PERSPECTIVA: Rozuel Drayt
La tormenta había alcanzado casi toda su fuerza, la poca visibilidad nocturna sumada a los vientos arenosos nos hacían casi prácticamente ciegos a lo que había a nuestro alrededor. Adil se acercó a la pared de la fortaleza y empezó a dar una serie de golpes suaves con la mano envuelta en mana.
— ¿Qué estás haciendo? –Le pregunte.
—Avisando a nuestro portero, sobre nuestra llegada –Contesto el calvo hombre del punto purpura.
Un círculo mágico surge en torno a la pared, de pronto esta se abre de manera vertical hasta formar un agujero hacia el interior, en el otro lado nos esperaba un guardia con una antorcha en la mano en un almacén de armas a oscuras. Dicho guardia en realidad era el espía de los rebeldes, el responsable de brindar información de las actividades en la fortaleza Hasr y también de asegurarnos una "segunda puerta".
—Tomo varios meses, pero dio sus frutos… -Expreso Adil complacido de ello.
El espía seleccionado para adentrarse a la fortaleza poseía una habilidad de manipulación en torno a la tierra, los gruesos muros de piedra de esta fortificación estaban hecho para resistir varios impactos de maquinarias de asedio antes de caer. ¿Entonces cómo pudo sucumbir tal muro de dicha estructura fácilmente al poder de un solo mago?.
Tomo su tiempo, el mago vertió parte de su mana cada ciertos días en un punto específico de dicho muro desde el interior de la fortaleza, repitiendo este proceso por varios meses. Esa acumulación de magia paso inadvertido ante otros guardias, gracias a las notorias habilidades del espía en el dominio de su poder, y cuando finalmente se vertiera suficiente mana, sería capaz de activar su poder para someterla bajo su manipulación y abrirla desde adentro para brindarnos una entrada alternativa a la fortaleza.
Por supuesto, dicha "puerta alterna" no puede deshacerse, por los que los enemigos eventualmente la notaran y eso los alertara, pero he aquí donde el fenómeno meteorológico Silaytlia juega su papel más importante. No solo era una tormenta de arena nocturna hecho para brindarnos mejor sigilo, la cosa es que dicho fenómeno cuenta con ciertas propiedades.
La magia del mago espía manifestó para crear la segunda entrada, utilizo una considerable cantidad de mana acumulado por meses, lo que hace que en consecuencia al utilizarse tanto poder sea capaz de sentirse por los magos guardias cercanos de otros pisos e incluso también por no-magos de buena percepción ante la magia.
O al menos eso sería de no ser por el Silaytlia, esta tormenta de arena entorpece la capacidad de percibir la magia sobre aquello que este en torno a esta, semejante al concepto de un aparato que bloquea señales de celular o radio. Los sensores no podrán percibir la emanación del mana a consecuencia de este fenómeno meteorológico.
Además de que el Silaytlia tiene una estimada duración de una hora, ocultando por ese periodo de tiempo el agujero en la pared ante los ojos de los guardias del exterior, aunque nada evitara que uno del interior lo descubriera si llegara a este almacén. Básicamente, usamos esta tormenta a nuestro factor en más de un aspecto sigiloso.
—En marcha –Nos sugirió Adil.
El agujero nos llevó hasta una sala utilizada como una pequeña armería para simples armas ordinarias, según el espía, la fortaleza Hasr se dividía en tres pisos y un subsuelo. El primer piso alberga las celdas donde van a parar prisioneros del montón, además de albergar la mayoría de los cuartos donde duermen los guardias de bajo rango y el comedor principal.
En el segundo piso se encuentra las habitaciones de los oficiales de mayor rango, también para los invitados (cuyos visitantes en su mayoría son Alnabil que terminan llevándose algún prisionero para saber que explotación en particular). Además en esta planta se encuentran las armerías que almacenan armas mágicas, la mayoría son encantadas y alguna que otro un artefacto.
El tercer piso alberga laboratorios de alquimia, herrería tanto para producir armamento normal y mágico, un hospital, salas de interrogatorios equipado con herramientas de naturaleza mágica y al almacén donde se guardaba toda la comida. Era una planta hecho en su mayoría para la producción de bienes medicinales, armas y almacenaje de provisiones (además de ser el lugar donde se tortura a los presos).
Las torres de vigilancia no se acceden en el tercer piso como uno pensaría, sino desde el primero, todas las torres están interconectados a través del muro superior. Las torres son las estructuras más elevadas de esta arquitectura, por lo tanto la que más escalones tienen, ya que comienzan del primer piso hasta superar el tercero, alrededor del muro en torno a las torres, están instaladas numerosas piezas defensivas de asedio como cañones mágicos y balistas.
Eso nos lleva al subsuelo o piso subterráneo, su existencia solo es conocido por los altos mandos de la fortaleza, aquí son encerrados los prisioneros de considerable estimación o "valor". Es allí donde nuestro objetivo, Arpue Asa Hablu, se encuentra encerrado y es donde debemos adentrarnos.
Al ya encontrarnos fuera de la tormenta y del frio clima del exterior, tanto Riha como yo, nos quitamos las túnicas dejando nuestras verdaderas prendas al descubierto, se me hizo para mí una camisa gris de mangas cortas semejante al chaleco oscuro que usaba en Gresswold, en conjunto con un pantalón largo. De mi cintura poseía un cinturón de cuero equipado con numerosos bolsillos, en ellos llevaba las armas y municiones creadas para mi uso.
Riha por su parte, vestía una camisa corta marrón que dejaba su vientre con pelaje al descubierto, un pantalón largo del mismo color, en su cintura portaba un cinturón como el mío con sus numerosos bolsillos. De un lado llevaba cargadores para la pistola Beretta 92 9mm con silenciador, del otro era la munición para la segunda arma que le hice, la cual uno de esos mismos bolsillos la mantenía enfundada.
Opte por cambiar de arma, al rifle M89SR la comprimir en una canica y la coloque en uno de mis bolsillos, para luego por consiguiente tomar otro en su lugar, al retornarla a su forma original obtuve una AK-47 con silenciador. Solo he creado tres silenciadores en total, una para el rifle francotirador, otro para la pistola 9mm de Riha y el último para el AK-47.
—"Echaba de menos tener una en mis manos…" –Pensé con regocijo mirando a la Kalashnikova.
Nos adentramos desde un agujero hecho desde un muro ubicado en una de las esquinas de la fortaleza, dejando el almacén por donde llegamos, dimos con un largo pasillo de dos caminos iluminado cada uno por numerosas antorchas. Si se escogió este lado para infiltrarnos, es porque según el espía, era el más seguro para que pudiera actuar con discreción para crear la entrada alternativa a la fortaleza y el que ofrecía una distancia más cercana a la entrada del subsuelo.
Teníamos dos caminos a elegir, una izquierda o derecha, la segunda conduce hacia la gran puerta custodiada de la fortaleza, por lo que obviamente la primera era nuestra elección. El amplio pasillo era iluminado por duraderas antorchas gracias a productos alquímicos que mantenía por más tiempo su combustión.
Éramos en total un grupo de 10 personas (contándome a mí y Riha), de siete, 2 iban armados con sables y un pequeño escudo de madera adherido al antebrazo, otro portaba una lanza a dos manos, dos llevaban un arco, Adil tenía sus armas enfundadas en su cintura y el hombre de túnica que cubría su rostro con un pañuelo en todo el camino, no mostraba llevar arma alguna a la mano o siquiera mostrar sus brazos, su túnica era la más gruesa de todos los presentes. El décimo era el espía, nuestro guía primordial en esta operación, llevaba puesto el uniforme de la guardia de la fortaleza, resaltando un manto azulado que le cubría del hombro hasta los pies, sobre su cabeza llevaba un turbante del mismo color, con protecciones de cuero en el pecho y espalda en conjunto de algunas hechas de hierro sobre los hombros unidas a una situada en el pecho por encima de la cuero, al nivel del corazón, su arma era una lanza corta con punta metálica en una mano y un escudo de hierro en otra.
Llevamos una formación en concreta, me situé al frente con los dos sablistas a mis lados, Adil se situó en medio con los únicos arqueros a sus dos costados, Riha cuidaba la retaguardia junto al único lancero y el hombre del rostro con pañuelo caminaba al lado de uno de los arqueros junto al espía. Tan pronto percibí algo al frente, levante mi mano en señal de alto, todos se detuvieron al mismo tiempo, el espía apago la antorcha cercana a nosotros para que la oscuridad nos brindara su escondite y nos agachamos para ser más difíciles de notar a la vista.
—Patrulla de guardias, tres blancos –Identifique a los que se aproximaban.
Dos llevaban lanzas cortas de punta metálica y escudos de hierro, el tercero una ballesta, se aproximaban a nuestra posición, Riha con pasos silenciosos se situó a mi lado con su 9mm con silenciador apuntando a los potenciales blancos, entre los dos nos encargaríamos de lidiar con la patrulla.
—Oigan, esa parte está a oscuras –Noto uno de los guardias.
—Antorchas defectuosas, tendrían que castigar a los alquimistas que no hacer bien su trabajo en producir esas porquerías que las mantienen encendida como deben –Comento un segundo.
—Mejor la encendemos, si el capitán se entera de que la pasamos por alto, nos dará latigazos sin piedad…
El trio de guardias a través de sus expresiones denotaba un miedo instintivo hacia su superior, para luego empezar a acercarse a la antorcha apagada para encenderla. A una distancia considerable, la Lupian y yo abrimos fuego, mi arma disparo en semiautomático abatiendo de tres tiros en el rostro al guardia que tenía por objetivo, mientras que ella líquido a su blanco de un disparo a la frente.
— ¡Oigan!, ¿¡qué demonios les pasa!?... ¿¡s-sangre!? –Noto el guardia restante las fatales heridas en sus compañeros abatidos.
El último fue liquidado por la semihumana lupina con un disparo en el cuello, gemía con intenso dolor mientras se ahogaba en su esencia vital, con la patrullada erradicaba teníamos luz verde.
—Cuanto letalidad silenciosa, si nos fabricaras esas armas que utilizas y las distribuyéramos a los rebeldes, quizás tendríamos una considerable ventaja que acelere nuestra victoria –Comento Adil.
—El trato es que los ayudaríamos, pero bajo ninguna circunstancias accederé a brindar mis armas a otros, Riha es una excepción a esa regla –Le aclare.
—Cielos… -Suspiro el hombre calvo con cierta decepción —Sí que eres precavido con tus "aliados", aunque tampoco es algo malo, puedo darme más de una idea del porque tomar todas esas precauciones.
El enemigo en común era casi todo un país, contaban no solo con un mayor número de tropas, sino con una amplia gama de recursos bélicos como maquinarias de asedio y barcos voladores de guerra, si brindara mi armas a estos "rebeldes" que solo cuentan con pequeñas fuerzas de infantería, la única forma de que ellos obtuvieran una significativa ventaja sobre un enemigo de mayores recursos, es con tácticas que les permitan causar estratégicos ataques rápidos y sorpresivos a pequeñas escalas. Es decir, hostigar en operaciones de guerrillas al gobierno opositor con pequeños daños a sus infraestructuras vitales y fuerza militar, para poco a poco debilitarlo, podría tomar meses o inclusos años, no puedo darme el lujo de desperdiciar tanto tiempo.
— ¿Cuánto falta para llegar al piso subsuelo? –Le pregunte al espía.
—Siguiendo este camino, deberíamos dar con una puerta cerrada con llave, la cual llevo conmigo –Contesto el rebelde espía —La entrada al subsuelo se encuentra cruzando esa puerta.
Ocultamos los cuerpos de los guardias eliminados en las sombras brindada por varias antorchas apagadas, continuamos entonces por el pasillo, no pude evitar observar la presencia de varios artilugios con una palanca de hierro sobre la pared. Según Adil, esas palancas al bajársela, harán por medio de mecanismos en su interior, mover una serie de campanas para dar una ruidosa señal de alerta, y a través de un encantamiento mágico puesto sobre esas campanas, el ruido emitido se intensificara tanto, que se hará oír en todo la fortaleza.
—"Una apropiada alarma" –Supuse en mi mente.
Continuando nuestro avance, observamos a un costado una puerta que nos daba un segundo camino, pero según Adil esa puerta llevaba a unas escaleras circulares hacia arriba que conducía a una torre de vigilancia, por lo que era inútil para nosotros, la ignoramos para seguir el rumbo que ya teníamos.
— ¿Eh?... –La Lupian voltea en dirección opuesto con sus orejas en alto.
— ¿Sentiste algo?, ¿un enemigo? –Le pregunte con mis sentidos en alerta.
—Creí haber escuchado algo… pero no oigo nada inusual y no hay nada a la vista, lo imagine de seguro.
Cuando volvimos a enfocarnos en nuestro camino, la puerta por la que pasamos se abre de golpe, algo veloz sale de allí y se impulsa con sus pies sobre la pared con sobrehumana condición para dar un formidable salto. A una velocidad que superaba mi reacción, aquella figura con hostilidad se balancea con una espada pesada a mi cuello.
—"¡No me da tiempo para defenderme!... ¡y sin Intense Iron, a este paso voy a…!"
Adil se situé delante de mí con dos cuchillas desenfundadas, las dos median aproximadamente unos 30 centímetros y las hojas de estas eran curvadas. Todo su cuerpo se envuelve en un aura mágica, era fortalecimiento, sobre todo en sus manos y las armas que empuñaba, asumiendo una posición defensiva recibe el choque del metal del adversario.
Sorprendentemente no solo logra resistir la fuerte embestida del enemigo que utilizaba una espada pesada, sino que además lo hace retroceder, entonces todos pudimos ver con mejor claridad al atacante. En su torso lo único que llevaba puesto era una ligera protección de cuero atado por sus hombros, usaba un pantalón largo y andaba descalzo, su arma era una gruesa hoja curvada de 120 centímetros.
Pero lo que más destacaba del agresor es que era un semihumano, tenía la cabeza de un chacal con cuero cabelludo negro, tanto sus manos y pies eran animales, el resto era humano, aquel sujeto se trataba de un Anubian, sobre su cuello tenia puesto un collar de color plata. Sus brazos y torso estaban tonificados con una notable musculatura, era un guerrero adiestrado para empuñar el arma pesaba que portaba.
—Justo cuando mi turno estaba por terminar y creí que sería otra noche aburrida, me encuentro con un grupo bastante interesante, ¡no sé cómo ustedes pudieron entrar, pero me encargare de que…!
Su fanfarronería es interrumpida por un rápido y hábil combo de Adil, movía sus cuchillas con una destreza sublime y una fuerza que hacia retroceder al semihumano, a pesar de que por naturaleza ellos son físicamente más fuerte que los humanos. No conseguía apuntarle bien con mi AK-47, Riha tampoco tenía un tiro seguro, de disparar podríamos darle a Adil.
El hombre calvo parece que tomo la responsabilidad de lidiar con el anubian, no le daba un respiro a su oponente de la espada pesada, este solo podía defenderse de los ataques de Adil. El líder de los rebeldes lucia su fuerza, pese a que sus armas eran pequeñas y ligeras, eran capaces de tratar contra agresores que portaban instrumento de combate de mayor tamaño.
— ¡No te pongas engreído, maldito rebelde! –Declaro el Anubian.
El semihumano manifestó su magia con la finalidad de fortalecer su cuerpo y sus extremidades superiores como su arma predilecta, Adil hizo lo mismo utilizando un poco más de su propio fortalecimiento, los movimientos de sus brazos se hicieron más veloz y llego a un punto en que la hoja pesada del atacante empezó a fracturarse.
— ¿¡Que!? –Exclamo con presunto asombro el anubian.
Fue en una embestida al mismo con la punta de ambas cuchillas sobre la hoja del semihumano que llevo a la espada a los límites de su durabilidad, pues esta se partió a la mitad tras el impacto. Estaba perplejo, totalmente anonado ante lo que presencio, su oponente logro destruir su arma pesada con un par de livianas, superando su propia fortaleza física semihumana y la que le brindaba el fortalecimiento, ese humano le gano.
Con su espada inutilizada, estaba vulnerable y el hombre calvo no perdió el tiempo, movió hábilmente una de sus cuchillas, apuntaba para rebanarle el cuello, el semihumano en un acto desesperado manifestó todo su mana en su fortalecimiento para evadirlo. Consiguió evitar que el cuchillo tocase su cuello, pero sacrifico uno de sus brazos en el proceso, soltó su destruida arma para darle prioridad a cubrir la herida sangrante del miembro perdido.
Herido e indefenso, miro entonces a una palanca de hierro cercano, una de los tantos mecanismos para activar una alarma que ponga en alerta a toda la fortaleza. Manifestó su magia, en cantidades menores, quizás sus últimas reservas, su plan era fortalecerse para moverse rápidamente hacia el artilugio y utilizarlo.
Adil se percató de los planes del anubian y se desplazó hacia él para detenerle, yo le apunte con mi AK-47, estaba nervioso, un blanco en movimiento sobrehumano no era un objetivo sencillo de lidiar, puse mi dedo en el gatillo esperando asestar. Dos disparos son efectuados, pero no vienen de mi arma, pues esta estaba en semiautomático, de haber disparado serian tres los disparos.
Fue obra de Riha, note la mirada certera y fría de la Lupian, nunca dejo de apuntar, busco el momento oportuno para hacerlo, cuando el anubian se alejó de Adil, encaminándose hacia la palanca para accionar la alarma, ella aprovecho esa oportunidad. Los disparos de la Lupian asestan en la espalda del semihumano causando que cayese al suelo y no lograse alcanzar el mecanismo.
—"Cuanta habilidad…" –Pensé entonces.
Actuó con rapidez y logro darle con tenaz puntería a un blanco en movimiento, que se desplazaba sobrehumanamente y consiguió producirle dos impactos críticos en la espalda, uno de esos disparos sin duda debió perforar uno de los pulmones del anubian. Pero aún no había muerto, estaba agonizando, intentando ponerse de pie, pero entre las heridas infligidas y la pérdida de sangre tanto por sus heridas de balas en la espalda, vomitándolo por la boca y en su brazo cortado, la debilidad física azoto bruscamente su cuerpo.
Adil no perdió el tiempo y lo remato con el clavar de sus cuchillas en la sien del moribundo semihumano, lográndose eliminar al problemático guardia anubian, el líder rebelde se quedó mirando fijamente su cadáver.
—Esa marca... –Pronuncio él con cierto tono de incomodidad.
— ¿Qué ocurre?.
Me acerque a él, mire fijamente también al cuerpo y note la presencia de una marca en la espalda del anubian, una que había visto con anterioridad, tenía la forma de un triángulo invertido con el grabado de una mano de solo cuatro dedos, faltándole el dedo meñique.
—"Hyslamia" –Cito Adil al mirar aquella marca en la espalda del semihumano.
— ¿Reconoces esta marca? –Le pregunte.
—Le pertenece a uno de los comercios de esclavos más grande de toda Sharya del sur, no… de hecho, es prácticamente la única –Contesto el líder rebelde —Eliminaron toda competencia absorbiendo a otros negocios centrados en la venta de esclavos, ya sea por la fuerza o por la extorción, su influencia y vasta riquezas son equiparable al de todo un reino… pues dicen que están afiliados al "Tartib-Qaede"
Tartib-Qaede, una poderosa organización criminal de gran renombre cuya influencia y negocios está extendida en toda Sharya, tanto en los reinos del norte como del sur, junto a la "familia Bonavesse" del continente de Gresswold, conforman dos de los tres grupos proclamados como las "Calamidades de las sombras", las más peligrosas entidades dedicadas al crimen organizado. Si algo ha de destacar de estas organizaciones, es que su poder económico, fuerza paramilitar e influencia política, pueden rivalizar con una nación entera o dos.
—Este anubian era un esclavo adquirido de ese comercio –Concluyo el calvo del punto purpura en la frente.
Todos los esclavos del "Hyslamia" llevan la marca del triángulo invertido con la mano de cuatro dedos, prueba fidedigna de que son sus "productos".
—Hay una cosa se sabe de los Hyslamia en torno a sus legítimos dueños, todos ellos comparten una característica física en común que poseen desde su nacimiento –Relato Adil —Solo tienen cuatro dedos en ambas manos.
Si la Hyslamia colabora con Muer Afigad, eso significa que este Azim Alnabil puede estar recibiendo apoyo de la mismísima Tartib-Qaede, eso quiere decir que no solo estábamos lidiando con casi una nación entera, sino también contra una poderosa organización criminal que cuenta con los recursos de una nación.
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PERSPECTIVA: Tercera Persona
Cercanías de la Fortaleza Hasr – 30 Minutos después desde la infiltración…
Con la Silaytlia aun en curso, dos miembros de la rebelión se encontraban situado a escondidas en los alrededores de la fortaleza, con una carreta tirada por camellos, estaba preparada y lista para utilizarse en cualquier momento. De repente uno de ellos cae enseguida al suelo, llamando la atención del otro quien se encamina a su ubicación para socorrerle, en vano intenta hacer que le hable o reaccione, pues este no respondía.
Y no tardo en descubrir la razón, algo perforo su pecho matándolo en el acto, algo con la suficiente fuerza de penetración de una lanza, pero no había tal arma en escena y tampoco señales o indicios de que usase algún proyectil pesado. Lo único que observo en el cadáver, es que sobre la herida abierta, la sangre estaba acompañada de rebosante arena.
— ¿Es este el plan de escape que ese patético líder rebelde tenía planeado hacer uso?, que detalle tan lamentable –Una voz declaro a espaldas del rebelde.
El miembro rebelde estaba asustado, aquella persona que se encontraba a sus espaldas era un enemigo, uno que transmitía una intensa aura ruin y amenazante, provocando que todo su cuerpo involuntariamente temblara sin control y haciéndole incapaz de moverse, estaba paralizado del terror. Aquella figura hostil en su retaguardia hace un movimiento rápido con una de sus manos, y en cuestión de segundos, el rebelde es decapitado.
Ni con los camellos tuvo piedad, los asesino con macabramente y luego destrozo la carreta, aquella persona se presentaba como un hombre de piel bronceada con túnica blanca y turbante negro, de un fornido físico, larga barba negra y una cicatriz ubicada al lado de su ojo derecho. Toma del bolsillo de su vestimenta una esfera de cristal que cabía perfectamente en la palma de su mano.
—Todo va según lo planeado –Hablo el misterio hombre de barba a través del cristal.
—"Ya tienes tus ordenes, solo dos de ellos importan, el resto, elimínalos" –Una voz femenina resalto de la esfera —"Su excelencia Muer Afigad, no aceptara fallas".
—Cumpliré con las órdenes que se me dieron, con diligencia.
Una criatura bípeda más grande que un camello, con cabeza de hiena, pelaje pardo en conjunto con manchas y escamas de reptil, así como también dos protuberancias en su cabeza en forma de cuerno, se acercó al hombre barbudo para frotar con afecto su rostro en la nuca de este. El hombre le responde acariciándole su cabeza.
—Cumpliré con las expectativas de su excelencia, lo juro por mi honor como Muhaqdad.
Varias siluetas surgen de la tormenta de arena acercándose al hombre desde una dirección en concreto, primero en docenas, luego en centenares, hasta observarse incluso la de un gigante.
Continuara…