— Beatrice le dio una palmadita en el hombro izquierdo a Subaru, mientras que Emilia lo hizo en el derecho.
_Beatrice: No te preocupes demasiado, de hecho. La apariencia no lo es todo, supongo.
_Emilia: Me alegra que Subaru y Julius se lleven bien, sería feliz si ustedes dos se hicieran buenos amigos.
Preguntándose cómo verían esta situación otras personas, Subaru sólo recibió de ellas un consuelo inútil.
Él se rascó la mejilla con frustración mientras Anastasia y su acompañante, que hasta entonces habían estado de pie en la entrada de la habitación, se sentaban frente a él, al otro lado de la mesa.
_Subaru: Ahora que lo pienso, ¿por qué sólo ustedes dos están aquí? Mimi y Garfiel... probablemente están en una cita, pero...
_Anastasia: Es justo como dijiste, Mimi está con er shico rubio ahora mismo. Hetaro adora a su hermana y probablemente los esté vigilando, y Tivey probablemente esté vigilando a Hetaro. Por eso no están conmigo en este momento.
_Subaru: ¿Ricardo no vino? Sé que los gatitos trillizos son bastante fuertes, pero ¿no es reconfortante tener un caballero adulto alrededor?
No era extraño que los trillizos estuvieran aquí, pero Ricardo, que usualmente se encargaba de sus travesuras, no estaba aquí, al igual que Joshua, el hermano de Julius.
_Julius: Desafortunadamente, no estamos en Priestella por diversión. Ricardo y mi hermano Joshua tienen negocios en otra parte. Ya lo conociste, ¿cierto?
_Subaru: Sí... y se parece mucho a ti. Si su figura fuera un poco más firme, podría hacerse pasar por ti perfectamente. En realidad, debería hacerlo de todos modos. Ya puedes marcharte.
_Julius: Tendré en cuenta tu interesante opinión, pero eso sería difícil para Joshua. No es un chico muy acostumbrado a viajar en exceso. Frustrantemente, me preocupan varias cosas de él, como su hermano mayor que soy.
Para disgusto de Subaru, Julius lo tomó en serio y comenzó a preocuparse por Joshua. Otto interrumpió el incómodo silencio de Subaru aclarándose la garganta.
_Otto: Emm… No me molesta esta atmósfera casual, pero como casi todo el mundo está aquí, ¿podríamos hacer las presentaciones?
_Anastasia: A mí también me gustaría, ya que las únicas personas que conozco son Emilia-san y Natsuki-kun. Quiero escushar especiarmente sobre este «oficial que parece competente» y «la poderosa gran espíritu-chan».
_Otto: Vaya vaya, no es propio de usted que le falte información, Anastasia-sama. ¿Pasa algo malo con sus informes?
_Anastasia: Me imagino por qué tendrías esa impresión, ¡pero creo que sería mejor que no indaguemo' en quién tiene la información correcta!
Esquivando una pregunta del «oficial que parece competente», ella asintió con la cabeza en dirección a Julius.
_Julius: Permítanme que me presente de nuevo. Soy Julius Euclius, de los Caballeros del Reino de Lugnica, aunque actualmente sólo soy el Caballero de Anastasia-sama.
Julius hizo una leve reverencia a Otto, quien asintió en respuesta a su elegante gesto. Julius luego pasó a una presentación de su ama, Anastasia.
_Julius: Les presento a una de las candidatas a Gobernante del Reino de Lugnica, Anastasia Hoshin, la talentosa empresaria que dirige la Compañía Hoshin de Kararagi.
_Otto: ¡Cierto... cierto, sí!
_Subaru: ¡No te inclines ante una simple presentación!
_Otto: —hk! Fue un error, ¡el ambiente fue abrumador!
Subaru golpeó la parte posterior de la cabeza de Otto, mientras Anastasia observaba, complacida con la presentación de Julius.
_Subaru: ¡No te dejes intimidar por los títulos! ¡Nuestra Emilia-tan es una maravillosa candidata para el mismo trono, y no perderá ante Anastasia!
_Emilia: Sí, así es. También soy candidata, así que haré lo que pueda.
_Subaru: Ahhhhhh, eres tan linda. ¡No puedo evitar decir EMT!
_Emilia: Me preocupa un poco que tus payasadas me tranquilicen...
Viendo sus típicas bromas sin sentido, Otto recuperó la compostura y se enfrentó al bando contrario.
_Otto: Gracias por su detallada presentación. Es un poco tarde para decir esto, pero soy Otto Suwen, Ministro de Asuntos Internos de Emilia-sama... Sí, debido a ciertas circunstancias causadas por una determinada persona, un Ministro de Asuntos Internos es en verdad lo que soy.
_Subaru: Parece que hay amargura en esa decisión.
_Otto: Originalmente iba a ser un simple comerciante, pero ahora esto es lo que ha sido de mí...
Aunque su voz resonaba con lamentos, Subaru se mantuvo firme, negándose a darle a Otto la oportunidad de escapar. Anastasia sacó la lengua, en una muestra de simpatía por Otto.
Luego, todos se giraron hacia Beatrice. Al ver sus miradas, ella sacó pecho orgullosamente y declaró,
_Beatrice: Betty es el gran espíritu Beatrice, de hecho. Soy el espíritu con quien Subaru tiene un contrato, supongo. Como pueden ver, tengo un alto rango tanto en espíritu como en lindura, de hecho. Apreciaría un té delicioso y un aperitivo dulce, supongo.
_Subaru: ¡Mantén tu dignidad hasta el final!
Siempre estaría en la naturaleza de Beatrice actuar como la mascota símbolo del grupo.
Subaru la jaló a su regazo y empezó a acariciarle el pelo mientras ella miraba con ira, descontenta.
_Subaru: Bueno, es por eso que ella tiene un contrato conmigo.
_Julius: Me imaginé que tendrías una buena compatibilidad con tu espíritu, y no llamaría a esto inesperado, pero no me imaginaba que un contrato con un gran espíritu como Beatrice-sama se pareciera a esto.
_Subaru: No elogies demasiado a mi Beako. Ella es como su familia, cualquier cosa buena se le subirá a la cabeza.
_Beatrice: Jmph. Declaro mi descontento con ese precipitado tratamiento, de hecho.
Beatrice le miró sugiriendo que ella apenas le aceptaba, y Subaru pinchó su mejilla como respuesta. Ahora que las cosas se habían calmado,
_Otto: Bueno, las presentaciones han terminado y la atmósfera parece haberse calmado. Entonces, hablemos de negocios, ¿sí?
Como Ministro de Asuntos Internos de Emilia, el papel de Otto era tomar la iniciativa en conversaciones como esta y evitar que se desbarataran. Anastasia contestó mientras jugueteaba con su bufanda de piel de zorro blanco.
_Anastasia: ¿Eh...? Bueno, nuestro trabajo como anfitriones es entretener a nuestros invita'os. Si eso gustan...
_Otto: Bien. Entonces, en primer lugar, ¿cuáles son sus razones para invitarnos a Priestella?
_Anastasia: No te preocupes, no necesitas estar ta' alerta. No 'toy planeando na'a. Ha pasa'o un año desde er comienzo de la Selección Real, y no hemos teni'o la oportunidad de vernos recientemente, así que pensé en organizar una reunión.
La mayoría de la gente sería fácilmente engañada por su gentil comportamiento, pero Otto era un veterano en la negociación. La conversación se había convertido en una batalla entre comerciantes.
_Otto: Teniendo en cuenta nuestra situación, estamos aquí porque usted nos atrajo con un cebo. Es natural que seamos cautelosos.
_Anastasia: Bueno, ciertamente los invitamo' aquí por una razón. Aunque hay souvenirs en Priestella que les gustarían, ¿no? Así que piensen en eso como un regalo.
_Subaru: ... ¿Cómo sabías qué regalo queríamos?
_Anastasia: Es una especie de secreto empresarial, Natsuki-kun. Digamo' que soy una shica curiosa y lo dejaremo' así.
Anastasia se cubrió la boca mientras reía. Sería una exageración decir que se estaba burlando de la frustración de Subaru, pero eso pareció. Consciente de su angustia, Beatrice no pudo evitar suspirar, mientras que Subaru se preguntaba cómo Anastasia se enteró de sus circunstancias.
_Emilia: No es algo que estuviera escondiendo, así que era inevitable que esa información se filtrara.
La franca admisión de Emilia alivió en parte las preocupaciones de Subaru, y Anastasia parpadeó en dirección a Emilia, quien respondió ladeando la cabeza.
_Emilia: A partir de este momento, creo que sería mejor que todos apreciaran lo que Anastasia ha hecho, en lugar de sospechar de ella.
_Anastasia: ...Mira que responderle a tu enemiga de una manera ta' bien intenciona'a… Además, no te ayu'o sólo por tu bien, Emilia-san.
_Emilia: Pero, gracias a ti, tengo una manera de encontrar lo que he estado buscando. Gracias. No sé cómo puedo pagarte, pero te lo agradezco de verdad.
_Anastasia: ———.
Los ojos de Anastasia se abrieron de par en par ante la sonriente respuesta de Emilia. Para su sorpresa, Julius, sentado a su lado, suavizó su mirada, y ella se giró para verlo.
_Anastasia: ¿Hay argo extraño, Julius?
_Julius: No, es simplemente que raramente veo su expresión de sorpresa. Creo que es tan bella como su rostro habitual.
_Anastasia: Tratando de escapar con halagos... bueno, todavía aprecio esas durces palabras.
Con la ayuda de las palabras de Julius, Anastasia se sacudió la sorpresa y recuperó su tono habitual.
Luego fijó una mirada aguda en una curiosa Emilia.
_Anastasia: Emilia-san, ha pasa'o un año y todavía tienes cierta desventaja que tienes que superar.
_Emilia: Sí, tengo carencias en bastantes áreas y causo tantos problemas a todo el mundo… así que estoy tratando de ponerme al día tan pronto como...
_Anastasia: Una corrección; tu mayor desventaja no es esa; sino tu parecido a la aterra'ora Bruja de las historias.
Anastasia exhaló profundamente y sonrió, haciendo que Emilia se pusiera rígida de sorpresa ante su repentino cambio de actitud. Ignorándola, Anastasia se giró hacia Subaru y Otto.
_Anastasia: ¿Y uste'es dos? ¿Continuarán apoyándola? Si lo hacen, la reputación de ella afectará a la de uste'es.
_Subaru: ¡Lo haré, y lo haré lo mejor que pueda, porque es mi política elogiarla y apoyarla pase lo que pase!
_Otto: Y por eso, la mayor parte de la carga recae sobre mí. Curiosamente, yo tampoco tengo salida...
Subaru levantó su pulgar y Otto lo observó con una mirada amarga. Viendo sus actitudes conflictivas, Anastasia reajustó su bufanda.
_Anastasia: Bueno, está bien. Seguramente entienden er valor de la gratitud, después de to'o.
_Otto: Gratitud, ¿eh? La gratitud es genial. No tienes que mantenerla en el inventario, y no hay una fecha límite adjunta a ella.
_Anastasia: Sí, ¿cierto? Y sobre to'o...
Las palabras de Otto coincidieron con las de Anastasia, ya que cada una de ellas revelaba la cara de un comerciante.
_Anastasia y Otto: —No hay necesidad de ponerle precio.
Hablaron al unísono.
Anastasia aplaudió mientras Otto dejaba caer sus hombros. Parecía que se trataba de un refrán. Sus perspectivas sobre la gratitud eran escalofriantemente idénticas.
_Anastasia: Ahora, vorvamos a lo que Emilia-san necesita... una piedra mágica incolora, con er más alto gra'o de pureza posible.
_Emilia: Sí, así es, ¿puedes decirme lo que sabes?
De camino a Priestella, Emilia, consciente de que había estado actuando por egoísmo, se había sentido culpable y no había querido involucrar ni a Subaru, ni a Otto, ni a los demás.
Sin embargo, teniendo la oportunidad justo delante de ella, naturalmente sintió la necesidad de actuar. Estaba más cerca que nunca de volver a ver a su querida familia.
_Anastasia: Er mejor proveedor de mineral de alta densidad es la Compañía Muse. La persona responsable reside actualmente en esta ciudad, Kiritaka Muse — un hombre cuyo corazón fue roba'o por una cantante.