Sun hee estaba impactada, ¿su imaginación le estaba gastando una broma otra vez o enserio acababa de escuchar aquello?
Antes de que ella pudiera responder a su espontánea petición pensó que lo que había dicho él no tenía mucho sentido.
"¿Porqué dice que no quiere dormir en su dormitorio, si el mio es todavía más colorido, no tiene sentido?"
Seong-Jin tosió varias veces para llamar la atención de su esposa, le pareció demasiado extraño la manera en la que ella arrugaba la frente.
—¿No vas a decir nada?—preguntó él con un tono tranquilo.
—¿Seguro que quieres dormir en mi dormitorio? creó que tampoco te va a agradar mucho...—pasó lentamente su mano por su cabello rojizo para poder quitarselo del rostro.
Seong-Jin miró detalladamente cada mechón del cabello de ella, aquél color era muy inusual, aparte, era natural por lo que todavía la hacía más especial.
Unos segundos después apartó la mirada rápidamente, las preguntas de su esposa realmente hacía que se enfadara.
"¿Cómo puede ser alguien tan estúpida?"
—Hace un momento dijiste que harías lo que yo quisiese, ¿ahora ya te arrepientes?
No voy a cambiar de opinión asi que tendrás que aguantarte y no quejarte, para la próxima aprende a pensar mejor las cosas—dijo frunciendo el ceño.
Sun hee cruzó los brazos y no dijo nada, hizo algunos pucheros y luego miró como se marchaba su esposo hacía el dormitorio de ella.
Rápidamente ella le siguió, entró detrás de él y enseguida noto un escalofrío. Se le olvidó apagar el aire acondicionado antes de ir a la audición, llevaba toda la tarde encendido. Hacía demasiado frío en el dormitorio, miró a su esposo, él ni siquiera se había quejado del frío que hacía en la habitación, es más, ni siquiera parecía haberlo notado.
Sun hee buscó el mandó del aire acondicionado para poder apagarlo, sus piernas seguían temblando por el frío y no podía encontrar el mando por ninguna parte del dormitorio.
"No aguantó más"
Salió del dormitorio corriendo y fue a buscar una manta a uno de los muchos dormitorios que había en la mansión.
"¿Porqué Seong-Jin no fue a otro dormitorio?, ahí muchos más"
Cogió la primera que vio, afortunadamente parecía ser la más grande de todas.
Volvió hasta la habitación y tiro la manta sobre la cama, casi cayó encima de su esposo pero él ni siquiera parecía reaccionar.
Sun hee, todavía helada, fue hacia el clóset y cogió el pijama menos revelador, cuando ella estaba sola siempre prefería llevar algo cortó ya que se le hacía más cómodo. Pero ahora estaba su esposo, si fuera con algo corto se sentiría un poco incómoda.
Fue al baño para poder cambiarse sin ser vista.
Poco después salió del baño y se dirigió hacía la cama, miró como su esposo le daba la espalda.
Recordó el aroma que tenía él la última vez que durmieron juntos.
Aquello hizo que se sonrojara un poco...
Ahora pensaba que podría oler aquél agradable aroma todos los días, dormir juntos sería como una nueva rutina para ella.
Enseguida se tumbó en la cama, hizo lo mismo que su esposo, se giró para evitar ver su espalda.
Sun hee no podía dormir, no tenía ni un poco de sueño y aparté seguía emocionada por el protagónico de la serie, lo primero que haría por la mañana sería llamar al número de la tarjeta.
Todavía sentía frío por todo el cuerpo, no podía evitar temblar un poco.
Un segundo después noto como si su esposo se estuviera moviendo.
De repente el frío empezó a desaparecer de su cuerpo.
—¿Qué se siente al dormir abrazados?—dijo mientras ponía su brazo alrededor de la cintura de ella.
En menos de un segundo, Sun hee tenía todo su cuerpo pegado al cuerpo musculoso de su esposo, podía notar la respiración de él en su cuello.