PERSPECTIVA: Rozuel Drayt
Estaba muy cerca del lugar, unos minutos más de caminata y llegaría, pero no podía correr el riesgo de confrontarlos en medio de la noche, mi visión no es de la mejor en la oscuridad y puede que entre ellos haya hábiles magos adaptados a combates nocturnos que me lo hagan difícil con su magia.
Debía ser paciente y me quede en medio del bosque para encender una fogata y reposar allí hasta el amanecer, estaba lo suficiente lejos como para que me percibieran, de hecho es imposible que lleguen a verme, conozco el lugar en donde estaban y la razón del porque no verían la luz del fuego a esta distancia.
En mi mente se reproducen recuerdos de aquellos días, la primera vez que acompañe a mi padrastro Walter y Euber en su trabajo como comerciante, fue cuando tenía 6 años y estaba empezando la fabricación del AK-47.
Era un espléndido día por el bosque, en la carreta además de los tres teníamos como compañía extra a dos brujas del pueblo en la parte trasera como escoltas de seguridad, ambas no pasaban de los 30 años y eran apta para el combate por lo que fueron las elegidas para asegurar el recorrido de mi viejo tanto ida y vuelta.
— ¿Y a donde nos dirigimos primero? –Pregunte yo.
—Comenzaremos con ir a Sota y después a la aldea de Argoh –Me contesto Euber.
— ¿Argoh?, leí por ahí que ese poblado es el más popular de esta área.
— ¡Jajaja!, y lo es –Comenta emocionado Walter —Allí está el gremio de comerciantes, pero lo que resalta su popularidad es que en ese lugar es donde se encuentra el gremio de aventureros más cercano.
Aventurero, un oficio que consiste en variedades de trabajos en donde la mayoría de las ocasiones pones tu vida en juego, casi parecido a un típico RPG, desde cazar monstruos, búsqueda de objetos y otras variedades de misiones, solo que aquí todo es real, tanto el dolor, estrés, desangrarse, quedar lesionado de por vida y por supuesto morir, no hay segundas oportunidades, en mi caso una tercera.
—Dime Rozuel, ¿qué harás cuando seas grande? –Me pregunto Walter.
— ¿Qué hare?, Hmmm…
No lo había pensado, a los 9 años culminaría mi educación en Windaz y el resto dependerá de mis cualidades para sobrevivir en el mundo, las únicas características con la que contaba era mi habilidad ESP y mis armas de fuego, obviamente volverme un traficante como en mi anterior vida no era lo que elegiría en esta ocasión.
Se me fue concedida una segunda oportunidad, con una amorosa madre, una pequeña hermanita, un querido padre y un hermano algo aburrido pero buena persona, debía aprovechar esta vida y voltear el camino para elegir un destino acorde a mi estilo, algo que hiciera sentir con orgullo a mis seres queridos de Avalia por brindarme lo que en mi anterior mundo no tenia, por supuesto que lo que busco debería estar en mis facultades, ¿pero qué cosa seria?, ¿qué oficio destaca para alguien como yo con mis capacidades actuales?.
—Si por casualidad quieres ser mercader, con mucho gusto puedo enseñarte todo lo que se de este oficio junto a Euber, así tú y él podrían juntos llevar el negocio cuando este cuerpo no pueda más, ¡como un equipo familiar!, ¡jajaja! –Dice con todo buen humor el viejo Walter.
—Eres demasiado animado para alguien de tu edad –Opine yo.
—El maestro Walter tiene un estricto código moral de siempre mantener un buen ánimo y una sonrisa aun en las peores situaciones –Agrego Euber.
—Euber, sabes que ahora tienes que decir "papa" o "padre", ya que somos todos una familia, ¡y como familia no hay mejor forma de pasarla entre padre e hijos que un día de honesto trabajo arduo, jajaja!.
Normalmente hacer trabajar a menores de edad no lo catalogaría de "honesto", pero dado que dicho concepto aún no existe en este mundo y considerando mi mentalidad adulta, no me importaba ayudar con el negocio, de hecho me sentía bien acompañarlos y charlar con ellos, ¿será esta la calidez que uno siente al tener un padre y un hermano?.
La carreta seguía un particular camino por el bosque, al llegar a un cruce nos vimos detenidos por la presencia de 6 hombres armados con dagas y espadas con pinta de saqueadores, de hecho obviamente eran eso.
— ¡Alto!, para pasar deben pagar un tributo para tomar este camino y "no hacerlo" no es opción –Nos comunicó uno de ellos como líder del grupo.
—No recuerdo que por esta ruta se cobrara un peaje, he pasado tanta veces que es la primera vez que sucede esto –Dijo Walter.
—Digamos que ahora este camino tiene dueño, ahora quiero ver esos Bals.
Las brujas no iban a quedarse quietas pues en cualquier momento se echarían contra ellos con toda su fuerza, observe a los vulgares ladrones y no parecía haber algún mago entre ellos, aunque claro la mayoría de las veces es difíciles de percibir a uno si estos no usan o exponen algo de su magia para revelarse como tal, por lo que decidí involucrarme en esta situación.
—Esperen un momento –Les pedí a las brujas no interferir aún —Dígame buen hombre, ¿cuánto es el coste del peaje?.
—Se ve que eres un buen chico, iba a ser 20 Bals por cada persona, pero como me caes bien se los dejo en 15 –Notifica el hombre líder del grupo sabandija.
—Que amable de su parte, permítame pagarle –Dije yo tomando por consiguiente la pistola Springfield XD de mi cintura.
¡BANG!
Fue un disparo certero y justo en la frente, matándolo al instante.
—Conserve el cambio, idiota.
Los demás individuos al ver a su supuesto líder abatido fácilmente con un arma extraña, se dieron a la fuga con rostros demacrados de miedo, permitiéndonos seguir nuestro camino sin ningún problema.
— ¡Eso fue increíble! –Opina Euber —Hermano, ¿no has pensado en vender tales artefactos mágicos?.
—Euber, sabes que no hay que ser tan ambicioso, Rozuel tiene sus razones para no hacerlo, ¿no es así? –Dijo Walter por su parte.
Mi padrastro estaba al tanto de mis creaciones y de su capacidad letal, pero nunca se le paso por la mente el preguntarme si tenía tal interés en ofrecer lo que creo a otros por cierta suma monetaria, pese a ser un comerciante, tenía una buena ética racional tanto en su oficio como ser humano.
—Sí, padre –Conteste yo.
Los acompañe varias veces en otras ocasiones, nunca jamás (incluso cuando no iba con ellos) se toparon con bandidos o personas de mal agüero en su camino, son y serán momentos inolvidables para mí.
Regresaba al presente tras emerger de mis recuerdos con la vista en la fogata, justo un leve ruido se hace notar entre arbustos a mis espalda, era de esperar que no estaría a salvo estando solo en medio de un bosque en plena noche, supuse que se trataba de la salvaje fauna nocturna.
Me mantenía fingiendo ignorar de tales ruidos y mientras lo hacía prepare mi AK-47 sosteniéndolo en mis manos, el rifle contaba con un selector de fuego entre "seguro", "semiautomático" y "automático".
Estando en "Seguro" el arma era incapaz de ser utilizada (la balas no se disparan), en "automático" las armas son disparas a modo de ráfaga y la modalidad "semiautomático" estas son disparas de a uno, por mi seguridad y mayor confianza me dispuse a usarlo en modo automático.
Algo salió entre las hojas dirigiéndose a paso rápido hacia mí, doy vuelta al instante y le propino unos disparos de mi rifle, la criatura es eliminada y mirando fijamente se trataba de un lobo.
—Esto no es bueno, los lobos por lo general andan en…
Cinco de ellos se me aparecen de frente, mantuve la calma y comencé a dispararle logrando acabar con dos, los tres restante tenían en mente rodearme tanto a mi izquierda, derecha y retaguardia, pero acabe de inmediato con los primeros dos quedándome únicamente el que iba a darme caza por la espalda.
Me di vuelta para apuntarle pero el salvaje animal ya no estaba, ¿habrá huido del miedo al ver a sus compañeros morir?, me relaje de momento y sin previo aviso ese lupino me toma por sorpresa atacándome desde mi costado derecho, dio un amplio salto abriendo su mandíbula para darme un bocado mortal, calculando mis posibilidades seria tarde para mi lograr voltear y apuntarle con el rifle a tiempo.
— ¿Voy a morir aquí entonces?, ¿devorado por un mísero lobo? –Me pregunte en mis pensamientos con frustración.
Pero de la nada un inesperado milagro ocurre, un encapuchado de túnica marrón aparece de manera veloz propinándole un rodillazo a la bestia en el abdomen, el golpe impulsa al salvaje animal a cambiar su trayectoria y darse contra un árbol, sin embargo logra ponerse de pie pero huye del lugar algo atontado gimiendo del dolor.
Mirando detenidamente al misterioso individuo que me salvo, su altura se asemejaba a la mía, solo superándome por unos centímetros, pero daba a entender que su edad podría o no ser como la mía, la túnica que portaba cubría completamente sus brazos y piernas, ni siquiera sus manos o pies eran visible, ya que usaba guantes y botas negras.
—Tienes un arma bastante inusual, ¿qué es esa herramienta de color negro? –Me pregunto el individuo denotando una voz claramente femenina e infantil.
Entonces estaba bastante claro que era alguien de una edad muy corta y se trataba de una chica, ¿pero porque el excesivo uso de vestimenta hasta el punto de no dejar ver nada de piel en ella?.
— ¿Quién eres? –Pregunte yo.
—¿Esa es tu forma de agradecer a las personas que te ayudan?.
—Ciertamente estoy agradecido, pero cuando se trata de confianza y considerando el lugar en el que estoy, me es bastante difícil no sospechar de malas intenciones.
—Hmmm… no eres uno de ellos.
—¿uno de "quien"?.
—De los forajidos de Lars, los estoy buscando, ¿sabes quiénes son ellos?.
—Sí, los conozco, ¿por qué molestarse en buscar a un peligroso grupo compuesto por mercenarios y ex-soldados con magos entre ellos?.
—Hay alguien a quien tengo que encontrar y ellos la tienen cautiva, ¿qué hay de ti?, ¿qué hace alguien tan joven en medio del bosque a esta hora?.
—También los estoy buscando, tienen a alguien a quien debo salvar.
—Nuestros objetivos tienen mucho en común, oí que por esta zona se encuentra operando actualmente Lars y sus forajidos, pero… desconozco donde exactamente, ¿qué dices tú?, ¿tienes alguna idea de donde podría estar?.
—Quizás.
—¡Por favor, dímelo!.
En el momento en que mencione la posibilidad de que supiera (cosa que se) sobre donde estarían escondido los forajidos de Lars, ella se acercó bastante a mí levantando la voz para rogar que se lo dijera.
—Si te lo digo, ¿qué vas a hacer? –Le pregunte.
—Ir tras ellos –Me contesto de inmediato.
—Asaltarlo en medio de la noche no es la mejor de las ideas, es mejor esperar hasta que el amanecer.
—La oscuridad no es un problema para mí, eso no me afecta en nada, así que por favor dímelo.
— ¡Me niego!, puede que a ti no te afecta pero a mi si, si te digo la ubicación de donde están y los atacas de manera apresurada, una vez que acaben contigo de lo cual estoy seguro, estarán más alerta para cuando yo llegue a ellos y eso me complica las cosas, o en el peor de los casos corro el riesgo de que se marchen de allí y mi rescate se vaya al carajo, así que paso, no pienso bajo ninguna circunstancia decirte en donde están cuando soy yo quien más pierde.
Mi decisión parecía haberla molestado, no podía saber con exactitud cuánto dado que sus expresiones faciales estaban oculta, aunque en caso de que intentara algo violento, mi AK-47 aún le quedaba la mitad de las balas del cargador que usaba (y dicho cargador era uno normal).
—De acuerdo, te propongo esto, esperamos hasta el amanecer y me llevas contigo hacia donde están ellos, ¿te parece bien? –Me propuso ella.
—Bien, pero no quiero que vayas a arruinarlo haciendo las cosas de manera precipitada, haremos esto a mi manera de una forma estratégica y no de manera suicida lanzándose al frente sin pensarlo, ¿de acuerdo?.
—De acuerdo, que así sea entonces.
Ella acerca su mano izquierda para estrecharla con mi derecha en señal de cerrar el acuerdo decidido, hago caso realizando el apretón para confirmar que aceptaba su compañía. Acabo de unir fuerza con una extraña aliada a la cual ni su rostro puedo ver, cuando intente preguntarle la razón del porque no dejaba ver su cara ella contesto mirando hacia otro lado.
—Porque ya no confiarías totalmente en mí.
Parecía haber tocado un tema sensible por lo que decidí olvidarlo, entonces ambos nos quedamos cerca de la fogata esperando el amanecer, no diré que me costó dormir considerando la enigmática compañía que tenía cerca de mí, pero lo que más me inquieta era la naturaleza de su fuerza.
La manera en que repelió a ese lobo, cuando le dio ese rodillazo no sentí ni una pizca de magia en ella, es decir la fuerza que empleo para mandar a ese salvaje animal lejos no estaba fortalecido con poder mágico, había usado nada menos que su fuerza natural, ¿acaso es alguna especie de artista marcial?, por el tono de su voz claramente estaba sobre mi edad, quizás me superaba por uno o dos años, pero no quitaba el hecho de que aun sin magia tenía un poder físico bastante exagerado para alguien de su edad, lo que me hace la siguiente duda tomando en cuenta la forma en que viste, ¿es humana siquiera?.
El resto de la noche se tornó tranquila pues no fuimos atacados por ningún otro animal salvaje, llegado el amanecer fui despertado por ella justo a tiempo con la luz del sol dándome en la cara, nos pusimos en marcha conmigo adelante para guiar el camino. El intercambio de palabras en el trascurso era inevitable.
— ¿De dónde conseguiste tan extraña herramienta? –Pregunto ella.
—No la conseguí, yo la fabrique mediante esto –Respondí yo señalando el guantelete "mágico" de mi mano derecha.
—Esa arma… no es un artefacto mágico, ¿verdad?.
—Así es, ahora me toca preguntar, ¿tienes algún nombre?, no creo que te agrade que te llames por "hey tú" o "chica misteriosa".
—Tayra, ¿y tú?.
—Mi nombre es Rozuel, pero con Roz basta y sobra.
—Roz, ¿tú eres un no mago?.
—¿Y que si lo soy?.
—Nada, solo quería confirmarlo.
La charla ceso cuando llegamos a la "entrada" de la colina, era un extenso follaje de 40 pies de altura y también se extendía varios metros a su alrededor, de hecho la colina estaba cubierta de forma circular por este mismo follaje que actuaba como muro, pero era solo para aparentar, se podía cruzar ya que solo eran hojas y no tenía nada peligroso o molesto como espinas en ella, pasamos a través pisando en donde comenzaba la elevación de terreno.
Caminamos con cuidados entre árboles y arbusto e hicimos contacto con el objetivo, sobre el centro de la colina resaltaba una enorme iglesia abandonada de quien sabe cuánto tiempo y no era una cualquiera, tenía tres pisos, si mal no recuerdo las previas visitas que hice en este lugar, el primer piso estaba la sala en donde se llevaba los eventos espirituales (séase misas), el segundo era en donde antes residían los habitantes de esta y el tercero daba con el campanario.
Sobre la torre en donde yacía la oxidada campana habíamos avistado un sujeto con armadura ligera de cuero y cubriendo su cabeza con una capucha, en sus manos llevaba un arco, esto confirmaba que los forajidos de Lars estaban allí.
No estaba solo, había otros dos arqueros vigilando en otras partes elevadas del edificio y sobre tierra unos cuantos (7 en total) habían salido a hacer su guardia, por obviedad más nos aguardaban adentro pero ya teníamos una idea de cómo empezar.
Planifique con Tayra mi idea de cómo llevaríamos a cabo el ataque y una vez finalizado la planeación, dimos por iniciado el asalto. Tome dos de las granadas de gas repelente y le explique a ella sobre su funcionamiento.
—Una vez que retire los anillos, lánzalas hacia el grupo de bandidos que vigilan fuera de la iglesia, yo me encargare de los arqueros –Le dije a Tayra.
Retire los anillos de seguridad de las granadas y se los entregue a Tayra quien con una impecable fuerza acompañado de doña puntería los arroja cayendo justo encima de los blancos que le asigne, antes de que estos pudieran reaccionar a lo que cayó cerca de sus pies las granadas se abren liberando su pestilente gas que inunda buen parte del prado, generando la confusión.
— ¡Ahora, vamos, vamos, vamos! –Exclame en voz baja a Tayra y ambos salimos de nuestro escondite.
Continuara…
EPILOGO:
PERSPECTIVA: Riza Gramwind (Muchas horas antes)…
Era de noche y me encontraba frente a la casa de Roz, después de ser testigo de cómo la Eldar rechazaba a todo argumento de incluirle en el grupo de rescate, tenía la sospecha e inquietud de que él no se quedaría de brazos cruzados y acerté.
En plena oscuridad él salió de su hogar, armado con todas las herramientas mortales que había creado y con la primera persona en toparse era yo.
—Riza –Me nombro con cierto tono carente de emociones.
—Sé a dónde te diriges –Le dije yo.
—¿Vas a entrometerte en mi camino?.
—No, vengo a pedirte que me dejes acompañarte.
—Me niego.
— ¿¡Porque no!?, me hecho lo suficiente fuerte y lo sabes, no seré una carga.
—Lo serás y correrás el riesgo de morir.
—¡Tú también corres el riesgo de morir!, ¿qué difiere eso?.
—Que este es un asunto que no te concierne, ahora vete Riza y por favor olvida que me has visto.
—No, insisto en que me dejes ir contigo.
—Supuse que serias así de terca.
Saco del cinturón que portaba un extraño objeto con forma de huevo y al retirar lo que parece ser un anillo de esta, me la arroja a mis pies, pronto se abre echando un horrible gas verdoso de fétido aroma, me hacía toser con intensidad y buscar con desesperación una salida de tal nauseabundo olor.
Una vez que logre salir de esa maloliente gas, cuando esta se disipa Roz había desaparecido sin dejar rastro, con frustración caigo de rodillas al suelo pero no enojándome con él, sino conmigo misma.
— ¿Soy… tan débil aun?.
Continuara…
Notas finales:
NOTAS FINALES:
1: [BALS]; Nombre de la moneda (o dinero) ejercida en la zona tanto en donde se encuentra Windaz como otros poblados de la región (Sota y la aldea Argoh por ejemplo), el Bals se presenta en monedas de oro (valor mayor), plata (valor medio) y cobre (valor mínimo).