Dos días después todo volvió a la normalidad. Sun Hee ya no hacía nada interesante, nuevamente estaba como al principio de su llegada a la mansión, aburrida.
Estaba sentada en el centro de la cómoda cama, tenía las piernas cruzadas y apoyaba su cabeza sobre sus pequeñas manos.
Lamentablemente, ella no pudo ocultar su decepción.
Ella realmente quería salir, el lugar no le importaba, simplemente quería respirar aire fresco.
Claramente no le prohibían que diera un paseo pero siempre tenía que ir acompañada por los musculosos guardaespaldas, en verdad no le agradaba estar vigilada las 24 horas del día.
Además, tampoco tenía conocidos, lo que le dificultaba aún más entretenerse, desafortunadamente Hye ahora también estaba muy ocupada con su trabajo.
Él mayordomo Min Ho también la solía vigilar algunas veces, aquello era lo único que no le molestaba, sabía que se lo tenía merecido por haberse escapado e haberlo asustado de tal manera, incluso casi le daba un infarto.
Poco después, se levantó decidida a cambiar la situación, no quería volver a quedarse en su dormitorio aburrida cómo si fuera un sujeto de pruebas para los científicos.
Era el momento, estaba preparada mentalmente para enfrentar a su esposo, quería explicaciones, por ejemplo, ¿porque se caso con ella? la razón por la qué fue a recogerla y luego no comentó nada en todo el camino... la curiosidad de Sun Hee ya estaba en su límite.
Salió de su habitación y se dirigió a la puerta del dormitorio de su esposo.
Las mucamas la observaban sorprendidas, no pudieron evitar preguntarse que le pasaba para que esa aura tan cálida ahora fuera tan desagradable.
Sun Hee estaba delante de la puerta, mirándola cómo si fuera a pasar por un portal, el cual su destino no era muy agradable.
Sin pensarlo más veces llamo a la puerta varias veces con fuertes golpes.
Todos, incluido Min Ho, miraban curiosos a la señorita, pensaron que quizás iba a ocurrir algo importante.
Sun Hee sabía perfectamente que su esposo si estaba dentro del dormitorio estaba dentro, pero por alguna extraña razón él ni siquiera contesto.
Finalmente, su paciencia se había acabado, abrió la puerta bruscamente y se encaminó al centro de la habitación.
Inmediatamente localizó a su esposo, este estaba sentado tranquilamente en la silla del escritorio.
Sun Hee intentó llamar la atención de él, afortunadamente sus intentos funcionaron y Seong-Jin de giró sorprendido.
De inmediato se sorprendió aún más cuando vio la expresión de su esposa, nunca se hubiera imaginado a su esposa de esa manera.
Ella en verdad era una persona muy agradable, no se esperaba verla así, incluso el rostro de ella estaba un poco rojo por el enojo, como si hubiera terminado una larga carrera.
Sun Hee mantuvo contacto visual con él, en cambio, Seong-Jin no parecía preocuparse por eso. Tras ver que sus reacciones eran tranquilas, paso a las palabras.
Enseguida dijo toda clase de comentarios, los cuales claramente no eran agradables...
Un rato después logró calmarse, por dentro suyo sentía como si hubiera liberado una enorme carga que le impedía caminar, rápidamente decidió pasar a las preguntas.
—¿Porqué tuviste que recogerme el día de la grabación del anuncio, cuál es la razón por la que no me hablaste durante el trayecto?—preguntó Sun Hee intranquila.
—¿Debo tener un motivo?—respondió sin cambiar su fría expresión, lo único que logró con esa respuesta fue aumentar la intriga de ella.
En ese mismo instante, Sun Hee prosiguió con su corto interrogatorio.
—¿Porqué... te casaste conmigo?
—...
Otra vez el silencio se apoderó del dormitorio, el ambiente se convirtió frío, capaz de asustar a cualquier persona.
Afortunadamente Sun Hee ya estaba demasiado acostumbrada, sin dudarlo continuaría hasta saber todos los motivos. Por alguna razón ella pensaba que no tendría nuevamente una oportunidad como esta para hablar con él.
Se acercó aún más a su esposo, en ningún momento dejo de mirarle a los ojos, seguido de aquello repitió la misma pregunta.
—¿Porqué te casaste conmigo?—Su voz había cambiado, esta vez se notaba que estaba bastante seria.
—No tengo porque darte ninguna explicación, lo sabes perfectamente.