomorianos y ahí terminó todo.

Me aparté rápidamente de la zona, ya que el tiempo corría en mi contra cuanto más tardase en comer mi botín. Seguía estando ansioso porque, cuando empezase a comer, me convertiría en una presa fácil para atacar y me arriesgaría a perder mi botín en una mala situación.

Corrí durante unos diez minutos a toda velocidad para encontrar un lugar seguro para comenzar a comer mis despojos.

Aunque no tenía cabeza, el cuerpo de la bestia era bastante grande. Me llevaría demasia- do tiempo ingerir toda la cosa, así que decidí que iba a ser el momento de probar una de mis teorías. Transformé mi cuerpo en el de un limo gigante utilizando [Metamorfosis]. Envolví todo el cuerpo del Rey Gigante bajo el mío para absorberlo. Ese cuerpo tan exce- sivamente grande que habría tomado horas de comer de forma normal, de esta manera resultó perfecto para la experimentación.

Al final, absorbí todos los cadáveres con facilidad y sin problemas:

Habilidad [Mal de Ojo Mortífero] aprendida

Habilidad [Exceso] aprendida

Habilidad [Golpe Supremo del Rey Gigante] aprendida Habilidad [Dignidad del Rey Gigante] aprendida Habilidad [Sabiduría del Rey Gigante] aprendida Habilidad [Carne y Huesos del Rey Gigante] aprendida Habilidad [Cuerpo del Rey Gigante] aprendida

Habilidad [Vitalidad del Gigante Misterioso] aprendida Habilidad [Martillo de Hierro de Gigante] aprendida Habilidad [Asesino de Gigantes] aprendida

Habilidad [Apariencia de Gigante] aprendida

Habilidad [Brazo Izq. de Tormentas Penetrantes (Parjanya)]

Habilidad [Brazo Der. de Relámpagos Ensordecedores (Ilatiki)]

Habilidad [Resistencia Completa al Agua] aprendida

Habilidad [Resistencia Completa a los Relámpagos] aprendida

Habilidad [Resistencia Completa al Mal de Ojo] aprendida

Habilidad [Resistencia Completa a la Tierra] aprendida Habilidad [Dictador] aprendida

Habilidad [Tiranía del Rey] aprendida

Habilidad [Invocación de Gigantes] aprendida

Habilidad [Lenguaje Gigante] aprendida

Nunca antes había ganado tantas habilidades de una sola especie; obtuve más de veinte habilidades de una sola vez. No pude ocultar mi sorpresa.

Y pensar que estas criaturas eran tan poderosas... Pero lo que necesito ahora es calmarme y volver. Quería pasar algún tiempo con mis hijos, por lo que tenía que terminar mi caza aquí.

Mientras regresaba, decidí probar varias habilidades. Vi un conejo de nieve y usé [Mar- tillo de Hierro de Gigante] contra él. En un instante, algo inmenso apareció en mis ma- nos. Cuando lo oscilé, el conejo formó una flor de sangre roja y desapareció. Un arma bastante terrorífica, pero muy útil.

Después de eso, no me topé con nada más interesante, y me encontré de vuelta en la cueva. Abracé a mis hijos involuntariamente.

Justo en ese momento, oí que me llamaban Papá. Al parecer, las hermanas habían en- señado algunas palabras a los niños mientras yo estaba fuera. Fue mi hijo Argento quien lo dijo. Ah, es genial, quisiera tener una cámara para grabar esta escena. Voy a recordarlo por siempre.

En cualquier caso, me puse en contacto los enanos y elfos de mi base para informar del crecimiento experimentado por los niños. Simplemente asumieron que puesto que yo era tan súmamente anormal, mis hijos serían similares a mí.

Luego jugué con Auro y Argento un tiempo, troceé parte de la cornamenta del ciervo blanco en polvo y lo puse en su leche materna de las Hermanas. Los cuerpos de Auro y Argento empezaron a brillar y sus orbes de ogro comenzaron a destellar. Era muy posi- ble que pudieran tener habilidades similares a las mías, seguro que iban a convertirse en grandes guerreros en el futuro.

El ciervo blanco debió surtir un efecto poderoso. Con lo grandes que eran sus cuernos, podría completar con ellos el crecimiento de mis hijos durante mucho tiempo. Serían suficiente en pequeñas cantidades. Dado el poder de la bestia, haciendo esto sin duda aumentaría su energía.

Después de pensar por un momento, le di un pedazo a Pelirroja. Con solo un pequeño mordisco, sus ojos se pusieron a brillar con un rojo intenso y todo su cuerpo comenzó a temblar de la fuerza que le dieron los cuernos.

Al verla, me entraron ganas de probarlo yo mismo y tomé una pequeña porción:

Habilidad [Protección de la Bestia ?] aprendida

Habilidad [Hijo Querido de ???] aprendida

Estaba claro que me había equivocado completamente al juzgar a esta bestia. Podría in- cluso estar a la par con los dioses antiguos. Su poder era tan grande que me estremecí al pensar que creía tener la más mínima oportunidad de derrotarla. En realidad tenía una posibilidad de cero por ciento de sobrevivir.

El hecho de seguir vivo se debía a la misericordia del ciervo blanco. Había sido demasia- do inmaduro e impaciente. Desde ese momento, me juré a mí mismo que iba a hacerme más poderoso que el ciervo blanco.

Bueno, si alguna vez me lo vuelvo a encontrar, voy a maximizar mi cautela y respetar su fuerza.

El ciervo blanco era probablemente tan delicioso que nunca sería capaz de entender su sabor.

Mi mente regresó a mis hijos, me pregunté si poseían alguna de mis habilidades, o más bien si poseían mi habilidad de absorber habilidades. Podría serles muy útil a largo pla- zo.

Tenía curiosidad por descubrir si había otros seres, aparte de mí mismo, con la capaci- dad de absorber las habilidades de sus presas.

Por cierto, Pelirroja consiguió una nueva profesión, [Profesión – Catador de Bestias Sagradas]. Quizá podría ocurrirles algo similar a mis hijos, podrían conseguir la misma profesión, o puede que también obtuvieran la [Protección de la Bestia ?].

Bueno, los niños todavía eran demasiado jóvenes para comprender la situación. Ade- más, yo estaba agotado hoy.

Con eso, me rendí a dormir.

Tu nivel ha sobrepasado el valor requerido.

Has desbloqueado las condiciones:

«Masacre de un ejército»

«Pseudo-divinidad»

«Asesinato de un terrateniente»

«Asesinato del Rey Gigante»

«Declaración de ??»

[Especie Extinta Señor Apóstol] es una [Evolución] disponible.

¿Quieres escoger esta [Evolución]?

«SÍ» / «NO»

Seleccioné «SÍ» con mi última pizca de conciencia antes de sumirme en la oscuridad del sueño.

Has evolucionado hasta el nivel requerido.

Has obtenido tu verdadero nombre gracias a ???: Has recibido el nombre de Yatendouji.

Has obtenido las habilidades únicas de Yatendouji: Habilidad [Líder de la Colecta Demoníaca] aprendida

Habilidad [Aceptación de la Colecta Demoníaca] aprendida

Has recibido condiciones especiales en nombre de los Dioses: Cuando consigas lo requerido, dictado por ???, recibirás 5

habilidades especiales en nombre de ???.

Se ha producido un error.

Hay dos condiciones que no cumples para recibir las habili- dades especiales.

Has obtenido las siguientes habilidades: Habilidad especial [Cólera Celestial]

Habilidad especial [Usurpador Fatal]

Habilidad especial [Porvenir del Demonio Negro del Eclipsis] Habilidad especial [????] bloqueada hasta reunir los requisitos Habilidad especial [????] bloqueada hasta reunir los requisitos