--- SASHA ---
Mi boca se abrió completamente al presenciar la declaración de Louis en televisión, presioné el botón del control para apagarla. Un silencio abrumador inundó la sala, mis amigos que habían llegado cuando Ashley les dijo que estaba llorando solo miraban fijamente la pantalla en negro del televisor. Las lágrimas que minutos antes no podían detenerse se habían secado al escuchar a mi novio decir mi nombre abiertamente.
- ¡WOW! - Alex dijo rompiendo la tensión que se había formado.
- Parece que Louis se encargó de todo. - Mateo habló mientras se ponía de pie e iba a la cocina a beber agua.
- Pásame una fruta, no mejor yo voy. - Alex acaricio mi cabello rápidamente y se marchó tras Matt.
- Sasha, tu - Ashley me miraba con un rostro de sorpresa.
- ¿Debo prepararme para ser tía? -
- Pero que dices. - Me puse de pie con el rostro rojo en su totalidad.
- Chicos, deben aprender a cambiar pañales. Louis dijo que esperemos buenas noticias pronto. - Ashley corrió hacia los chicos con una sonrisa enorme de felicidad.
- Y yo que me preocupaba de que los dos fueran demasiado tímidos. - Alex negó con la cabeza mientras mordía una manzana.
- Lo único que me preocupa es cual será la reacción de sus padres al enterarse de que en un tiempo serán tíos abuelos. - Mateo sonrió al ver el nuestras caras llenas de angustia.
- Haz tu maleta, le diré a Louis que te lleve a su casa. Si mi papá viene le diré que llegaron tarde. - Ash movió sus manos tratando de ahuyentarme.
- Le diré a nuestras madres que no los dejen ver nada de noticias. Ganaré algo de tiempo. - Alex sacó su teléfono y envió mensajes de texto a las tías Alice y Sophie.
- ¿No están exagerando mucho? - Matty disfrutaba de la escena mientras comía una banana.
- ¡NO! - Gritaros los dos al mismo tiempo.
- Dicen que ya se enteraron. - Alex nos mostró la pantalla de su celular con mano temblorosa.
- Pregúntales cuál fue su reacción. - Ash se mordió las uñas con nerviosismo.
- No voy a ser madre aún, por favor no comiencen a armar teorías que no tienen fundamento. - Los regañé tratando de guardar la compostura.
- Dicen que, ¿qué? - Alex me ignoró y tras tallarse los ojos para ver si lo que estaba viendo en su teléfono era correcto.
- Que están muy felices, que esperan esas buenas noticias pronto. -
- ¿Que? - Preguntamos los demás al mismo tiempo.
- Lo tomaron bien. - Alex se tambaleó y jalo una silla para sentarse.
- Pensé que querrían matar a Louis. - Ashley se rascó la cabeza muy confundida.
- Por favor, eso no pasará nunca. - Mateo se re cargó en el respaldo de su silla.
- Ayer todos pudimos comprobar el como Louis cuida a Sasha. Además él fue el que siempre estuvo al pendiente de ella cuando estaba con Snake, venía cada tres días a vernos para darnos noticias de los avances de la investigación. Fuimos testigos de lo mucho que trabajo para cuidarla. Ellos están tranquilos al saber que Sash está siendo amada y cuidada por alguien que solo la ve a ella. -
- Cierto, ayer Louis siempre la miró de una manera especial. No, más bien, siempre la ha visto y tratado como alguien especial. - Alex sonrió del lado mientras me miraba.
- Nuestra bebé encontró a su persona especial. - Ashley me miró con lagrimas en los ojos.
- Vamos chicos, no se pongan así. - Mi voz tembló al verlos ponerse nostálgicos.
- Me alegro que seas feliz. - Mateo se puso de pie y me abrazó.
- Ahora puedes vivir sin tener miedo. - Ashley se unió al abrazo.
- Pude verte crecer y estoy orgulloso al ver la mujer que está frente a mí. - Alex lloró haciendo que los tres fuéramos a abrazarlo.
- Mi hermanita ya tiene a su familia. - Me abrazó con fuerza mientras sollozaba en mi hombro.
- Pero si siempre los he tenido a ustedes. - Los tres lloraron con fuerza mientras me abrazaban. Sin duda había sido muy afortunada de tenerlos a mi lado, nunca estuve sola.
El ruido de un auto estacionándose fuera me hizo regresar a mis sentidos. Mis ojos estaban nublados por las lágrimas y no pude apreciar con claridad a la persona que abría la puerta con premura.
- ¿Qué está pasando aquí? - Louis habló perplejo al vernos abrazando en grupo mientras llorábamos.
- No es nada. - Mateo y Alex se separaron mientras simulaban que no pasaba nada, aunque sus ojos eran la clara evidencia de su llanto descontrolado.
- Hola, llegaste. - Ashley se limpio sus mejillas mientras sonreía.
- Creo que es hora de que nos vayamos. - Dijo tomando su bolso de la cocina.
- Si necesitas algo solo llámanos. - Alex aclaró su voz y besó mi frente.
- Creo que tienes muchas cosas que decir, será mejor si te sinceras. Él hará todo lo que digas. - Mateo besó mi cabello y sonrió.
- Ahora puedes hacer lo que deseas, te apoyaremos en todo. - Ashley besó mi mejilla.
Era como si me leyeran la mente y supieran mis preocupaciones, me acababan de dar aquel empujoncito que necesitaba para expresarme. Los tres caminaron hacia la entrada en donde estaba Louis parado, los tres lo abrazaron fuertemente y después se marcharon cerrando la puerta tras de sí.
- Lamento llegar tarde. Me prometí el no hacerte llorar o enojar pero fallé. - Se acercó con cautela a mí, cuando estuvo a un par de pasos de mí se detuvo. Me miró indeciso, temeroso de que aún estuviera molesta.
- No llegaste tarde. - Sonreí eliminando la distancia entre los dos.
- Yo no tengo nada que ver con Leticia, me haré cargo de las noticias falsas. - Comenzó a hablar con rapidez.
- Gracias. - Lo interrumpí, coloqué mi mano sobre sus labios para que guardara silencio.
- Desde ayer tenía muchas preguntas sobre si me considerabas tu familia, también me preocupaba el que ya no despertaras a mi lado una vez que tus vacaciones terminaran. Y hoy me sentí sumamente molesta cuando leí las noticias. -
- Cariño. - Louis me miró con preocupación y posó su mano en mi hombro.
- Pero después de escucharte hablar de todo lo que me preocupaba durante esa conferencia de prensa pude notar que no tenía nada de que preocuparme porque eres tú. - Acaricié su mejilla con mi dorso de la mano.
- Estaba esperando una oportunidad para pedirte algo, pero creo que no es necesario el dejar que pasen más días. -
- Pídeme lo que quieras. Haré lo que desees, sin importar que tan difícil sea. - Louis tomó mi mano y la besó mientras me miraba a los ojos.
- No quiero dejarte ir. No sé si sea egoísta de mi parte pero quiero tenerte a mi lado, me gusta vivir todos los días contigo. - Su ceño se frunció ligeramente.
- Vivamos juntos. - Una hermosa sonrisa apareció en su rostro, me sujetó de la cintura y me cargó dando vueltas mientras besaba mi cara.
- Hagamos nuestro hogar. - Se detuvo y me abrazó fuertemente.