_Emilia: ¡No! ¡Como era de esperar, parece que ese ataque tampoco fue eficaz!
_Subaru: ¡Así que no! Es decir, la posibilidad de que sus pies sean su punto débil también ha desaparecido.
Siguiendo instrucciones, Emilia había atacado las plantas de los pies de Regulus― Sin embargo, el hielo se rompió sin dejar rastro de lesión.
" Reinhard: La Operación A también falló. Mis disculpas, me faltan capacidades. "
En un instante, Reinhard había utilizado la Protección Divina de la Telepatía para enviar un mensaje psíquico, pero estas idiosincrasias sobrehumanas ya no dejaban perplejo a Subaru. Examinando de cerca la lesión en su pie derecho, notó que había dejado de sangrar; pero aunque hubiera sido completamente destrozado, esto no habría sido ni siquiera un poco sorprendente.
Además, Subaru ya había experimentado las implicaciones de un pie destrozado.
_Subaru: Si su invencibilidad es una barrera, puede que no se extienda hasta donde sus pies entran en contacto con el suelo, así que se me ocurrió la Operación S (Suelas de los pies), pero…
Las partes de Regulus que tenían contacto con el suelo deberían tener desactivada esa fuerza, de lo contrario él simplemente se hundiría en el suelo. Subaru había pensado que ese podría ser el caso, pero resultó estar equivocado.
Según el informe de Reinhard de la Operación A (Autodestrucción), la idea de que Regulus tendría que desactivar su invencibilidad para lanzar sus ataques invencibles también estaba descartada.
En ese caso, la Operación B (Bola en la charca) también había fallado. Parecía que la realidad negaba la noción de que habría una debilidad en su invencibilidad.
_Subaru: ¿Hay… hay algo más? ¡La debilidad de un enemigo invencible, la debilidad…!
Cubriéndose la boca, Subaru furiosamente le ordenó a su mente que pensara.
Antes de encontrar e incluso después de haber conocido a Regulus, lo que a menudo le preocupaba era hallar la forma de derrotar a alguien con un escudo definitivo.
A través de la mente de Subaru volaban respuestas de una variedad de subculturas, como si casi lo hubiera descubierto, pero aún no tenía una respuesta clara.
_Subaru: ¿Mi forma de pensar es incorrecta? ¿No estoy pensando como es debido?
Tal vez lo que necesitaba no era una forma de romper con la invencibilidad, sino algo más fundamental: averiguar qué era en realidad la Autoridad de Regulus.
_Emilia: Subaru, ¿qué más puedo hacer? ¿Qué… qué debo hacer?
Emilia le preguntó a Subaru, quien se había sumido en sus profundos pensamientos.
Ante ellos, al otro lado de un gran canal de agua, la feroz batalla entre Reinhard y Regulus continuaba, pero ella no podía ofrecer ninguna ayuda, lo cual la trastornaba.
Tanto Emilia como Reinhard confiaban en Subaru, ambos tenían sus expectativas en él.
Y no sólo ellos dos. Los aliados que estaban combatiendo en las torres de control y los ciudadanos de Priestella a los que se había dirigido en su transmisión con el dispositivo mágico, todos compartían esos sentimientos.
_Subaru: …
Piensa, piensa, piensapiensapiensapiensapiensa.
Aunque esos recuerdos eran desagradables, Subaru comenzó a recordar todo desde su primer encuentro con Regulus hasta este instante, sus acciones y palabras, los ataques y lo que había intentado llevar a cabo.
Debe haber algo. Debe haber alguna razón. No sólo Regulus. Incluyendo a los demás Arzobispos del Pecado, debe haber algo. Todos son escoria. Eso ya está claro. No sólo es eso.
_Subaru: Los nombres… de las estrellas.
_Emilia: ¿Subaru?
De repente, Subaru se dio cuenta.
Antes había pensado en lo mismo y ahora dejó de lado la broma para pensar en ello seriamente.
Ya que las cosas habían llegado a este punto, comenzó a considerar una idea abandonada de nuevo.
Regulus, Capella, Alphard, Sirius, Petelgeuse.
Estos nombres relacionados con las estrellas reunidos en un lugar, ¿realmente debería pensar que es una simple coincidencia?
En retrospectiva: el Pabellón Fluvial del Plumaje, las costumbres de Kararagi, Hoshin de los Páramos.
En este mundo, muchos lugares habían sido tocados por la influencia del mundo original de Subaru, así que no podía tratarlo simplemente como una broma. Y por el mismo motivo, el Culto de la Bruja también podría estar relacionado con eso.
Petelgeuse era Betelgeuse. «La mano de Orión»… «Mano Oculta».
Regulus era Leo, «Pequeño Rey». Por lo tanto, tenía un título.
«Pequeño Rey» era, en verdad, un título acorde con él.
_Subaru: Emilia. Tengo algo que preguntarte.
Al oír la voz tranquila de Subaru, Emilia abrió los ojos y luego asintió.
Subaru podía sentir la atención que irradiaba del rostro blanco como la nieve de Emilia, y cerró un ojo.
_Subaru: Ese hombre te agarró por el cuello una vez, ¿verdad? Es sobre ese momento.
_Emilia: Sí.
_Subaru: La mano de Regulus, ¿estaba caliente? ¿O estaba fría?
_Emilia: …
Ante la pregunta de Subaru, Emilia miró hacia arriba pensativa.
Y así, ella se tocó con una mano su delgado cuello, con un leve golpecito, y respondió.
_Emilia: No. Ahora que lo pienso… no pude sentir nada. Ni calor ni frío, no había temperatura.
Al escuchar la respuesta de Emilia, Subaru contuvo el aliento.
A pesar de que Regulus fue arrojado al canal, su respiración no estaba interrumpida y su cuerpo no estaba empapado. La ineficacia de atacar las plantas de sus pies, la ineficacia de que sus propios ataques lo dañen. Impecable tanto en el ataque como en la defensa.
Si esto no fuera simple y mera Invencibilidad—
_Subaru: ¡Reinhard!
Él se giró y gritó el nombre del héroe que estaba luchando contra el mal desde el otro lado del canal.
En una batalla sin descanso, Reinhard miró con determinación hacia Subaru.
Para que Reinhard lograra escucharlo, Subaru levantó su voz con fuerza.
_Subaru: —¡¡Comprueba si su corazón está latiendo!!
Las fuertes palabras de Subaru hicieron que Emilia y Reinhard abrieran los ojos con sorpresa.
Y Regulus…
Regulus…
***
Después de confirmar que cada uno de los grupos que había partido había llevado a cabo las incursiones simultáneas en las cuatro torres de control, Otto también se fue del Ayuntamiento para cumplir con el deber que se le había impuesto.
_Anastasia: No creo que sea extraño pensar que ér debería ser deteni'o… pero también es cierto que, ahora mismo, tenemo' que reconfirmar dónde 'tá er Libro de la Sabiduría que solicitó er Culto de la Bruja. Ese Otto-kun es lamentable, ¿no?
Eso fue lo que Anastasia dijo cuando Otto se fue.
Parecía que Anastasia quería que Otto también se quedara en el Ayuntamiento. Era el lugar de reunión donde Subaru y las demás facciones ya se habían enfrentado a Arzobispos del Pecado.
Aunque se esperaba que el Ayuntamiento funcionara como sede, no había muchas cabezas pensantes que pudieran buscar información de varios lugares diferentes en este momento.
Sin embargo, tampoco se podía permitir dejar el Libro de la Sabiduría en manos de facciones rivales.
Aunque ahora habían establecido una relación de cooperación para luchar contra los Arzobispos del Pecado, cuando la situación cambiara, volverían a ser enemigos. Y cuando eso sucediera, debía evitarse que otras facciones se dieran cuenta de la eficacia del Libro de la Sabiduría.
A decir verdad, lo mejor sería que la conversación nunca se dirigiera a las capacidades del Libro de la Sabiduría—Garfiel y Subaru llegaron a esta conclusión sin decirse nada.
Otto quiso suspirar al sentir que estaba haciendo algo impropio de él mismo.
_Otto: Me pregunto cuándo me convertí en alguien que corría por los demás de esta manera.
Con su mano sobre su cabello gris, Otto se cuestionó de nuevo lo que le había venido a la mente varias veces en el último año.
La posición en la que se encontraba era inesperada, su relación con la gente era inesperada, sus emociones actuales eran inesperadas.
¿Qué pensaría mi familia si se enteraran de que estoy haciendo todo esto?
_Otto: Si salgo bien de esto y tengo éxito, intentaré escribir una carta.
"Si Subaru estuviera aquí, definitivamente diría que acabo de activar una FLAG de muerte", murmuró Otto justo cuando llegó al Distrito Tres de la ciudad.
Los Arzobispos del Pecado deberían estar concentrados en las torres de control, y considerando eso, no deberían estar en la ciudad. No deberían, estar…
_Otto: Ha~a… ha~.
Agarrando su pecho con fuerza, Otto sintió cómo se aceleraban los latidos de su corazón.
Culto de la Bruja, Arzobispos del Pecado, Cultistas de la Bruja — Otto tenía malos recuerdos de ellos.
Hace un año, haber estado Otto a punto de morir era la otra cara de la moneda del encuentro con Subaru. El horror del Arzobispo del Pecado en ese momento todavía era inolvidable.
Esos ojos de loco que no se lo pensaría dos veces antes de asesinar.
Ese loco, la encarnación del fanatismo, que dedicaría su sangre y su carne por su propia voluntad.
Cuando él realmente esperaba ayuda, sólo el silencio y la soledad habían dominado.
Nunca había estado tan asustado. Nunca se había sentido tan vacío.
Luchar contra Garfiel, enfrentarse a la Cazadora de Entrañas, o encontrarse con manadas de mabestias, no era nada comparado con el miedo que sintió en ese momento.
El encuentro con el Culto de la Bruja dejó caer una sombra inmensamente oscura en el corazón de Otto. Aunque sabía lo horrible que era esa cosa, no era algo que pudiera ser borrado tan fácilmente.
—Emilia, quien no podía escapar a los prejuicios por su parecido con la Bruja de la Envidia.
—Subaru, quien había sido nombrado Caballero por ella, y que estaba destinado a luchar por ella contra los cultistas de la bruja que tenían en el punto de mira a la semibruja.
—Beatrice, quien ató su destino al de Subaru y gastó toda la fuerza que tenía en ese pequeño cuerpo.
—Garfiel, quien puso todo en su puño para proteger a su familia.
—Ram, quien tras su afilada lengua se escondía una dulzura que no podía ser ignorada.
—Frederica, quien vivía sintiéndose en deuda con su hermano, y tenía un sentido de responsabilidad por su posición.
—Petra, quien siempre actuaba con un rostro sonriente con todos, aunque era tratada como una niña.
Me encariñé con todos.
A pesar de que él no tenía la intención de quedarse en un lugar demasiado tiempo, por desgracia, se sentía muy a gusto con ellos.
Aunque sabía que debía mantenerse alejado de las cosas que daban miedo, no podía abandonarlos.
Para salvar este lugar, me gustaría estar a su lado y apoyarlos; aunque tenga miedo, quiero ayudarlos en todo aquello que ellos no sean capaces de hacer. Y por eso—
_Otto: —De alguna manera, tengo que hacer mi parte.
Al decir esto, entró en el Distrito Tres.
Había una pequeña silueta delante de él.
Más allá del puente de piedra sobre el canal de agua había una plaza, y allí estaba la pequeña silueta.
Además de esa silueta, se podían ver varias siluetas más.
Pero ahora mismo, los ojos de Otto estaban fijos en una única silueta pequeña.
El sonido desapareció. Todo estaba terriblemente tranquilo y no se oía nada.
Era una situación en la que los seres vivos aspiraban su aliento y lo contenían, tratando desesperadamente de ocultar su existencia.
Otto Suwen conocía bien ese tipo de situación.
Aun así, los latidos de Otto eran sorprendentemente tranquilos, ni siquiera cuando la silueta que tenía delante de sus ojos aplaudió suavemente con las manos y, al despeinarse su larga cabellera, levantó el rostro.
_???: Bienvenido, onii-san.
_Otto: …
_Ray: Bienvenido al banquete de cena del Arzobispo del Pecado del Culto de la Bruja, representando a la Glotonería… Ray Batenkaitos.
Abriendo su boca llena de colmillos, el Arzobispo del Pecado que no debería estar allí, río horriblemente.