Herrera-san y sus escoltas me llevaron por las calles de paseo y a comprar algunas pro- visiones para el viaje de vuelta. No me importó andar. Más bien me gustó.
Más tarde, por la mañana, ya estábamos listos para salir de la ciudad. Bueno, de hecho ese era nuestro plan.
Cuando estaba a punto de salir del hostal e ir al convoy, Caballerito y Principesa me detuvieron con el propósito de volverme a contratar para otra cosa.
El principio de nuestra discusión fue bastante seco, así que me ahorraré los detalles, no se me dan bien los chistes de nobles. El punto era que Principesa quería darme las gra- cias por salvarla el día anterior.
Aun así, el hecho de ser un ogro conversando con una princesa es bastante cómico cuan- do lo recuerdo. Por tanto, decidí dedicar a esta situación toda mi paciencia.
Miré por encima para ver lo que llevaba Caballerito en sus brazos. Era una bolsa de la mitad de su tamaño con monedas de oro que oí cuando la sacudió. En ese momento, tuve una premonición inquietante de lo que iban a pedirme que hiciera por tal remuneración. Debo decir que me tenían en ascuas por escuchar qué tipo de misión tenían para mí y mi grupo.
Entonces, Principesa dijo lo que quería. Estaba preocupada por su seguridad, ya que sus escoltas habían fracasado previamente para protegerla, y quería que la acompañásemos de regreso a la la capital real, «Osbel».
Esa idea me molestó de algún modo, dada nuestra situación actual. Me ofrecían una buena suma de oro, pero pronto iban nacer varios niños.
Estaba a punto de salir cuando me dijeron que la bolsa de oro no era más que un pago inicial y que la recompensa sería un lingote de oro. Una vez oí que valía un millón de monedas de oro, mi mente tomó la determinación de ayudarles.
Según Pelirroja, pueden darte lingotes de plata como recompensa de misiones en la la capital real, y estos tienen el valor de diez mil monedas de oro.
En términos comprensibles, pongamos que una moneda de oro equivale a unos 10¥3, por lo que un lingote de plata valía unos cien mil yenes4, mientras que la misión de escoltar a Principesa tenía una recompensa de diez millones de yenes5. Ni siquiera tengo la más mínima preocupación por que el dinero sea de la realeza, ni siquiera si se trata de dinero
3 Un yen tiene muy poco valor en las monedas que usamos en occidente, así que lo compararé con
100 yenes. En euros, 100 yenes son 75 céntimos. En dólares americanos, 100 yenes son 82 céntimos.
4 $815 / 754.
5 $81.500 / 75.400.
recaudado mediante impuestos. La nobleza solo lo gasta en caprichos de todos modos.
Dicho esto, ya que el balance entre el riesgo y la recompensa era bastante generoso, aun teniendo en cuenta el complot contra Principesa, al fin y al cabo no era una mala excusa para entrar en la la capital real.
Siempre podría entrenar a los niños una vez hubieran nacido, no debería haber nin- gún problema. Dado que el objetivo de nuestra visita ya se había logrado, contemplé si podíamos convencer a Principesa de dejar a las mujeres no combatientes en nuestro asentamiento.
Tendría que pensar si tengo alguna otra petición llegados a este punto...
Y debo ir con cuidado si lo acepta... Nos reuniremos en la entrada de la ciudad, podría ha- blar con ella un momento entonces.
Esperamos una hora en la Puerta Demuki según lo acordado. Cuando llegaron, solo es- taban Caballerito y Principesa. Su carro estaba lleno de diversos artículos de lujo para la comodidad de Principesa durante el viaje.
Cuando le pregunté qué había sido de sus guardaespaldas, se limitó a decirme que eran sospechosos de conspirar con los secuestradores y fueron despedidos por separado des- pués de que nosotros firmásemos nuestro contrato.
Cuando la presioné para obtener una mayor explicación, me dijo que habían prescin- dido por completo del equipo de escolta para venir con nosotros. Al oír esto, estallé en un sudor frío.
Honestamente, la lógica de estos dos me da un gran dolor de cabeza. Pero el contrato ya se hizo, por lo que ahora no hay más que negociar. A partir de ahora, no podía hacer más que estar atento.
Uhh... Esta misión acaba de conseguir sacarme todavía más de mis casillas...
Al oír eso, decidí que era necesario dirigirnos a la la capital real lo más rápido posible. Con mi futuro tesoro de guerra en mente, nos exponíamos. Para esta misión, voy a tener [Suerte] y [Regla Dorada] permanentemente activadas. Esperemos que esto impida que cualquier posible obstáculo obstruya la misión.
Cuando ya nos íbamos, me di cuenta de que nos perseguían. Una vez más, presioné a los dos chavales por más información. Me dijeron que esas personas eran algunos miem- bros del equipo de escolta, junto con una multitud de matones.
Cuando los asaltantes nos atraparon, Principesa me rogó que la protegiera.
Esto fue lo peor. Terminé teniendo que matarles a todos. Esta situación no mejoraba mi apariencia civil en ningún aspecto, aunque siempre podía hacer pasar la responsabilidad de la muerte del equipo de escolta a Principesa, si se daba el caso.
Me pregunto cuántos días tardaremos en llegar a la la capital real...
Puesto que necesitábamos movernos a una velocidad constante, moví el equipaje de Principesa a mi inventario y dejé atrás a su carruaje. Principesa se mudó a mi carro, ya que era el lugar más seguro para ella. Aun así, se ve que le gustaba mi hombro, y quiso sentarse encima de mí usándolo a modo de silla. Estuvo allí sentada tranquilamente bastante tiempo.
El estado de ánimo general no era tan malo, pero yo tenía la mente centrada en asegurar que Principesa regresara ilesa.
Hmmm, un Berserker alto con una chica en el hombro... no sé de qué me suena.