Alvarez había tenido el mismo sueño, no podía entenderlo muy bien pero siempre se encontraba a los pies de una montaña encadenado a una roca que le doblaba el tamaño. Y, apenas salía el sol se dedicaba a subir sin tomar agua, comida o descanso, mientras unos susurros le incordian. A medida que iba subiendo los susurros se incrementaron cuando casi llegaba a la cima parecían gritos que provenían de la roca. En un acto de curiosidad el volteaba a mirarla y se encontraba con la cara enfurecida de su padre talla en la superficie rocosa que acto seguido abrió los ojos y se abalanzaba contra su cabeza.
Se despertó del susto, ya se estaba acostumbrado a tener sueño así. No los recordaba por completo pero los odiaba. Alvares intentaba sacudirse esas ideas de la cabeza a fin de cuentas, a fin de cuentas hoy tenía que adentrarse en los lugares más profundos de los muelles, el depósito se encontraba dentro de la zona industrial, no eran los sitios mas seguro asi que como precaución había dejado la hoja mágica en la habitación del cazador, si le sucedía algo al menos podía dejar un mensaje.
Así que simplemente desayuno, se vistió, se aseguro de tener su arma en buenas condiciones y se aventuró al lugar, como siempre lo primero que le recibió fueron las nubes negras que emanaba desde las chimeneas. Si bien, el cargamento que había traído hace varios días de Lunkur ya había sido registrado por el General Piérola por alguna razón no podía estar tranquilo y las palabras de ese chico no parecían ser una mentira. A medida que se adentraba sentía como la oscuridad engullía los alrededores. Poco a poco el fuerte olor a carbón fue cambiando por el hedor a pescado procesado.
Los depósitos de los muelles suelen estar cerca a la entrada de la zona industria, pero hay algunos cuya construcción fue hace varios años y se encuentran dentro de la misma, aunque por ese mismo motivo no se utilizan para nada más que guardar basuras o casas sin importancia, su distancia de los muelles dificulta mucho el traslado de mercancías. Eso lo hacía más sospechoso puesto que había muy poco control por esa zona debido a su casi inexistente uso. Esto había hecho que la criminalidad crezca en estos lugares e incluso se formen pandillas. Alvarez ya estaba preparado para cualquier enfrentamiento pero a medida que se adentraba encontraba los lugares desiertos.
En su mente bajo la idea de que se hicieran redadas contra los criminales los días antes de que llegaran los barcos desde lunkur, aunque igual le pareció extraño que pudieran arrestar o eliminar a todas las bandas del lugar, no había visto ninguna sobre el hecho. Algo que si le llamo la atención fueron las extrañas marcas en algunas paredes como si hubieran sido salpicadas por lava pero las fundiciones se encontraban dentro de los edificios, no había sentido algunos en las marcas. Pensó en la posibilidad de que sea magia, pero casi nadie en este lugar tenía el dinero para poder estudiarla ni muchos menos conseguir algún catalizador para poder usarla. La mayoría estaban más concentrados en robar para drogarse que en estudiar.
Esto incrementó la desconfianza que tenía el ex-caballero quien dejó reposando su mano sobre la empuñadura de su espada durante todo momento, la quietud del lugar no dejaba de helar la piel. Fueron varios minutos los que tuvo que caminar hasta llegar al depósito quince, en esta parte cada depósito estaba unido con el anterior como si fueran cuartos de un solo edificio.
Al adentrarse al lugar se topó con cientos de cajas viejas y desgastadas apiladas formando pequeños montículos que obstaculizan el paso, tuvo que pasar a través de ellas, arrastrándose por las pequeñas aberturas que estaban dejaban. Al final logró atravesar la sala y llegar a la puerta que daba paso al siguiente depósito. Frente a él alzaba una gran sala ocupadas por enormes cajas con el signo de Lunkur.
- Entonces los rumores eran verdad - susurro Álvarez mientras se acercaba a inspeccionar las cajas, las cuales estaban recubiertas por una sustancia mágica - Lo más posible es que las empequeñeciendo con magia para que nadie se de cuenta - Terminó por sentenciar.
Los pensamientos de Alvarez fueron interrumpidos por las voces de dos extraños que acaban de ingresar al recinto a duras penas pudo esconderse para espiar la conversación.
- Cuando me dijiste que les entregara este depósito no pensé que usarían todo, incluso para mí ocultar esto es difícil - Se quejaba el primero de ellos.
- La mitad de lo que está aquí es para curar a tu hija, amigo - Replicaba el segundo - Alvarez se asomo desde atras de la caja donde se escondia para ver a las personas, pero solo logro ver a la segunda que poseía una especie de armadura de gladiador.
- Pero no me han dicho de que se trata la otra mitad y son máquinas grandes, incluso he visto sellos mágicos - Esta última noticia era lo suficientemente grave como para poner en alerta al reino y esperar que se hiciera una serie inspección sobre estos objetos.
- No te preocupes por eso, la mayoría de esas cosas solo están para ayudarnos en el transporte de nuestras mercancías y suministros, es más fácil traerlo con magia que navegar por días o incluso casi un mes entero atravesando bloques gigantes de hielo, ¿No crees? - Respondió el otro tipo en un tono burlón.
- Esto no deja de preocuparme - Replicó la segunda figura
-Mira, si tanto te molesta ve con el jefe y el te explicara a detalle para que sirve cada cosa - Terminó pronunciando el gladiador con un tono de cansancio.
Alvarez no prestó más atención por alguna razón se sentía en un profundo peligro así que empezó a utilizar el lápiz encantado para anotar todos sus descubrimientos mientras lo hacía escuchó como uno de ellos se alejaba y salía del depósito. Lo cual, calmó un poco sus nerviosos ya que era mucho más fácil lidiar con una sola persona que con dos.
- Ya puedes salir de ese lugar - Pronunció la segunda figura que se había quedado - Haces mucho ruido el escribir - Alvarez se quedó seco no había tomado en cuenta la las capacidades de su enemigo y al ver que su escondite ya no servía salió del mismo con su espada desenvainada. Entonces pudo apreciarlo mejor, era una persona de estatura mediana tenía una armadura dorada algo agrietada y un casco con dos grandes cuernos rojos, pero por alguna razón no tenía guanteletes sus manos estaban por completo desnudas.
- Sabes muy bien como va esto, no puedes salir de aquí sin vida - Acto seguido el gladiador bajo su centro de gravedad y posicionó enfrente de Alvarez, este noto que no tenía arma alguna. Pensó en atacar directamente pero sentía que era una trampa, así que se puso en una posición defensiva para intentar descubrir las habilidades de su enemigo.
Alvarez se acercaba lentamente a su enemigo cuando sus manos empezaron a emitir un brillo rojizo y pronto sus venas fueron recubiertas por magma y la piel de sus brazos se volvió negra. Alvarez asustado intentó dar el primer golpe, pero el gladiador solo sacudió su mano y en un instante brotó del suelo una mano hecha de lava y piedra, la cual a duras penas pudo esquivar. Al entender las habilidades de su enemigo un sudor frío recorrió su cuerpo.
Las manos del gladiador volvieron a brillar y con un simple gesto Alvarez vio brotar un muro entero de lava que se acercaba a él, tuvo que utilizar uno de sus hechizos de protección para evitar ser calcinado, aprovechando el momento corrió hasta el gladiador e intentó asestar un gran tajo decente, pero esto fue esquivado con gran facilidad y en represalia el gladiador lanzó su puño, el cual, creció envuelto en lava y roca. Alvarez recibió el impacto de lleno, salió volando hasta chocar contra algunas cajas, su cuerpo había recibido un poco de quemaduras por ese ataque.
Su oponente lo había superado podía defenderse y atacar desde corta y larga distancia y no había mucho que una espada pudiera hacer contra un muro de lava y roca, Alavarez se encontraba desesperado solo podía pensar en una manera de ganar. Si utiliza toda su maná restante durante uno de los ataques de su enemigo podría atrapar la lava en una esfera mágica y de esa manera lanzarlo contra el gladiador, usando su propia magia contra el. Pero demasiado arriesgado, si fallaba no solo se quedaba sin magia de protección sino que quedaba expuesto a un ataque rápido y demoledor.
- Esto está tomando demasiado - Respondió el gladiador con fastidio para acto seguido elevar sus manos, de pronto un par de manos de lava emergieron de los pies de Alvarez y a pesar de su intento por esquivar el ataque uno de los dedos logró alcanzarlo derritiendo su armadura y dejándole una profunda quemadura, el dolor lo mandó al piso donde empezó a retorcerse aullando como un animal herido, intentando detener las lágrimas que brotan contra su voluntad.
- Vaya me has sorprendido pocas personas logran sobrevivir a eso, a fin de cuentas es una apretón de manos hechos de lava - Exclamó el gladiador mientras se acerca a Alvarez- Al menos déjame darte un final rápido - Termino de decir el gladiador mientras generaba una gran bola de lava desde su mano, al verla alvarez entendió que esa era su oportunidad, espero que a el tipo la hiciera lo más grande posible, su tamaño llegó a escalar tanto que era imposible esquivarlo. Entonces lanzó todas sus fuerzas de protección encapsulando la bola.
- ¿Qué demonios estás haciendo? - Pronunció el gladiador al ver como su ataque fue capturado.
- Ser un héroe, supongo - Respondió a duras penas Álvarez antes de lanzar con todas sus fuerzas aquella bomba contra el gladiador mientras la burbuja salió volando contra el gladiador, este reaccionó atacando a Alvarez con otro gran puñetazo de lava que atravesó su piel desnuda, pero fue en vano la burbuja estalló y derritio todo lo que estaba alrededor dejando una espesa nube de ceniza, cuando esta se dicipio el gladiador aún se mantenía en pie, había logrado salvarse al levantar y solidificar un muro de lava en ese pequeño instante, pero el muro no lo cubrió por completo
Al estallar la burbuja contra el muro de piedra mucha de la lava salió desprendida en todas las direcciones, algunas gotas lograron colarse por encima del muro cayendo sobre la superficie izquierda del gladiador, quien a pesar de sus intentos no pudo absorber a tiempo la lava, la cual se había desperdigado desde su cara hasta alcanzar todo su brazo. Ahora el gladiador solo podía ver por su ojo derecho y había perdido por completo el brazo izquierdo, el calor había destruido sus neuronas que reconocen el dolor así que no podía sentir nada por parte de sus miembros destrozados, pero estaba con vida. Entonces miró delante suyo y encontró el cuerpo inerte del soldado.