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Chapter 225 - ¡Los abuelos llegaron!

--- LOUIS---

- ¿Está nervioso de haber conocido a la familia de la señorita?.- Me dijo John con una sonrisa en su rostro mientras me veía a través del retrovisor.

- ¿Me veo tan sorprendido?.- Dije aflojando la corbata y recargándome en el asiento.

- Se ve más que sorprendido...- Intento ahogar su risa, guardo silencio por unos segundos para después aclararse la garganta.- Esta completamente pálido, temía que se desmayara mientras estaba hablando con ellos.-

- No esperaba encontrarme y presentarme ante otras personas tan pronto.-

- Pero es mejor hacerlo antes, así puede hacerse más cercano a ellos.- Asentí coincidiendo con lo que decía. - ¿Ahora el siguiente destino es el aeropuerto?.-

- Si, por favor. Mis abuelos no tardan en llegar.- Tomé mi celular y entre mis contactos busque el nombre de mi hermano para después llamarle.

- ¿Qué pasa hermano?.- Dijo Joseph.

- ¿Es Louis?.- Escuche la voz de mi hermana, al parecer estaban juntos.

- ¿Están en casa?.-

- Si, acabamos de llegar.- Joseph peleaba con Isabella porque no le quería pasar el teléfono para hablar.

- Que bueno, necesito que le preparen una habitación a los abuelos, y si es posible pidan algo para cenar en casa.-

- ¿A caso somos tus sirvientes?.- Preguntó mi hermano ofendido.

- Entonces ve a el aeropuerto y yo voy a casa a hacer eso.-

-No... ve tu, yo me encargo de la casa, es posible que la abuela me regañe por no ir a verles.- Suspiró resignándose por el futuro sermón que le darían mis abuelos. - Pero ya hablando en serio creo que si necesitamos contratar a personas para que nos ayuden en casa. -

- Lo sé, John se esta encargando de eso, es posible que en dos días ya haya personas en casa.- Respondí viendo a través de la ventana. - Nos vemos en un rato, hagan lo que les pedí.- Me despedí de ellos y colgué.

- Escuche la conversación, he encontrado a algunas personas interesadas en trabajar en su casa pero sus antecedentes no son muy ...-

- ¿Tienes a algunos conocidos que puedan trabajar en la casa? Necesitamos a gente confiable que no filtre información de lo que pasa en la casa, no podemos permitir que pase algo como lo de... bueno, ya sabes.-

- Entiendo. Conozco a algunas personas que le servían a la antigua señorita, ellos trabajaron para su familia por mucho tiempo hasta que eso pasó.- John estaba tratando de ser cuidadoso con sus palabras.

- Ellos están bien, son personas confiables solo diles que no les mencionen nada de lo sucedido a mis hermanos ni a mis abuelos.- Miré mi reloj con nostalgia y cerré mi puño molesto.

- En cuanto lleguemos a el aeropuerto les contactare para que comiencen a trabajar cuanto antes.-

- Gracias John. Es bueno volver a tenerles cerca.- John asintió con una sonrisa y continuamos el resto del camino en silencio, hasta que aparcamos frente al aeropuerto,

Caminé hasta llegar a la sala de espera y tomé asiento mientras observaba como una mujer aguardaba nerviosa, en cuanto se abrieron las puertas de las personas que acaban de abordar un hombre corrió arrastrando su maleta hasta ella y le abrazo con fuerza.

- No tengas envidia, ahora ya hay alguien que te espera.- Dijo una voz suave y burlona.

- Abuela, déjame ayudarte.- Me puse de ver como mi abuelo sostenía su mano mientras que cargaba una bolsa pequeña.

Me acerqué a ella para ayudarle con la bolsa pero ella me dio un leve golpe en la mano.

- Déjame verte bien.- Me incliné un poco y mi abuela tomó mi rostro mientras me sonreía. - Has crecido más.- Me soltó y sujeto mi brazo. -Vámonos Harold.- Mi abuela soltó el brazo de mi abuelo y caminamos hacia la entrada.

- Ella siempre me deja atrás.- Se quejó mi abuelo que caminaba con un par de guardias quienes cargaban su equipaje. Al llegar al auto, pude observar que había otro aparcado justo detrás de el mío, John estaba hablando con otra persona, al vernos caminó hasta mis abuelos y los saludó, después les dió indicaciones a los guardias de mis abuelos quienes subieron al otro auto.

- Es bueno tenerte de nuevo John.- Dijo mi abuelo subiendo al auto.

- Justo eso me acaba de decir el joven Truswell.- John sonrió y abordó el auto, no habían pasado ni cinco minutos cuando mi abuela se aclaró la voz.

- ¿Y bien John? ¿Ya la conoces?.- Mire hacia los asientos de atrás en donde ambos tenían una sonrisa enorme en su rostro, la curiosidad les estaba matando.

- Si, es una joven maravillosa.- Respondió John sonriendo brillantemente.

- ¿Cuándo tenías planeado decirnos?.- Dijo mi abuelo golpeando ligeramente mi hombro.

- Todo paso de manera inesperada, no les había dicho nada porque solo llevamos un par de días saliendo.-

- ¿Pero ya se conocían?.- Insistió mi abuela.

- Si, nos conocemos desde hace un tiempo.- Respondí mientras veía como nos incorporábamos a la carretera.

- ¿Es bonita? ¿A qué se dedica? ¿Le gustaría casarse pronto? ¿Qué tal de tener unos niños?.- Soltó mi abuela haciendo que me atragantará con mi saliva.

- Juliette, estas yendo muy rápido. Louis nos acaba de decir que tienen días de haber comenzado a salir.- Regaño mi abuelo a mi abuelita quien fingía no haberle escuchado. - ¿Pero si han hablado de vivir juntos?.- Soltó mi abuelo haciendo que John soltara una leve carcajada mientras evitaba el verme.

- No hemos hablado sobre eso aún.- Dije algo avergonzado.

- ¿Pero si quieres hacerlo?.- Insistieron ambos, mi rostro se sentía cada vez más caliente y las palabras no salían de mi garganta así que solo asentí.

Al parecer el simple hecho de haber confirmado sus preguntas les volvieron locos ambos soltaron un ligero grito de felicidad mientras aplaudían eufóricos.

- ¡Ya va uno!.- Gritó mi abuelo feliz.

- ¡Faltan dos!.- Mi abuela se dejo caer en el asiento tranquila.

--- MIENTRAS TANTO EN LA CASA DE LOS HERMANOS TRUSWELL ---

- ¡Joseph ya está aquí la comida! ¡Saca algo de vino!.- Grito Isabella con dificultad mientras cargaba unas bolsas llenas de comida.

- Ya lo puse en la mesa.- Salió de la cocina su hermano para ayudarle con las cosas y mientras las colocaban en la mesa ambos estornudaron fuertemente para después sentir un ligero escalofrió en la espalda.

- ¿Deberíamos ponernos un abrigo?.- Soltó Joseph subiendo la calefacción de la casa.

- Creo que sí.- Dijo Isabella arreglándose el cabello .

Ambos subieron las escaleras y se dirigieron a su habitación para abrigarse más, sin saber que pronto estarían ahí sus abuelos quienes les interrogarían y les animarían a ir a citas a ciegas.