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Chapter 50 - Día 47

Cuando me levanté como de costumbre, mi [Intuición] pasó a la acción. Me estaba diciendo que debería permanecer en la cueva escondiéndome en silencio, y que si me movía iba a arrepentirme.

Activé [Ocultar], potenciada por mi [Profesión Asesino], y [Ocultar Presencia] a la vez que me dirigía al final de la cueva, donde Herrera-san, las hermanas, Alquimista-san y las demás se encontraban como en casa. Verlas me relajó.

Últimamente llenar el área inexplorada de mi mapa mental se había convertido en mi hobby, ayer creé una réplica de mí hecha con la carne y los huesos que restaban en mi cintura después de todo, esta habilidad se comporta de dos maneras, en cierto modo se controla de una forma y también tiene también tiene voluntad propia y la mandé a explorar.

La réplica tenía la habilidad [Restauración de líquidos automática] que saqué del limo gris, la cual es una habilidad que en caso de que le lastimen uno de sus miembros o le agujeree alguna cosa, hasta cierto punto podrá restaurarse a sí mismo absorbiendo la cantidad necesaria de agua. Y es por esta razón que la creé.

Su habilidad de combate actual era bastante baja comparada con la mía (la de mi yo ori- ginal), pero no obstante era fuerte hasta un grado razonable, así que no la iban a matar. También era veloz corriendo.

Usando [Metamorfosis], la réplica cambió su apariencia a una con pinta de lobo grande y se fue corriendo. Después de verla marchar, volví adentro según lo planeado.

Asigné algunos goblins de mi generación pertenecientes al grupo logístico de soporte

«Patri» a que ayudaran a Herrera-san porque no sería conveniente que lo hiciera ella sola, considerando que tenía que hacer nuevos utensilios de cocina para las Hermanas, y analizar la antigua medicina que guardamos en casa de Alquimista-san de la herencia de Velvet, que por alguna razón no había rebajado en absoluto. Después de haber hecho todas esas cosas, el tiempo transcurrió.

Y entonces ocurrió.

Básicamente, el sitio donde Gobukicki-kun y los demás practican está directamente conectado con la entrada de la cueva, es un sitio que yo llamo el «gran recibidor». El espacio allí es más amplio para los duelos, allí Gobukichi-kun, Gobumi-chan, Pelirroja, y los demás se tomaban en serio el entrenamiento, empuñando espadas de madera.

En ese instante, mi [Sensor de presencia] detectó a algunos cuerpos enemigos aproxi- mándose a la entrada. El nombre de la especie que vi era Elfo. Es más, el nombre del elfo macho que pateé el otro día estaba entre ellos. Ni yo mismo me esperaba que vol- vieran a aparecer tan pronto.

Enseguida llamé a los goblins de dentro e hice preparaciones. Por suerte, como ellos ya estaban en medio del entrenamiento, ya tenían la equipación puesta, así que terminaron de prepararse muy deprisa.

Tras una simple inspección de la equipación, nos escondimos en las trincheras que hici- mos con anterioridad al lado del gran recibidor. Gracias a eso, nos limitamos a esperar allí donde nos era más fácil esprintar y atacar por sorpresa a los elfos invasores. Hice que Gobue-chan continuara con su excavación en ese momento; el sonido que ella hacía al cavar se escuchaba por toda la cueva y nos serviría de tapadera.

Al rato, el grupo armado de elfos entró en la cueva.

Hobgoblins como Gobukicki-kun aparte, a los goblins no les habría sido fácil ganar contra los veinticinco elfos, silenciosos y veloces pero sedientos de sangre, armados con armas especializadas. Incluso enfrentándose tres contra uno, estos eran enemigos difíciles de lidiar.

Su mera intención ya estaba llena de hostilidad, pero aun así quise capturarlos primero y escuchar su historia.

En solitario, salí de cubierto mientras usaba [Rugido intimidante] y [Relincho de caballo escamado] juntos a todo volumen. Los hice retraerse ante mí, además inmediatamente activé [Mirada fulminante] y [Mal de ojo de serpiente], con lo cual tuve la oportunidad de capturarlos con mis hilos.

Después de poner a los elfos cautivos en fila, le di una paliza al elfo que al parecer iba a ser el siguiente jefe del clan (y otros títulos que a nadie importan) con mi lanza carmesí. Y luego tuve una pequeña charla con ellos.

Sí, aparentemente había herido su orgullo de forma profunda.

Habían pasado ya dos días, y el miedo que le di se le había olvidado un poco. Cuando entró en razón y pudo pensar con un poco más de claridad, decidió que no le queda- ba más remedio que matar al que les había menospreciado pensando ¿Por qué debe un Elfo noble como yo blablabla..., si no me dan miedo el ogro y sus amigos, esto y lo otro..., así que reclutó a elfos de élite de entre sus subordinados, se dejó llevar por sus emociones y atacó. Como resultado, llegaron al actual aprieto de tener todas las cartas giradas en contra.

Me compadezco de los elfos por obedecer a tal jefe. Las dos mujeres élficas del otro día también bajaron la mirada ante mí. Tenía un poco de curiosidad y traté de hablar con ellas, pero se negaron a escuchar.

El daño que los subordinados tuvieron que pagar por culpa de un jefe incompetente

me tocó la fibra. Como esperaba, matarles de aquella forma no me sentó bien, e hice lo

siguiente más o menos por simpatía.

1. Abandonar al candidato a jefe del clan de los elfos; él estaba más que muerto.

2. Luchar en un simulacro de batalla con goblins y hobgoblins, sin matar al oponente, haciéndoles perder el conocimiento o inhabilitarles de modo que no pudieran com- batir. Si tienes éxito en esto, tú ganas.

3. Si ganaban el simulacro de batalla, no los iba a matar. Si perdían, los mataba y me los comía.

Ese era el quid de la cuestión.

Terminé de explicárselo y uní los hilos de todos ellos excepto los del elfo candidato a siguiente jefe del clan. Cuando lo hice, un elfo leal trató de matarme, pero le rompí la barbilla con un gancho y le di una contusión. Luego cogí al elfo que se movía vacilante por la cabeza y los hombros, y lo maté torciéndole el cuello hasta rompérselo.

Le dije a Pelirroja, Herrera y los otros que se quedaran adentro hasta que yo volviera. Después devoré el cadáver fresco, corazón y todo.

Habilidad [Idioma élfico] aprendida

Los elfos no pararon de temblar. Sus cuerpos estaban helados de miedo. Quise llamar su

espíritu luchador:

La lucha contra los humanos se acerca, ¿y les parece bien perder sus vidas inútilmente en un sitio como este? ¿No quieren vivir?

Esas fueron mis propias palabras. Sonaron descaradas. Sin embargo, parecieron surtir efecto, todos se motivaron. Y entonces, el simulacro de batalla empezó.

El resultado final: de 23 personas que participaron en el simulacro de batalla, tan solo

17 sobrevivieron.

No tuve otra opción que darles mis condolencias a las personas que pelearon contra Gobukichi-kun, Gobumi-chan y Hobusato-san. En las batallas entre elfos ordinarios y hobgoblins, normalmente acaban ganando los elfos, nueve de cada diez veces, pero la fuerza de Gobukichi-kun y las demás, quienes entrenan contínuamente, sobrepasa de mucho a la fuerza del hobgoblin promedio.

Aunque fuera lamentable para los vencidos que suplicaban por sus vidas, no tendría clemencia alguna con aquellos que vinieron a matarnos. Los maté después de decírselo.

Era una pena, pero esto era la guerra. Además, fueron ellos quienes tiraron la primera piedra. La simpatía no tuvo cabida.

Los seis que perdieron fueron todos hombres. Bueno, terminó siendo así después de amañar los combates, porque ver matar intencionalmente a una hermosa mujer o chica es desagradable estaban deliciosos.

Habilidad [Habitante del Bosque] aprendida

Habilidad [Elemental] aprendida Habilidad [Dominio del Tiro con Arco] aprendida Habilidad [Rastreo] aprendida

Habilidad [Escondite] aprendida

Cuando acabé de comerme a los perdedores, me giré hacia los elfos vencedores que se encontraban mirándome en un estado de aturdimiento. Puse todos los artículos mágicos que llevaban equipados en un montón y a ellos los volví a atar con hilo.

Gritaron que no les había liberado, pero declaré no haberles prometido que iban a ser

«liberados» en ningún momento en particular.

Solo dije que no serían asesinados. No supe si malinterpretaron eso por ser liberados. Aunque ayude a los que están oprimidos unilateralmente como Pelirroja, no soy un hi- pócrita y tengo una onza de merced para el «enemigo» que nos ha atacado. Esa merced era «no matarles».

Y punto...

Eran diez hombres y siete mujeres, que cooperarían para incrementar el número. Oh, antes dije que odiaba hacerlo a la fuerza, pero nunca lo hago a la fuerza. Es verdad.

Administré los estímulos hechos de mis fluidos corporales entre todos ellos, hice que los encerraran en prisión y les di una orden estricta de que no debían ser tocados a menos que quisieran ser tocados ellos mismos.

Ya que podían darse placer los unos a los otros estando en la misma habitación, los puse en sus propias celdas separadas.

Los elfos macho no podían tener niños, pero bueno, igualmente podrían ser utilizados para aliviar mi libido. No estaban mal, de todos modos.

Pero por Dios, estoy bastante agradecido de que aparecieran en el momento justo. Los goblins de la misma generación que yo, así como los mayores, no se podían satisfacer por más tiempo con solo las hembras goblin, y tenían mucho estrés acumulado. Debido al duro entrenamiento a que nos habíamos sometido hasta ahora, se habían olvidado de este problema, pero entrenando tan habitualmente llegaban a su límite muy deprisa.

Esa es la razón por la que estoy agradecido por esto.

¿Que actúo como un villano...? Qué va, me molesta que se haga la idea equivocada de mí.

En primer lugar, fueron ellos los que empezaron. Perdieron como resultado de haber intentado matarnos, y de todos modos quieren que nosotros, los que fuimos atacados, liberemos a los prisioneros en paz? Eso no es posible. Nos atacaron sin razón, así que devolverles el golpe de ninguna manera nos vuelve los villanos.

Para empezar, ni siquiera tenemos reglas a las que someter a los prisioneros de guerra, de modo que hacer cosas como esta no supone problemas. Lo que uno hace con ellos es cuestión de cada uno, a raíz de sus propios sentimientos.

También, aunque sea yo diciendo esto sobre mí mismo, dejad que lo diga primero. Toda- vía creo que hice las reglas relativamente justas, en las que yo participé.

En esa noche, el cabecilla de los Elfos empezó a decir algo, pero lo ignoré.

Después de llevar a los 17 Elfos a prisión, el único Elfo que quedaba se convirtió en material para varias pruebas. Cosas como nuevos métodos de tortura o lecciones sobre puntos vitales de los humanoides.

Por supuesto, al final acabó en mi estómago.

Habilidad [Recargo] aprendida

Habilidad [Descuento] aprendida28

Me comí a un buen número, las habilidades individuales de los que comí eran altas y además contenían duplicados de habilidades útiles, así que conseguí muchas de ellas. Sí, les estaba tan agradecido que incluso podría haber rezado por ellos.

28 Estas habilidades tienen el mismo nombre que las habilidades mercantiles de Ragnarok Online. Cuando [Recargo] o [Descuento] están al máximo, incrementan o reducen el precio de los artículos en un 24% aproximadamente. Ambos necesitan estar a nivel 15 o 16 para alcanzar un 30% de recargo o descuento. La idea es que realmente regatea de manera automática el precio del artículo. La habilidad que ha aprendido Rou directamente aumenta o reduce en un 30% el precio de venta o compra de los artículos.