--- LOUIS ---
Sabía que mis abuelos se volverían locos al conocerla, y no les juzgo, ella era una mujer maravillosa. Observé como mi hermana corría hacia la puerta para recibir a mi novia y la llevaba al segundo piso.
- ¡Ey! ¡Se supone que es la novia de Louis no la tuya Isabella! .- Gritó Joseph acercándose a donde estaba. - No puedo creer que ella se vuelva loca y te separe de mi cuñada. -
- No me molesta, es más, me siento aliviado de que se lleven tan bien. Isabella puede ser extrovertida pero cuando se trata de hacer amigos es muy cuidadosa. -
- Lo sé, me siento más tranquilo al ver que ya tiene con quien hablar y salir. Me sentía mal al verle sola. -
- Estuvo mucho tiempo en el extranjero. Fue difícil para ella el estar sola todo ese tiempo. Creo que ahora es más feliz.- Sonreí y me senté en la sala, mi hermano se sentó a mi lado y nos quedamos en silencio escuchando las risas de mi hermana.
- Louis. ¿Tu crees que ella sería igual de feliz que Isabella?.- Susurró con algo de tristeza.
- Si, creo que ella estaría feliz. - Desordene un poco su cabello.
- Hermano, me gusta verte así. Sonríes más y eres más alegre. - Me miró con una gran sonrisa. - Ya no das tanto miedo. - Bromeó y recostó la cabeza en mi pierna. - Haz cambiado mucho. - Se acurrucó y miró hacia el techo.
- Todos hemos cambiado Joseph. Los tres hemos madurado y ahora estamos buscando nuestra propia felicidad. - Acaricié su cabello y él asintió. - Estoy orgulloso de ti, lo has hecho bien todo este tiempo. Sigue así. -
- Hermano... - Sollozo Joseph mientras algunas lagrimas corrían por su rostro. Reí al ver que seguía llorando con gran facilidad.
- ¿Cómo se supone que conquistarás a la señorita Smith si lloras por todo. - Sequé con mi mano sus lagrimas y él suspiró.
- Es difícil, no se como acercarme a ella. Creo que he perdido el toque. -
- Solo acércate con sinceridad, eres un gran hombre. Eres un poco torpe pero eres muy dulce. - Intenté reconfortarlo para que no llorara más y se deprimiera.
- ¡¿Que rayos es esto?! - Rio Isabella acercándose y tumbándose a un lado de Joseph, quien casi cae al suelo al ser empujado por mi hermana.
- ¿Dónde está Sasha? - Pregunte mirando hacia las escaleras.
- Esta hablando con la madre de Ash, baja en un rato. Le esta haciendo miles de preguntas sobre la Reunión de hoy. - Bostezo y abrazó a Joseph quien también lucia algo adormilado.
- ¿Acaso son unos bebés? - Dije al ver que estaban a nada de dormirse en mis piernas. Ambos asintieron descaradamente con una gran sonrisa.
- Acaricia nuestras cabezas. Ha pasado mucho tiempo desde que tomamos una siesta los tres. - Dijo de manera linda mi hermana mientras ponía mi mano en su cabeza.
- No puedo creer que sigan actuando como niños pequeños. - Acomode el cabello de mi hermana y comencé a darle palmaditas para que se durmiera.
No pasó mucho tiempo para que ambos cayeran en un profundo sueño, mis abuelos seguían charlando en el patio y Sasha aún estaba hablando por teléfono. El sonido de los pájaros cantando comenzó a adormilarme.
Escuché una risa suave acompañada de un sonido de cámara, abrí lentamente los ojos y me encontré con Sasha sonriéndome.
- ¿Te diviertes?.- Pregunte en voz baja, intenté moverme pero no pude, mis hermanos seguían dormidos.
- No te muevas mucho o los despertaras. -Susurró ella acercándose a mí.
- Quisiera dejarlos dormir más pero si lo hago perderé la circulación de mi pierna. - Me quejé al sentir un cosquilleo en el pie.
- Espera. - Sasha corrió a tomar algunos cojines de los otros sillones. - Intenta salir con cuidado, yo les pondré esto como almohada.-
Hice lo que ella me dijo pero las cabezas de mis hermanos eran muy pesadas, Sasha intentaba no reírse de mi, pero por fin se apiado de mi me ayudo a liberarme de ellos.
- Gracias.- Susurré estirando mi pierna que estaba adormecida.
- De nada. Pero es una lastima, se veían muy lindo los tres. - Fingió estar decepcionada. - Por cierto, hace un rato vino Sebastián y tus abuelos quisieron ir a ver a su esposa, dijeron que regresarían pronto. Querían llevarme pero no quería dejarlos aquí, así que me quede. -
- Perdón, me hubieras despertado. - Intenté ponerme de pie pero el cosquilleo aún no desaparecía por completo.
- No tiene mucho tiempo que se fueron, además fue bastante entretenido verlos a los tres dormidos. - Tomó mi brazo y lo pasó por detrás de su hombro para ayudarme a estar de pie.
- Pero aún así... - Me detuve al oír que mis hermanos se movían molestos por el ruido. Le hice una seña para que fuéramos a la cocina. Al llegar a la barra me senté para no caerme.
- ¿Quieres agua? .- Me preguntó mientras ella se servía un poco en el vaso y bebía con tranquilidad.
- ¿Quieres quedarte hoy? - Pregunté y ella casi escupe el agua. - Perdón no debí ser tan directo. - Tomé un par de servilletas y le ayude a limpiar un poco de agua que escurría por su mentón.
- Pero están tus abuelos y tus hermanos. ¿No dirán algo? - Sus orejas estaban completamente rojas.
- No dirán nada, ellos estarán felices de que estés aquí más tiempo. -
- No le avisé a Ash que me quedaría, además tengo que ir a prepararme para ir a la cabaña. - Jugó con su cabello de manera tímida.
- Esta bien, solo era una sugerencia. Más tarde te iré a dejar. - Abrí mis brazos y ella de inmediato corrió a abrazarme. - ¿Cómo te sientes?.-
- Tus abuelos son muy agradables, ya no me siento nerviosa. Tenía miedo de que no les gustara. Pero ahora estoy aliviada y tranquila de conocerles.- Colocó su cabeza en mi hombro, parecía feliz.
- Me alegra escuchar que estas bien. A mis hermanos les agradas mucho. ¿Debería sentirme mal al ver que ellos tte quieren más? .- Bromee, Sasha se alejó un poco y negó con la cabeza, coloque mis manos en su cintura.
- Puedo ver que ellos te quieren mucho. Al verlos a los tres dormidos juntos me dieron mucha ternura, pero también me sentí algo celosa porque no tengo hermanos. -
- Pero ahora los tienes a ellos y a mi.- Besé su mejilla y ella sonrió.
- ¡ Hermano! ¡Shasha! Veamos una película. -Gritó Isabella desde la sala.
- ¡Ya vamos! .- Respondió Sash dándome un par de palmaditas en mi hombro para que fuéramos con mis hermanos.
Me puse de pie y comencé a avanzar de manera perezosa, ella se dio cuenta y regreso para tomar mi mano. La abracé y le besé, Sasha se sorprendió un poco pero se rio y me abrazó.
- ¡Están coqueteando en la cocina! .- Gritó Joseph al vernos abrazados mientras cubría sus ojos. - ¡Solo vine a hacer palomitas!.- Avanzó hasta la alacena con los ojos aun cubiertos.
Ambos nos reímos y fuimos hasta donde estaba Isabella quien nos miraba con una gran sonrisa.
- Las cosas van muy bien entre ustedes. Si las cosas siguen así pronto tendré un sobrino que cuidar. ¡Dense prisa!.- Estaba algo sorprendido por lo que mi hermana había dicho, miré a Sasha quien estaba ruborizada pero reía alegremente.
Me acomodé con Sasha en un sillón y mis hermanos en otro, ellos hablaban alegremente mientras continuaban bromeando. Era muy agradable el estar con ellos, así era como debería ser una familia.