Los días pasaron y yo me centraba en leer todos los libros, hice anotaciones con cosas relevantes pero, aún así no había nada que me ayudara. Terminé de leer el decimo libro, lo cerré y dejé en la mesita de la sala. Me recosté en el sillón y estiré mis piernas antes de que continuara con mis deberes.
- Voy a salir un momento. Iré al cine con . - Dijo Tommy caminando hacia mí.
- Esta bien. No llegues muy tarde, si es necesario mándame mensaje para ir por ti. -
- Trataré de llegar temprano, si no veré si pueden traerme. Cualquier cosa te aviso. - Me dio un beso en la mejilla y salió de la casa.
"Es bueno ser universitario" Me reincorporé en mi asiento y tomé el siguiente libro. Ajusté mis anteojos y retome mi actividad.
Al principio, el libro me era atractivo, al igual que los anteriores, pero en cuanto más pasaba las paginas más conocida se me hacía la historia.
"La pequeña niña que sonreía mientras sostenía su muñeca favorita en brazos, me recordaba a la sonrisa de aquel hombre que sigo amando.
- ¡Mamá, mira el agua! - La falda verde con holanes se agitaba al compás del viento.
Aún tenía miedo de que no fuera suficiente para criar a una niña tan hermosa. Pero por ver a aquellos ojos verdes, haría lo que fuera necesario para proteger la inocencia que desborda su alma.
Tomé una fotografía para recordar mi único propósito en esta vida: Proteger a mi hija"
Un escalofrío invadió mi cuerpo, solté el libro y corrí hasta la habitación de mi madre. La puerta choco contra la pared por la manera tan abrupta en que la había empujado. Encendí la luz y caminé hacia la pared en donde tenia fotografías pegadas. Mi mano tembló y mi pecho se estremeció al ver una foto que cumplía la descripción del libro de mi madre. Yo era la que estaba usando ese vestido y la que sostenía la muñeca.
" Esto no puede ser posible"
Cuanto más leía más coincidencias encontraba, más angustiada me sentía. ¿Por qué nuestras vivencias estaban plasmadas en esta historia? Mi corazón se apretujó hasta que terminé de leer por completo el libro.
Entonces, si no me equivocaba ¿Todos aquellos libros relataban la vida de mi madre? No sonaba tan descabellado después de todo. Tomé los apuntes y los repasé una y otra vez. Encontré una coincidencia en todos, el numero de personajes y sus personalidades se parecían a la de los otros libros, lo único que cambiaba era la época o el tipo de género literario.
Las memorias de mi madre estaban justo frente a mi, disfrazadas, pero por lo menos podía saber como es que mi madre había vivido estos años.
Inicialmente solo existirían once libros, pero había uno que no debería existir. Todo era distinto de los otros, la letra, el tipo de pasta, el tamaño, lo único que coincidía era que también tenía una letra distinta en el titulo.
Me sentí ansiosa por querer saber el contenido del escrito, me apresuré y comencé a leerlo. La redacción parecía haber cambiado, sin embargo, las emociones de la protagonista principal se sentían tan similares a las que había tenido yo hace unos meses.
La historia se basaba en una tragedia, la protagonista era una joven detective que buscaba encontrar el asesino de su único familiar, pero parecía no encontrar ningún rastro del responsable. En el desarrollo de la historia se pueden conocer más a fondo los sentimientos de culpa y tristeza. Ella se sentía responsable de lo que sucedió, en el clímax parece encontrar pistas pero es cuando las personas de su circulo cercano comienza a tener incidentes un tanto inusuales que en vez de ser casualidades terminan pareciendo premeditadas. Es ahí cuando comienza a plantearse la opción de huir y alejarse de lo que fuese que amenazara a los demás. En el final de la historia la protagonista termina por intentar desaparecer hacia otro país, pero es asesinada no sin antes descubrir que el asesino jamás dejó de vigilarla. La ultima frase del asesino fue: "Incluso si ya no te tengo para divertirme, aún queda un rastro tuyo en tus amigos".
- ¿Murió sin saber el rostro o identidad de su verdugo? - Sonreí con ironía mientras un sabor amargo invadía mis pailas gustativas.
- ¿No es demasiada coincidencia el motivo de su muerte? - Apreté el libro hasta que mis nudillos se volvieron blancos.
Si mi madre pensaba en que era inútil el escapar porque aún así la volverían a encontrar, no significa que yo tampoco puedo librarme de esos tipos. ¿Tendría que vivir bajo la incertidumbre y ansiedad de no saber cuándo vendrán a por mí?
Me sentía furiosa de pensar que mi vida estaba siendo controlada por personas que ni siquiera sabía quienes eran, y que podían causar cualquier cosa para atacarme.
- Esto es absurdo. - Miré mi agenda en donde escribía cosas relevantes mías, pasé las hojas hasta llegar a una pagina que decía "Opciones". Eran mis alternativas que tenía previstas para enfrentar mi destino, las cuatro opciones ya no eran viables, todas podrían fallar.
Arranqué la hoja, la despedacé y las arrojé a la chimenea que estaba apagada. Era la primera vez que me sentía tan impotente y miserable.
"Solo tengo que sentarme y esperar mi muerte. ¿Así como tu lo hiciste, madre?"
Mis piernas se tambalearon y debilitaron, caí arrodillada en medio de la sala.
"Incluso si muero en sus manos, ¿eso significa que seguirán tras las personas con las que me relaciono solo porque tuvieron la mala fortuna de conocerme?"
Mis manos temblaron, y mis ojos comenzaron a nublarse por las lagrimas hasta que se derramaron por mis mejillas.
"¿Qué es lo que tengo que hacer? Mamá, ¿Qué hago ahora que comenzaba a sentir que se llenaba ese vacío?"
Mi respiración se agitó, me costaba respirar. Sentía que estas emociones me asfixiaban hasta el punto en el que pensé que moriría.
- Adiós chicos. - La puerta se abrió y oí unos pasos que se acercaban a mi ansiosos.
- Sasha. ¿Qué tienes? - Su voz temblaba llena de miedo.
- Respira, tu puedes hacerlo. - Unas temblorosas manos me abrazaron tratando de calmarme.
Traté de ver a mi alrededor pero todo se veía borroso. Mi mente era consiente de lo que estaba pasando y de que tenía que tranquilizarme, pero mi cuerpo no respondía.
- Sasha, mírame. - Unas manos heladas limpiaron las lagrimas de mis ojos. Vi a través de los lentes unos ojos ansiosos y llorosos de Tom.
"¿Porque esa apariencia me resultaba familiar? ¿En donde había visto esa mirada tan parecida?" Me volvió a abrazar y mi mirada se fijó en los libros apilados en la mesa de la sala.
"Oh, ya recuerdo."