Chapter 3 - La Bestia

"Cuando piensas en lo que te hace feliz, lo común es que pienses en personas que son parte de tu vida diaria. Tal vez tus padres? o tal vez tus hermanos, es normal ser cercano a gente que ves todo el tiempo. Pero en mi caso es distinto".

" Cuando tenía 8 años mi padre decidió que sus vicios como el alcohol y los cigarros serían perdonados si decía que yo, una persona irrelevante en su vida, era el que los causaba. Y de la nada pasamos de un alcohólico maltratador a un niño psicópata que quiso matar a su madre. Se inventó una historia en la que él era el héroe. Y lo peor fue que lo que yo llamaba "madre" lo corroboró. De alguna manera lo entiendo. Ella tenía miedo, pero... Yo tenía aún más miedo, estaba aterrado. Mi memoria no es clara, había un hombre en traje gritándome, una mujer susurrando palabras que yo no entendía. Era otro idioma, pero tenía las palmas de las manos unidas enfrente de su pecho. Sabía que le hablaba a dios. En ese momento pensé que oraba por mi. Que pedía misericordia por el alma de un niño inocente. Pero intenté hacer ese gesto con mis manos y me gritó "bestia inmunda". En el fondo escuchaba los sollozos de mi madre y el sonido repetido de un mazo golpear, Silencio, silencio, Silencio, una voz repetía una y otra vez. El sonido retumbaba en mis oídos, la cabeza me zumbaba, estaba llegando a un limite y de pronto...ya no podía ver nada, nada en lo absoluto, mi vista estaba en negro. Los sonidos estaban distorsionados, y entre gritos y lloriqueos escuchaba susurros, cosas que no quería escuchar, pero que repetían lo mismo una y otra vez".

"Lo supe, se había acabado. Mi criterio era altamente dudoso. No le creerían a un niño por sobre un hombre y una mujer en penas. Ella lloraba y todos pensaban que le dolía el hacer lo CORRECTO. Porque cuando alguien llora es de entender que son los buenos. Porque el dudar de una mujer en sufrimiento es simplemente inmoral. Prefieren pecar de inocentes a sentenciar a una mujer en sufrimiento que podría ser inocente. Es lo correcto, no importan los que son arrastrados de por medio."

El niño se retorcía en el suelo en dolor, hacía sonidos inhumanos y todos sabían que era un tipo de demonio que tomaba parte de su alma. El decaía, y ellos observaban con repugne. Los testigos hicieron saber a los medios que era una criatura infernal la que yacía dentro del inmundo niño. E Incluso aunque los doctores lo llaman un ataque epiléptico causado por estrés postraumático, los medios sólo publican lo que atraería audiencia. Nadie quería saber de la injusticia a un niño, sólo de una bestia que sería castigada y que no causaría más daño a la gente de buenos ideales.

De esta manera un joven se encontraba rodeado de gente mentalmente inestable que vivía de drogas. Él lo supo, la justicia depende de la perspectiva. Todos piensan que ese evento liberó a una mujer de una vida de miseria. Incluso ella se convenció a sí misma de ello. De esa manera los remordimientos permanecían encerrados en una cajita. Una caja que ella sabía podría abrirse en cualquier momento pero de la cual no se preocupa. De qué habría servido tal sentencia entonces.

Esa misma noche en la casa de los Allistar. En tan sólo el transcurso de 16 minutos Rose Allistar había hecho lo que había deseado hacer desde que la cabeza de Vermothel tocó el piso de la sala del juzgado. Rose se convirtió en la maldición personal de Edwin. Eso solo lo sabe Rose, Edwin, y el gato de rayas naranja y amarillas con nariz blanca.

Por medio de dolor ajeno Rose liberaba penas internas. Se arrepentía pero se convencía a sí misma de que de otra manera no podría haberse liberado de Edwin. Edwin, el que estaba tendido en el piso de madera falso en la sala. Incluso sin un ojo podía ver el remordimiento de Rose. Pero no podría jamás darle un abrazo. Sus extremidades aún estaban a medio coser.