PERSPECTIVA: Rozuel Drayt
Continuando por el pasillo fuimos a terminar en una desviación a la cual conducía a una gruesa puerta de hierro de considerable tamaño.
—Es aquí –Dijo el espía rebelde —Yo iré primero.
Tomando una llave de su vestimenta, la coloco en la cerradura hasta oírse un estruendoso sonido producto del mecanismo interno de esta, era la puerta abriéndose, al otro lado oímos voces de personas alteradas, eran guardias, el espía quien fue primero se dejó ver y nosotros nos ocultamos atrás esperando el momento para entrar.
— ¿¡Quién eres tú y que estás haciendo aquí!? –Uno de los guardias le amenazo.
—Soy el relevo, ordenes de los superiores –Se excusó el espía.
— ¡Buen intento idiota!, pero en esta parte de la fortaleza no hay cambios de guardias hasta el amanecer, ¿¡quién eres en realidad!?.
Le habían descubierto, salí de mi escondite a apoyarle en conjunto con Riha, al entrar doy con una amplia sala iluminada por piedras mágicas de luz incrustada en las paredes, en los alrededores observaba numerosas celdas, en frente del espía observo a tres blancos de protecciones ligeras de hierro en el pecho con cuero duro, armados con lanzas y espadas. Ellos notan enseguida nuestra presencia y se ponen en alerta apuntándonos con su arma, con el AK-47 en semiautomático le dispare a uno de ellos en la frente asestándole, luego abatí a un segundo dándole en el pecho al nivel del corazón y Riha elimino al tercero de un disparo a la carótida.
—Despejado –Confirme al no ver más guardias en las cercanías.
Los demás entraron enseguida, los arqueros rebeldes mantenían tensados sus arcos a la vez que los sablistas y el lancero se movían en una posición defensiva, los únicos que entraron en total calma era el rebelde que cubría toda su cara con un pañuelo y Adil.
—Toda esa gente… -Adil miro a las celdas de a su alrededor.
Casi todas albergaban entre 1, 2 o a 3 prisioneros a la vez en una celda, destacaban presos jóvenes e incluso ancianos, algunos tenían largas barbas canosas con uñas largas y un olor corporal nauseabundo, dejando en claro el tiempo que llevan encerrados. De los pocos jóvenes que hay presente, habían muchachos de entre 14 a 16 años, ¿por qué encierran a menores de edad aquí?, aunque doy por hecho un detalle, el concepto de "menor de edad" no existe aún en Avalia.
— ¿Por qué hay prisioneros muy jóvenes encerrados aquí en una fortaleza?, creo que uno de ellos tiene mi edad –La loba semihumana pregunto en voz alta.
—Quien sabe porque mantienen presos tan jóvenes en este lugar, quizás cometieron un crimen que desde la perspectiva de las autoridades eran "serias" y suficiente para ser enviados aquí –Conjeture ante tal duda.
—No –Negó Adil mi punto —Mantienen prisioneros a esos muchachos por otra razón, como un escarmiento para los reclutas, seguro cometieron algún error u ofensa a sus superiores y fueron encerrados aquí como castigos.
— ¿Reclutas? –Replique confuso.
Adil fue más que claro, los presos encerrados aquí de edades adolescentes fueron traídos a la fortaleza para convertirse en los futuros guardias y/o carceleros de este sitio. Es una práctica habitual de algunos Azim Alnabil, tomar niños huérfanos, vándalos menores y esclavos para desde una edad muy temprana, someterlos a entrenamiento intensos para convertirlos en soldados eficientes a largo plazo.
En este caso, los de la fortaleza ya eran reclutas que desempeñar un papel como la siguiente generación que custodiara este sitio, entre sus rostro algunos denotaban miedo, otros frustración y algunos indiferencia. Fue entonces que viendo entre las diferentes celdas, note a un prisionero que llamo mi atención.
— ¿Eh?, este tipo… -Pensé en voz alta.
Una celda en específico albergaba a un solo prisionero y el único que estaba encadenado en toda la sala, pues tenía las manos, piernas y cintura encadenada con grilletes, más un collar que deduzco servirá para suprimir magia, dejando en claro que era un mago, su boca estaba cubierta por un grueso trapo, como si quisiera que no hablara, pero lo que destacaba este preso del resto era su etnia. Aquel era un muchacho de tez blanca, a diferencia del resto que eran piel bronceada, es decir, no era un habitante de este reino, ¿un forastero tal vez?.
Aquel individuo yacía profundamente dormido recostado contra la pared, por su altura deduzco mide unos 180 a 185 centímetros, poseía un cuero cabelludo largo negro con signo de crecimiento de barba como bigote y se encontraba únicamente en pantalones, el físico de su torso era corpulento pero sin gordura o músculos, pero sus brazos y piernas en cambio sí que deleitaban cierta tonificación muscular.
—Todos despertaron por el ruido que se armó eliminando a esos tres guardias, este debe tener el sueño muy pesado… -Dije en voz alta estando a la proximidad de su celda.
Pronto el muchacho bosteza y abre los ojos, con una mirada somnolienta se me queda mirando fijamente y luego enfoca al AK-47 en mis manos, de repente abre sus ojos en grande como si su somnolencia se desvaneciera en el acto. Me vuelve a mirar a mí a la cara, luego al AK-47, de vuelta a mí y otra al arma, repite esa acción un par de veces más hasta detenerse y fijar su vista sobre mí.
— ¡Mmmmmmmm…!
Me estaba hablando, pero como tenía un grueso trapo cubriéndole la boca su habla era incongruente y para nada entendible, pero se agitaba como si quisiera sacarse los grilletes de las manos para llegar a su boca con el fin de quitarse ese trapo y dialogar conmigo. En el continente de Sharya hay gente de tez blanca, aunque estos habitan en los reinos ubicados muy al norte, pues en toda la parte sur residen humanos de etnia bronceada e incluso negros, llámenme racista, pero es la terminología correcta para mencionarlos aquí. Lo más seguro es que este tipo sea un esclavo traído de algún reino del norte.
— ¿Qué harán con los prisioneros? –Le pregunte a Adil.
—Algunos de los que están encerrados aquí pertenecen a nuestras fuerzas, rebeldes capturados para ser interrogados o golpeados en diversión de otros –Me contesto él calvo de punto purpura.
Observando detenidamente, veo como la inmensa mayoría de los presos tienen notables heridas en el cuerpo, desde cicatrices, la falta de un miembro, ojo e incluso la mitad de una oreja. Otros son dejados en un estado de desnutrición considerable junto a un compañero de celda, ¿con que propósito?, viendo que prisioneros con el mismo castigo lo acompañan el cadáver de un esqueleto a su lado, puedo llegar a una clara idea de la razón de este horrido método de tortura.
—Planeo liberarlos luego, una vez que hayamos encontrado a Arpue Asa Hablu, ese era el objetivo original de este plan para infiltración a la fortaleza Hasr, salvaremos a todos los que podamos –Aseguro el líder rebelde.
Estaba en lo cierto en algo, pues tras esta operación es obvio que las autoridades de la fortaleza tomaran medidas para que nunca más pueda a volver ocurrir este método de infiltración, era una chance de solo una vez.
—Ese tipo de allí parece que está algo alterado –Comento Riha mirando al prisionero forastero encadenado de la celda.
Seguía agitándose, intentando liberar alguna de sus manos, e incluso me hablaba, pero inútil eran sus esfuerzos.
—Ya liberaran a los prisioneros luego, de momento enfoquémonos en el principal objetivo –Le dije a mi compañera Lupian.
—Sí, señor.
Los hombres de Adil se encargaron de los cuerpos de los guardias abatidos arrojándolos dentro de algunas celdas vacías, casi todos los prisioneros encerrados suplicaban que lo sacaran de allí.
— ¡Prometo que volveremos por ustedes mis hermanos! –Hablo Adil —Una vez nos ocupemos de una tarea importante, volveré por ustedes y los sacare de aquí, no puedo imaginar el calvario por lo que han de haber pasado al estar encerrados aquí, a merced absoluta de la crueldad de la tiranía que rige hoy en día a Quiatar. Prometo… que volveré por ustedes, mis hermanos.
Los prisioneros tras oírle, le agradecen y aceptan esperar pacientemente su regreso, calmando su desesperante y alborotador comportamiento, deben tenerle mucho confianza a Adil para que sus palabras llegaran a ellos, pues ni uno solo se le opuso.
—Por aquí.
El espía nos guía hasta dar con un pasadizo secreto escondido tras una pared, haciendo presión a un interruptor hábilmente oculto al ojo atento, esta se abre para llegar a una habitación vacía iluminada por unas antorchas.
—Por aquí se accede al piso subterráneo –El espía explico.
—"Pero no hay nada aquí" –En mi mente hable.
El espía luego se acerca al centro de la habitación y de su vestimenta toma un pequeño pedazo de papel con algunas escrituras en ella y la arrojó al suelo, pronto el objeto se desvanece sobrenaturalmente y un círculo mágico se manifiesta.
—Ahora lo entiendo, una entrada mágica de teletransportacion –Dijo Adil en voz alta.
—Así es, el piso subterráneo solo es accesible a través de ese trozo de papel el cual contiene una fórmula mágica que abre el acceso al hechizo de teletransportacion, me tomo un mes entero conseguir solo uno.
De modo que el papel del espía actúa como una especie de "tarjeta llave", que necesita estar imbuido con una magia especial hecha para activar el mecanismo que conduce al piso subterráneo.
—Oigan, una vez que nos adentremos, ¿necesitaremos otro de esos trozos de papel para regresar? –Pregunte.
—No necesariamente, investigue el piso subterráneo minuciosamente, posee en total 6 puntos desde donde acceder, el trozo de papel es para activar el hechizo de teletransporte desde el exterior, pero una vez en el interior, se puede salir del sitio sin necesidad de recurrir a uno –El espía informo.
Supongo que se tomaron las molestias de diseñar una manera de complicarle a los intrusos acceder al piso subterráneo, pero una vez que se cuelan a este, escapar lo hace más fácil.
—Yo me quedare en la otra sala y asegurare la salida –Asumió el espía su rol —Les deseemos suerte a todos.
El espía rebelde se retiró de la habitación con el cerrar del pasadizo secreto, luego el círculo mágico invocado cubre toda la habitación y al estar todos situados en este, el círculo se activa con el desprender de mucho mana.
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— ¿Es aquí el piso subterráneo? –La loba con curiosidad pregunto.
Llegamos a una plataforma de piedra del mismo tamaño que el círculo, a ambos lados había otras plataformas iguales a esta, 6 en totales, la nuestra estaba ubicado al final en el lado izquierdo. El área al que llegamos era bastante amplio, la distancia entre el techo y el suelo era de 8 metros, y todo el piso estaba cubierto de arena, la iluminación en el lugar era aportada por antorchas y piedras mágicas.
— Un piso arenoso, ¿acaso les gusta tanto el maldito desierto como para crear uno desde adentro? –Pregunte en voz alta.
—Todos estén en guardia –Adil nos advirtió.
Ciertamente debo estarlo, este sitio es lo bastante abierto como para recibir un ataque sorpresa, es por eso que avancemos cuidadosamente, los arqueros tenían sus arcos tensados, los que utilizaban armas blancas estaban en guardias y en cuanto a Riha como a mí, nuestra armas apuntaban al frente con el dedo cerca del gatillo. Más adelante el camino estaba bloqueado por una pared, pero luego nos dimos cuenta que había una puerta para acceder a esta, la única utilizable.
—Ahora esto si me huele a trampa –Pensé en voz alta.
— ¡Movimiento en la puerta! –La Lupian exclamo.
Estando solo a 22 metros de la puerta, esta se abre, de su interior surgen un escuadrón de 20 criaturas de pieles verdes con alturas iguales y algún que otro superior a un hombre adultos, orejas largas, poco cuero cabelludo, colmillos sobresaliendo de su boca y extremidades tanto superior e inferior como un torso tonificado. La inmensa mayoría estaba equipado con armas blancas como espadas pesadas, mazas con escudos y lanzas largas, en cuanto a protección, solo 3 de los más altos llevaban puesto una armadura de cuero muy gastada, el resto estaba con el torso al desnudo.
—Orcos… -Identifique a ese tipo de seres.
Mientras que el continente de Gresswold tiene a los goblin, los de Sharya posee los denominados "Orcos", seres de bajo intelecto con un nivel de sociedad tribal, aunque al principio parecen compartir mucho similitud con un semihumano, los orcos no están clasificados en el mismo estatus que uno, ya que un semihumano posee un nivel de inteligencia y entendimiento semejante a un humano, un orco en cambio no, ya que se puede comparar a uno con un grado se razonamiento semejante al de un cavernícola, dichos seres están en la clasificación de "monstruos".
Curiosamente el continente de Orianta también poseen "orcos", pero a diferencia de los de Sharya, los orcos de Orianta en lugar de ser unos pieles verdes, tienen más bien un aspecto de cerdos antropomórficos. Cuando apunte mi arma hacia ellos y estaba a punto de abrir fuego, Adil me detiene situando su brazo en frente de mi con su palma abierta.
—Deja que "él" se encargue.
—"¿Él?".
No supe a quien se refería, hasta que me di cuenta que aquel rebelde que cubría su cara con un pañuelo se nos había adelantado solo, en todo el momento de la operación no lo había visto hacer nada, ¿entonces finalmente va a actuar?, Adil quiere que lo deje en manos de ese individuo, ¿es así de fuerte para tenerle tanta confianza?. El hombre con el emanar violentamente de su magia hace volar en una fuerte brisa tanto el pañuelo y la túnica que vestía, revelando ser alguien de robusta constitución, con cicatrices contundentes y de cortes alrededor de todo su torso e inclusive su cara, pero también había otro detalle, no tenía brazos.
—Oye… no es por faltar el respeto, pero ese sujeto de allá, no tiene brazos, ¿crees que vaya a estar bien por su cuenta? –Le pregunte a Adil.
—Jejeje, solo observa y veras –Fue la respuesta del líder rebelde.
La falta de brazos en ese individuo no fue por razones naturales, se observa que pudo haber sido causado por el corte de un arma afilada, aun si es un mago, ¿cómo será su estilo de combate carente de la utilización de miembros superiores?. Al emanar una considerable cantidad de magia, el hombre proyecta dos brazos hechos completamente de mana.
—"¿Luchara con prótesis hecho de energía mágica?" –Me pregunte en mi mente.
Pero luego aquel individuo materializo un arco de madera, la cuerda del arma estaba hecha de mana, invocando por consiguiente una flecha hecha de metal, a la cual tensa de inmediato, pero su objetivo no eran los orcos, sino que apunto hacia arriba. Al lanzar su flecha tanto sus miembros de mana como el arma que empuñaba desaparecen, el proyectil se eleva varios metros sin llegar a tocar el techo, para luego descender y clavarse en el suelo.
—Esto me parece extrañamente familiar…
De la flecha clavada, se invoca repentinamente un círculo mágico de tan tamaño, el mana fluye de sus bordes como llamas incoloras y dos docenas de sables flotantes surgen de este.
— ¡Es el circulo de aquella vez! –Pronto recordé.
Cuando Riha y yo estábamos apresados por esos esclavistas, una flecha impacto cerca y manifestó un circulo que creo a esos sables que lucharon contra ellos, entonces el responsable de invocar tales cosas era ese mago sin brazos.
—Aquí comienza la verdadera lucha –Dijo Adil con cierta emoción.
Los sables se movían a la voluntad del mago sin brazos, como si los esgrimirá a todos juntos a la vez, los orcos respondieron a las invocaciones y centraron toda su atención en las espadas flotantes. Los orcos tenían la ventaja en cuanto a las cualidades físicas como la fuerza o resistencia, los de menor estatura se movían más rápido y los más grandes blandían las armas más pesadas proveyendo el mayor daño en un impacto cuerpo a cuerpo.
Los sables sin embargo tenían la ventaja de la destreza y la velocidad sobre sus enemigos, aunque el choque entre los dos filos siempre terminaba con el retroceder de los sables invocados por parte de la fuerza de estos seres, las espadas que levitaban se recuperaban en segundos y volvían a la carga. Fue en ese instante en que la estrategia del mago sin brazos se llevó a cabo, en el primer ataque deja que una de sus invocaciones absorba el golpe del orco, acto seguido una segunda espada apoya a la primera atacando de manera consecutiva al monstruos antes de que este reaccione para defenderse.
Los orcos grandes como bien se aclaró, son fuertes pero lentos, en el momento en que uno de ellos ataca, lo hace con todas sus fuerzas, eso hace que le tome un puñado de segundo recuperarse para dar otro ataque o defenderse. Aunque eran una lucha de 20 contra 20, los orcos combatían sin una formación en concreto, era una manera de lucha desorganizada que se basaba únicamente en acercarse lo necesario y dejar que la fuerza bruta hable por el resto.
De esa manera el mago sin brazos fácilmente puede mover a sus invocaciones para que de una manera táctica, atacara a un puñado para distraer a unos cuantos y que entre dos, se lanzaran contra un orco. Resultado: en el momento en que su estrategia del ataque consecutivo con un segundo sable se lleva a cabo, el monstruo incapaz de reaccionar es herido gravemente conllevando a que sufra una hemorragia mortal, traspasando a través de su armadura de cuero, aunque viendo la baja calidad de este, el resultado era evidente.
Llevando a cabo su táctica, eliminaba uno a uno a los orcos, luego cuando alcanzo la superioridad numérica, llevo el ataque de dos sables voladores entre dos grupos a dos orcos, luego tres grupos y eventualmente la victoria estaba a su alcance.
— ¡Cuidado! –Señalo la Lupian.
Un nuevo orco apareció de la puerta, su piel en lugar de ser verde, era grisácea, su masa muscular era menor comparado a los anteriores, en su mano empuñaba un bastón y usaba un cráneo de animal como casco, su poder se especializaba en la magia. En la punta del bastón había concentrado tal cantidad de mana que al canalizarla lanzo un proyectil contra el mago sin brazos.
Los sables de repente crearon desde el aire una formaron circular alrededor de su invocador y cuando el proyectil se acercó a la proximidad de este, impacta contra una barrera siendo bloqueada exitosamente. Demostrando que las armas flotantes del mago no solo tenían capacidad ofensiva, sino incluso poseían una cualidad defensiva como medida para proteger a su usuario.
Pronto el mago orco empezó concentrar mana sobre la punta de su bastón para otro ataque a distancia, pero el mago sin brazos no se lo permitió, mando a dos de sus sables a atacarle y el monstruo en lugar de reaccionar a estos, solo siguió concentrando su magia, en consecuencia el primero le apuñala en el pecho justo en el corazón y el segundo atraviesa el cráneo que llevaba puesto, con un daño critico a su parte cerebral, su muerte fue instantánea. Con todos los orcos abatidos, los sables desaparecen.
—"Assim" –Cito Adil aquel nombre —Fue un guerrero leal que formaba parte de las fuerzas del Azim Alnabil Aqrame Shatuuel, aun tras la muerte de nuestro señor, siguió luchando en su nombre para que sus ideales aun vivieran, en una confrontación directa contra el enemigo, él y todo un escuadrón bajo su liderazgo fueron bombardeados por varios barcos voladores de guerra, solo Assim sobrevivió.
Era fuerte, no lo dudaba, ese mago aun sin brazos poseía una formidable habilidad para compensar la discapacidad de sus miembros superiores, pero un defecto observo, sin esos sables que le defiendan, ¿cómo lidiaría con un ataque sorpresa por su cuenta?. En cuanto Assim se acercó a los cuerpos de los orcos, uno de ellos de improvisto se levanta, aun con un fiero corte en su abdomen y la cantidad de sangre perdida, agarro firme su lanza y cargo contra el guerrero rebelde.
Pero ni Adil o los arqueros reaccionaron, el tal Assim conservaba la calma, de repente unas cuchillas fueron desenvainadas en la punta de sus calzados del rebelde, cuando su monstruoso oponente estuvo a su alcance, este agito su lanza contra él. Assim de un ágil salto evade el movimiento perforante del orco y acto seguido, apuñala con las cuchillas de sus zapatos de cuero el cuello del orco, más concretamente la yugular, con tal herida y sangre salpicándose a chorro, la muerte del ser inhumano se hace evidente, nuevamente fue la victoria del mago sin brazos.
—"Retiro lo dicho, este tipo es increíble" –Pensé entonces.
El camino estaba despejado, avanzamos entonces hacia la puerta, al otro lado el suelo ya no era de arena, sino hecho de piedra firme, llegamos hasta una amplia sala llena de celdas e incluso instrumentos de torturas, ya sean para someter a viles sufrimientos a sus prisioneros o brindarles una muerte lenta y dolorosa. Entre todo este sitio iluminado por unas pocas luces mágicas, solo un prisionero se encontraba en su interior, era un hombre canoso de cabello revuelto y larga nariz, llevaba puesto un harapo empañado con suciedad y manchas de sangre, tenía pocas heridas visible en su cuerpo y su flacidez era evidente de la poca nutrición que recibía, pues según Adil, este sujeto originalmente era gordo.
—Déjame adivinar, ese es Arpue Asa Hablu, ¿no?.
—Sí, es él –Adil lo confirma.
Adil se acercó a la celda del canoso hombre, por su edad estimaba que podría estar en sus 50 o cerca de los 60, estaba totalmente inconsciente y no respondía a los llamados del hombre del punto purpura.
—Esto es extraño... –Opino el líder rebelde.
— ¿Por qué lo dices? –Le pregunte.
—Este lugar alberga a sus prisioneros de mayor importancia, ¿y logramos llegar tan fácilmente hasta aquí con nuestro pequeño grupo? –Se preguntó el calvo del punto purpura en la frente.
Ahora que lo menciona tiene sentido, una inmensa fortaleza con cientos de guardias y en los puntos importantes donde la seguridad debería ser más estricta, los números fueron más inferior de lo estimado, ¿el enemigo nos subestimaba o acaso esto…?
—Debemos darnos prisa –Adil sugirió.
La jaula donde Arpue estaba encerrado estaba cerrada, no poseíamos la llave para abrirla, pero eso no detuvo al líder rebelde para abrirla con la fuerza bruta, utilizo sus cuchillas de 30 centímetros cuyas hojas eran curvadas y con el fortalecimiento incluido, basto para de un ataque derribar la puerta, enfundo sus armas y levanto al Alnabil inconsciente.
—Tenemos el paquete asegurado, en marcha hacia la salida –Sugerí entonces.
— ¿"Paquete"? –Riha replica confusa.
—Es solo una expresión.
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Volvimos nuevamente por la sala cuyo piso era como un desierto, Adil cargaba consigo al inconsciente Alnabil, hasta que de pronto el canoso hombre comienza a emitir unos gemidos de quejidos, había despertado. Con cuidado, el líder rebelde lo recuesta en el suave piso de arena y el Alnabil al abrir sus ojos lo primero que ve es al calvo del punto purpura.
— ¿Adil?... –Pronuncio Arpue su nombre.
—No te preocupes, pronto te sacaremos de aquí, aguanta un poco más –Le aseguro Adil.
—No… no deberías estar aquí… -El Alnabil hablo con una voz alterada — ¡Todo esto es…!
Unos fuertes ruidos provinieron de la arena y en cuestión de segundos unas series de flechas de madera impactan sobre nuestra posición, los dos sablistas rebeldes, los dos arqueros y el único lancero fueron abatidos por esta sorpresiva lluvia de proyectiles. Riha y yo, quienes estábamos al lado del otro, éramos el blanco de algunas de esas flechas, pero sorpresivamente el mago sin brazos se posiciono hacia delante de nosotros y con las cuchillas de su calzado más fortalecimiento mágico las repelió fácilmente, las únicas personas que no estuvieron en el blanco de este ataque, fueron Adil y Arpue Asa Hablu.
Los demás fueron eliminados, dejándonos únicamente a nosotros con vida, solo quedábamos Riha, yo, Assim y Adil, junto al Alnabil que veníamos a rescatar.
—Una sala llena de arena, que tonto he sido por no darme cuenta antes, debí imaginar que serían ellos los que custodian este piso… -Expreso Adil con frustración.
Varios metros al frente, desde la arena surgieron docenas de ellos, vestían únicamente túnicas ligeras con sus cabezas al descubierto, seres de 1,70 a 1,90 de altura, de una piel escamosa verde, su hocico se asemejaba al de un cocodrilo (aunque el tamaño comparado al hocico de uno real era menor), tenían un largo cuero cabelludo que les llevaba a la mitad de la espalda y poseían una gruesa cola de 50 centímetros con espinas. Estaban armados con flechas, báculos y hachas, pero también llevaban lanzas arrojadizas consigo sobre una canasta en la espalda, el número total de estas criaturas presentes ascendían a los 60, no… calculaba mínimo unos 80 de ellos.
—Kamodos –Adil pronuncio el nombre de aquellas criaturas.
Los llamados "Moradores del desierto", donde la arena es su territorio, así como el mar lo es para el tiburón.
—"Ya lo entendí" –Mire a Arpue Asa Hablu —"Él no era solo nuestro objetivo, sino también era un señuelo del enemigo".
Continuara…