***
Las sombría noche era perfecta para que una criatura tan delgada que parecía enferma, de piel arrugada y quijada deforme, se ocultara a la perfección de la vista de cualquier otro ser, no estaba viva pero tampoco muerta, sus dedos eran largos y torcidos, sus ojos completamente de color negro estaban desiguales estando uno unos milímetros más alto que el otro, a pesar de tener sus piernas deformes y torcidas la velocidad que alcanzaba era considerable. Ya al amanecer, ante los primeros rayos de sol y antes de que esa extraña criatura decidiera entrar en la siguiente aldea, su escuálida figura se transformó en algo completamente diferente, en una mujer de unos 40 años de edad, su cabello era ondulado de color castaño, su rostro en forma de diamante con labios delgados y frente amplia cubierta por su flequillo que le caía hacia el lado derecho de la cara, su piel clara no demostraba ninguna imperfección, era delgada y voluptuosa, básicamente tenía una figura seductora. La mujer sonrió de manera helada mientras sus ojos de esclerótica negras adquirían la apariencia de unos ojos humanos normales con iris de color negro, más su mirada se veía vacía sin importar de que ángulo se la observé. Lía, el primer imitador con el que contacto Adagio Snowy, se puso una capa color negro sobre la cabeza para ocultar su rostro, luego de manera natural se adentro en la aldea cubierta de poca nieve. Ya estaba en la frontera entre el Reino Estanque de Esmeralda y el Imperio Violet Blood, prácticamente le faltaban cinco aldeas por recorrer antes de llegar a la Aldea Fog Spell, su objetivo primordial.
***
Ashley estaba en algún lugar a los alrededores de la aldea, estaba en compañía de Caitlyn, quién usaba un líquido espeso color verde grisáceo para realizar un conjuro. Ashley recolectaba ciertas plantas que necesitaba para hacer más de ese líquido, Alexandra le había pedido que le ayudará en eso y estaba satisfecha con que pudiera ayudar en esa pequeña cosa, Ashley era una bruja médium por lo que no podía usar la magia de las plantas como su madre y sus hermanos, su poder se limitaba al mundo de las almas por lo que leer mentes como Marc o mover objetos con magia mental como Alexandra y Zemira estaba fuera de su alcance, incluso ayudar en las posiciones y hechizos como Caitlyn le resultaba imposible. Por otra parte, ella podía hablar con los fragmentos de almas o las almas torturadas, también podía decidir cuándo quería verlas y además podía controlar sus acciones, es decir, lo que ella quisiera que hicieran esas almas, ellos lo harían sin oponer resistencia. Sus dones no influían en el mundo físico, sino en el espiritual, incluso en ocasiones podía ver la muerte de alguna que otra persona por adelantado, predecir las muertes no era un poder que a ella le agradace pero después de vivir 15 años con él (de los escasos 18 años de su vida) ya se había acostumbrado.
Mientras Ashley recogía un hongo del suelo escuchó pasos cerca de ella, sabía que no eran de Caitlyn porque todavía podía escucharla pronunciar una y otra vez un hechizo, levantó la mirada del suelo y se encontró de frente con los ojos de color rojo sangre de Anthony, él se veía arrepentido y culpable, Ashley resopló fríamente y frunció el ceño al verlo, lo ignoró completamente y continuó con lo que hacía.
- Ashley...
- Oye Zen, por favor alcanza esa fruta de allá para mí - Ashley ni siquiera le dejo hablar, se giró hacia el demonio que obedientemente estaba junto a ella y señaló una fruta en la rama más alta de un árbol. Zen miró en esa dirección y asintió antes de obedecer la orden de la chica, bajo la fruta y se la entregó a Ashley, ella le sonrió complacida.
- ¿Puedo hablar contigo, Ashley? - Anthony intentó acercarse a ella con una expresión lastimera.
- ¡¿No ves que estoy ocupada?! - Ashley perdió los estribos y le gritó al hombre antes de darse la vuelta y caminar con grandes pasos en dirección a lo profundo de bosque.
- Ashley, por favor, déjame explicarte...
- ¿Qué hay que explicar? ¿Que me ocultarse intencionadamente que se acercaba un imitador... o qué pensabas permitir que mi hermana del clan pusiera su vida en peligro... o que actuaste conmigo como si no te pesará la consciencia? Eres muy descarado al seguirme aquí - Ashley no se dio la vuelta para mirar al hombre y simplemente se detuvo frente a una rama y la arrancó de un tirón para dejarla caer al suelo y pisarla con desagrado.
- Admito mi error, sé que no debía ocultarlo de ti - Anthony respiró profundamente y avanzó a grandes zancadas para tomar la muñeca de la chica y obligarla a mirarlo a los ojos - Pero entiende, ella me pidió que no os dijera nada, lo acepte porque sabía que ustedes no dejarían pasar el tema... solo quería protegerte... por favor créeme, perdoname...
Ashley respiró profundamente, sus ojos estaban inundados de lágrimas y estaba haciendo un esfuerzo sobre humano para contenerlas.
- Eso no justifica que pensabas permitir que mi hermana del clan se pusiera en peligro al pelear con esa cosa.
- Niña tonta. Yo no pensaba dejarla sola, no soy esa clase de persona, puede que discutamos muy a menudo pero ella sigue siendo mi amiga, no iba a permitir que nada le pasará y por eso estaba tranquilo con que ustedes no lo supieran... así todos estarían a salvo, especialmente tú... eres la persona que más importa en este mundo, si algo te pasa, no tendría fuerzas para continuar viviendo...
Una lagrima resbalo por la mejilla de Ashley, se quedó en silencio por bastante tiempo antes de bajar su cabeza para decir:
- Está bien... Te perdono pero espero que esto no vuelva a repetirse...
Anthony sonrió cariñosamente y envolvió a la chica entre sus brazos, suspiró aliviado y le dio un tierno beso en la frente.
- Te quiero, Ashley.
- Y yo a ti - Ashley envolvió sus brazos alrededor de la cintura del hombre y sonrió alegremente.