Alejandra se despertó con el golpe de una almohada lanzada a su cabeza, al girar para ver de quién se trataba se cayó del sillón con un fuerte estruendo. El dolor la hizo gritar.
-Auuuu, ¡Carola! ¿Cuál es tu maldito problema?
-Déjame decirte, toqué varias veces y no abriste y cuando entré no te despertaste por más que te gritaba. Dime, ¿estuviste bebiendo y en la laptop toda la noche, cierto?
-No bebí y me dormí más temprano que de costumbre, resulta que ayer tuve un día pesado.
-¿Haciendo investigaciones que no te dejan muchas ganancias de nuevo?
-No me deja mucho pero son interesantes, además me ayudan a conseguir nueva información para mis intereses personales.
-Sí, sí, tú y tu búsqueda de la verdad. Algún día llegarás al punto en el que te darás cuenta que tus intereses personales no te ayudan a sobrevivir en este mundo, necesitas conseguir trabajos que te remuneren bien monetariamente.
-Ya, cuando llegue ese momento buscaré algo que me deje disfrutar mis intereses unos años más.
Al escuchar la respuesta de Alejandra, Carola puso los ojos en blanco con una mueca de molestia pero no dijo más, desde hace tiempo sabía que su hermana no tenía remedio. Una vez que se aferraba a algo, nadie ni nada podían hacerla cambiar de opinión.
-Hablando de intereses personales, ¿cómo va la investigación que estás haciendo sobre las personas poderosas?
-No es de las personas poderosas, es sobre el grupo de poder más grande del mundo y las personas que lo conforman. Y he decidido dejarlo de momento.
Carola abrió muy grande los ojos, no podía creer lo que oía.
-¿Te estás dando por vencida! ¿Tú de todas las personas?
-No me estoy dando por vencida, dije que lo voy a poner en pausa. Ya sabes que no he avanzado mucho en mis descubrimientos los últimos meses, planeo darle tiempo en lo que pienso otras maneras de conseguir información. Además encontré un nuevo objetivo, algo más interesante que el trabajo anterior.
-¿Algo más interesante? ¿Qué no estabas muy emocionada con el anterior? ¿Y qué puede ser más interesante que descubrir el grupo al que pertenecen las personas manejando al mundo?
-Es un secreto.
Antes de que Carola pudiera preguntarle algo más se levantó del sillón y se dirigió al baño. Cerró la puerta detrás de ella y tomó una larga y cálida ducha, para cuando salió Carola ya había dejado el asunto de lado.
Se vistió apresuradamente, comió el desayuno que su hermana le había preparado y se dispuso a salir al trabajo pero fue detenida en la puerta por Carola.
-Alejandra, antes de que te vayas, te dejé dos expedientes en tu escritorio. Son trabajos que te dejarán dinero suficiente para que pagues cinco meses de renta de tu departamento.
-Gracias Carola, los reviso cuando vuelva, ya se me hace tarde.
-¿Cómo se le puede hacer tarde a alguien que no tiene una empresa a la que ir?
Pero Alejandra ya no la escuchó, había cerrado la puerta sin ponerle llave y corrido lo más rápido posible saltando las escaleras de los dos pisos del edificio. Dio vuelta en la esquina y se detuvo al llegar al parque que estaba a dos cuadras a espaldas de su edificio. Tomó aire, caminó lentamente y entró a un café, después de haber pedido un americano sin azúcar sacó su teléfono y entró al grupo.
....
Hace apenas unos años atrás Alejandra estaba leyendo un artículo sobre presidentes que habían sido parte de los Illuminati y lo había hecho a un lado. Siempre había creído que estos artículos sensacionalistas no tenían ningún sustento o pista real así que no tenía interés alguno en ellos.
Eso claro, antes de que llegara un cliente esa misma tarde solicitando ayuda a su oficina.
-¿Estoy hablando con la detective Alejandra?
-Así es, ¿en qué puedo ayudarle?
-Vine porque me la recomendaron, me dijeron que es buena resolviendo cualquier caso que se le presente.
-Me alaga escucharlo decir eso, ahora, ¿me podría decir exactamente con que tiene problema?
-No sé por donde empezar. Le pido señorita que por favor no me juzgue ni piense mal de mí, le aseguro que no estoy loco y que puedo pagarle generosamente por el trabajo que le quiero pedir.
-No se preocupe, hable con soltura que no está en mi política juzgar a mis clientes.
-Verá, soy fotógrafo de revista y me dedico a buscar chismes dentro de los círculos de poder. La semana pasada encontré que uno de los empresarios más ricos en nuestro país estaba haciendo unas compras fuera de lo que normalmente compra y su comportamiento no era natural, así que decidí seguirlo todo el día en busca de una buena noticia. Al llegar la noche lo vi entrar a un bar escondido en un callejón, me disponía a entrar tras de él cuando vi otra figura conocida, era el dueño del periódico más famoso y formal del país. Y así fueron entrando varias personalidades reconocidas de diferentes profesiones. Cuando me hube asegurado de que ya no venía nadie me acerqué al bar pero para mi sorpresa había un guardia muy bien armado en la entrada, supe de inmediato que no podría entrar. Claro que no me rendí, ver a tantas celebridades entrar en un mismo lugar, era más que obvio que algo estaba por suceder, así que rodé el lugar pero no encontré ventanas o agujeros que me permitieran ver el interior. Entonces entré al edificio que estaba frente al bar y llegué hasta la azotea que se encontraba un piso más alto que el bar, me asomé al techó de enfrente pero no vi aberturas tampoco. Me decidí a esperara ahí para tomar fotos de las personas que salieran. Pues al final estuve ahí arriba, con el frío viento de otoño, durante cuatro horas hasta que empezaran a salir uno por uno. Nadie salió en seguida de los otros, todos salían en periodos de 20 minutos entre uno y otros, cuestión que me llamó la atención. Fotografié a todos y esperé a que saliera hasta el último pero no vi al empresario que originalmente iba siguiendo, así que esperé dos horas más. Pasó tanto tiempo que me quedé dormido y al despertarme ya era de día, así que suponiendo que habría salido ya del lugar bajé del edificio y me dirigí a mi casa. Después de tomar una ducha, mientras preparaba el desayuno encendí la televisión. Le sería imposible imaginarse mi sorpresa al escuchar que el empresario que yo hacía en su casa llevaba muerto un par de horas y ahora lo pasaban por televisión. Claro que lo primero que pensé es que había tenido algún percance de camino a su casa hasta que el policía entrevistado mencionó la hora estimada de la muerte. La hora coincidía a la perfección con el tiempo en el que aún estaba en el bar. Así que comencé a investigar al respecto pero tuve que detenerme porque comencé a recibir extrañas cartas y llamadas en mi casa.
-¿Exactamente que estaba en las cartas? Y ¿qué clase de llamadas recibe?
-Primero empecé recibiendo solo las cartas, en el interior había una tarjeta en blanco y nada más, después empezaron a llegar con manchas de sangre. Lleve la sangre a analizar y la sangre de las tarjetas coincidía con la del difunto empresario.
-Entonces, ¿sospechas que el asesino de este empresario es el que te ha estado enviando estas cartas?
-Temo que a pesar de que creí haberme escondido bien, alguien se enteró que estaba siguiéndolo y que tomé fotos en el lugar. Estoy seguro porque después de la cartas, llegaron las llamadas.
Cada vez que contestaba me decían que debía borrar las fotos que tenía y dejar de investigar o mi destino sería el mismo, y no importa cuantas veces preguntara quién era, siempre colgaban después de darme el mensaje.
-¿Y quiere que yo investigue a la persona o personas detrás de estos incidentes?
-Sí, deseo estar seguro quién o qué es lo que me vigila. No estoy seguro por mi vida, así que borré todas las fotos que tenía pero aún así, aunque las llamadas se detuvieron las cartas continuaron llegando. Y las nuevas cartas vienen con fechas incluidas aunque no sé lo que significan, las traje por si descubre algo.
-De acuerdo, investigaré el asunto de inmediato. En cuanto tenga nueva información lo contactaré de inmediato, por ahora puede irse. El pago puede entregármelo cuando encuentre alguna pista.
-Muchas gracias, le pagaré todo lo que quiera, pero ayúdeme a descubrir quién está detrás de esto, ayúdeme a salvar mi vida.
El hombre se retiró de su oficina y Alejandra tomó las cartas con las fechas y comenzó a analizarlas. Las fechas le parecían conocidas, así que investigó en internet pero no encontró mucha información, así que se puso en contacto con un hacker que conocía. Después de unos minutos le envió varios archivos de diferentes naciones, en ellas se encontraba información de la muerte de varios presidentes y artistas que se habían mantenido escondidos al público.
Su instinto le dijo que estas tarjetas mandadas después eran una prueba de alguna clase para el fotógrafo, aunque aún no estaba segura de qué era. Esto inició su interés por descubrir quien estaba detrás de todo esto.