Ella no quería permitir que la etiqueta de "mentiroso que andaba por ahí predicando sobre las esperanzas insustanciales que hay en la inútil e insalvable Emilia" cayera sobre Subaru.
Natsuki Subaru afirmó que Emilia podía hacerlo. Y, en este momento, Emilia veía dicha declaración como una mentira.
Pero si ella rompía su caparazón, y lograba hacer lo que él había afirmado, su mentira ya no sería una mentira.
Esto era lo que la gente llamaba deseos.
_Emilia: Lo que quiero hacer es convertir mentiras en deseos, haciendo ahora lo que tengo que hacer.
Como Subaru frenéticamente y desesperadamente le enseñó.
Lo que reposaba dentro de Emilia y que antes ella era incapaz de darle forma, finalmente tomó la forma de esas palabras.
Ella no estaba segura de que ésta realmente fuera la respuesta correcta.
Lo que cambiaría algo indefinido en algo correcto serían las acciones de Emilia.
Y le gustaría avanzar sin vacilar en hacerlo, sin indecisiones al respecto.
_Roswaal: ¡—! ¡Absurdo!
El rostro de Roswaal palideció mientras retrocedía un paso.
Él depuso su habitual compostura y la expresión vacía que tenía hasta ahora, forzando su voz a través de su cerrada faringe, con un semblante de desesperación y temblando de miedo ante la respuesta de Emilia.
Levantó el brazo, señalando a Emilia. Su voz se quebró mientras gritaba.
_Roswaal: ¡¿Por qué?! ¡¿Cómo?! ¡¿Cómo has llegado a esa respuesta, ahora, aquí?! ¡¿Cómo es que Natsuki Subaru le comunicó a usted lo que yo no pude comunicarle a mi Maestra?! ¡Él, ahora mismo! ¡A estas alturas! ¡No está bien que él logre esos sentimientos!
_Emilia: Recuerdo a qué le tenía miedo. Ahora mismo estoy en medio de fortalecerme a mí misma para enfrentarlo... ¿Y tú de qué tienes miedo?
_Roswaal: ¡Es obvio! ¡Desviaciones de los escritos! ¡Seguir adelante sin que la historia avance como está escrito aquí, y sin ser capaces de lograr nuestra prometida reunión! ¡¿Qué otra cosa podría ser?!
_Emilia: Pero parece que no es con eso con lo que tienes un problema ahora mismo.
_Roswaal: ¡—!
Un fuego de rabia chispeaba en los ojos de Roswaal.
Él estaba expresando su ira por el hecho de que no podía simpatizar con la mentalidad de Subaru.
Roswaal quería que Subaru sintiera lo que él mismo había experimentado en el pasado.
Lo que dijo antes sobre que Subaru y él eran la misma clase de persona probablemente no había sido una broma vaga, sino que Roswaal estaba convencido de que debería ser así.
Quizás pensó que Subaru y él deberían seguir la misma corriente en cuanto a cómo confrontaban a las personas que amaban, y sufrir las mismas heridas.
Esa inquebrantable convicción suya estaba a punto de desmoronarse.
Así percibió Emilia la confusión actual de Roswaal.
_Roswaal: Aaaaguh, ¡¿qué está pasando?! ¡¿Cómo es que me está pasando esto precisamente a mí?!
Roswaal se llevó la mano a la boca, sin preocuparse por el maquillaje cuando éste se caía; sus mejillas se retorcían.
_Roswaal: ¿He sido manipulado como una marioneta desde el momento de la apuesta? ¿La pérdida de Garfiel, y la recuperación de Emilia, todo fue calculado? ¿…Me equivoqué desde el momento en que empecé a hacer planes en contra de alguien con la habilidad de impedir que algo ocurra? ...Pero, entonces, ¿con qué propósito yo...?
_Emilia: ¿Roswaal?
La presencia de Emilia desapareció de la consciencia de Roswaal a causa de la vertiginosa tormenta de pensamientos que lo absorbía.
Lo que él estaba pensando tan frenéticamente probablemente era cómo corregir un mundo que se había desviado de sus planes.
Pero ya no existía ningún método para lograr tal cosa en este mundo.
Emilia no sabía qué tipo de profecías estaban escritas en aquel libro.
Roswaal estaba acorralado. La desviación debía ser increíble.
Tanto, que ya se podría llamar a este lugar un mundo diferente —
_Roswaal: — Ahh, ya veo.
Roswaal dejó escapar un murmullo.
Su voz había recuperado su tono inteligente, haciendo que Emilia anticipara que se había ocupado temporalmente de su malestar. A través de una conversación lógica, podían encontrar un punto de compromiso y —
_Roswaal: No~ hay necesidad de preocuparse por nada. Después de todo, existe el contrato. No hacía falta preocuparse de si él podría o no hacer aquello.
_Emilia: ¿De qué estás hablando? Roswaal, ¿qué es...?
_Roswaal: Nada. No es nada en absoluto, Emilia-sama. Mis más profundas disculpas por preocuparla y molestarla. Es mejor que proceda como se desea de usted, y como yo también espero.
Inclinándose, Roswaal depuso su comportamiento de payaso mientras le sonreía a Emilia.
Emilia, por supuesto, no podía estar de acuerdo con esto. Él parecía haber vuelto a su actitud habitual, totalmente distinta a su trastorno anterior.
El hecho de que ese trastorno parecía un comportamiento considerablemente más propio de él, era una locura.
_Emilia: ...Actuar como esperas. ¿Qué es lo que esperas de mí?
_Roswaal: Naturalmente... Que desafíe la Prueba a su antojo, y que se alcancen resultados.
Roswaal no mencionó exactamente a quién le favorecerían esos resultados.
Tal vez lo esté deseando sea como sea. Emilia sintió algo de ese estilo.
Ella no entendía por qué Roswaal deseaba eso.
Ni por qué se volvió tan arrogante, ni por qué lo asumió y se tranquilizó.
Sólo era un mar de cosas que ella no entendía. Pero,
_Emilia: Ahora mismo, tú... definitivamente no me hablarás de eso, ¿verdad?
_Roswaal: ...
_Emilia: Está bien. No intentaré forzarte a decirlo. Sé que ahora mismo no estoy calificada para hacer eso. — Pero no te aferres a la idea de que puedes seguir ocultándolo para siempre.
_Roswaal: — Alentador, de hecho. Conociendo la verdad, y ahora recuperándose, veremos si puede mantenerte en sus engaños.
Él terminó con una declaración un tanto maliciosa, pero también una declaración que Emilia encontraba de alguna forma suplicante.
Con eso, Roswaal le dio la espalda y caminó. Probablemente regresaría al alojamiento donde se estaba recuperando.
Al final, ella no supo por qué vino él aquí y observó la pelea. Pero la densa y agitada masa de maná permanecía dentro del cuerpo de Roswaal mientras anhelaba un milagro.
_Roswaal: Ah sí. — Emilia-sama, una advertencia.
_Emilia: ¿Sí?
Roswaal se detuvo y levantó el dedo. Las cejas de Emilia se levantaron.
Roswaal sonrió irónicamente al ver que Emilia mostraba una actitud demasiado indefensa cuando se enfrentaba a alguien con quien acababa de terminar una conversación hostil.
_Roswaal: Sobre Garfiel... Es mejor que no subestime lo profunda que es su naturale~za. Su obsesión no es tan superficial como para que una simple derrota en una pelea le haga cambiar de opinión.
_Emilia: — Entendido.
Emilia lo aceptó. Con eso, Roswaal abandonó la escena.
Ella lo vio alejarse, y entonces se dio cuenta de que lo único que quedaba aquí era su propia respiración y la respiración del dragón negro que había visto cómo Roswaal retrocedía hasta el final.
Y luego la respiración profunda y dormida de los dos hombres inconscientes.
_Emilia: Hauhhhh...
Las cejas de Emilia temblaron mientras suspiraba profundamente.
Al notar que Patrasche reaccionó a esto abriendo los ojos de par en par, Emilia mostró una sonrisa forzada.
_Emilia: No, está bien. Fue gracias a ti que mantuve la compostura... Pero eso fue muyyy tenso. Eso podría haberse convertido en una pelea con Roswaal.
_Patrasche: —
_Emilia: Mmm. Odio pelear cuando ni siquiera sé por qué estamos peleando. ¿Y por qué Roswaal estaba siendo así? ...Tal vez Subaru lo sabría.
Emilia respondió a la bondadosa mirada de Patrasche mientras ella se arrodillaba junto al ensangrentado Subaru y lo levantaba suavemente.
Sus dedos frotaron la sangre seca mientras acariciaba su hinchada cara. Su rostro se retorció, como si sintiera el cosquilleo del dolor.
_Emilia: Necesito curarlos. Subaru y Garfiel odian el dolor.
_Patrasche: —
_Emilia: Ah, está bien, no necesitas parecer tan preocupada. Estoy un poco preocupada por mi control ya que Puck no está aquí, pero cuando se trata de una simple curación, puedo obtener la ayuda de los espíritus menores.
Emilia habló con los espíritus que la rodeaban, cuyo tenue brillo envolvió su figura mientras obtenía su ayuda.
Las delicadas luces cubrieron a Subaru y Garfiel, y sus heridas comenzaron a curarse.
El semblante de Subaru parecía relajarse.
Emilia mostró una pequeña sonrisa mientras colocaba suavemente la cabeza de Subaru sobre su regazo.
¿Cuántas veces ella le había prestado a Subaru su regazo?
A ella le habían dado demasiadas cosas, tantas que no tenía ni idea de qué hacer para recompensarlos.
_Emilia: Cuando te despiertes, hay taaantas cosas que quiero preguntarte.
Con ese susurro, Emilia enroscó el dedo en un mechón del cabello de Subaru.
La cara de Subaru se contrajo. Las mejillas de Emilia se relajaron un poco.
— Diez minutos más tarde, Otto salió del bosque, cargando a Ram sobre la espalda, para volver a reunirse con todos ellos.