En lugar de cazar hoy, planeé hacer regalos para Gobumi-chan, Pelirroja, Alquimista- san, Herrera-san, y las hermanas.
No armaduras, más bien pensaba hacerles una ropa bonita para viajar. Por el momento, necesitaría tomar sus medidas. A pesar de que ya hubiera visto todos los rincones de sus cuerpos, solo podía adivinar más o menos sus medidas, realmente no las sabía con exactitud.
No debía ser demasiado llamativo como para atraer las miradas sucias de los viajeros cuando fueran a la ciudad, pero tampoco un diseño demasiado modesto. Tenía que ser capaz de proporcionar una protección en caso de que algo sucediese, así que tejí una bella ropa (usando el botín anterior) con hilos normales.
Y, además, en caso de que algo sucediese, secretamente creé un pequeño clon de mí mismo con mi sangre y se lo pegué en la parte de atrás, para que me avisase en caso de emergencia. Si era necesario, podría funcionar como distracción antes de que yo llegara.
Hice algo de ropa con hilos y réplicas con una alta defensa con repecto a las armaduras inferiores de antes. Pero sentía que faltaba algo, así que hice pulseras y accesorios con las cornamentas de cuarzo rosa del ciervo rojo y el caparazón de la araña demoníaca. No eran exactamente reales, pero lucían hermosas.
Las chicas estuvieron encantadas, verlas hizo que el esfuerzo empleado valiera la pena. Esa noche, todo el mundo estuvo un poco intenso.
Gobumi y Pelirroja llevaban mi ropa todos los días durante la caza o el entrenamiento, aunque yo les decía que la guardaran para una ocasión especial, ya que podía rasgarse. Pero bueno, si a ellas les gusta, está bien.