--- Sasha ---
El auto estaba un poco silencioso, aunque estaba cómoda en sus brazos le pregunté si había estado bien y si no era le estaba ocasionando problemas en el trabajo, sin embargo al parecer todo estaba bien y eso me hizo sentir menos culpable, aunque me faltaba algo...
- ¿No hay algo que me quieras decir?.- Le miré atenta con el corazón hecho un nudo pero me sentí avergonzada al notar que estábamos muy cerca.
- ¿Sobre que?.- Mi estado de animo cayo al suelo.
- Hemos llegado al hospital señor.- Salí del auto justo después de decirle que nos fuéramos, mis mejillas estaban un poco rosadas pero no le di más vueltas al asunto, así que me animé cuando recordé que estábamos en una cita, un tanto extraña, pero era una cita a fin de cuentas.
- Podemos ir directamente hasta el consultorio.- Tomé su mano y caminé sin detenerme hasta llegar al consultorio.
Como la puerta estaba cerrada, esperamos sentados, sentía que nos miraban pero seguramente era porque Louis llamaba la atención al estar vestido de manera formal, aunque no llevaba su saco puesto, pero se veía bastante atractivo. Por fin la puerta se abrió y salieron dos personas.
- Adelante.- Escuché, así que me levante rápidamente para no perder el tiempo. - Ahorita vengo.- Solté su mano y me dirigí a el consultorio, pero una mano me detuvo, era Louis que se engaba a dejarme.
- ¿Tu novio no quiere dejarte sola?. Pasen ambos, es bueno saber que aún hay hombres que se interesan en la salud de sus parejas.- El que nos vieran como una pareja me hizo feliz pero estaba un poco inquieta porque simple estaba sola cuando iba a el doctor, se podría decir que era una mujer independiente que hacia las cosas por su cuenta, al darme cuenta de que ya no estaría sola me hizo sentirme nostálgica.
- Bien, si no recuerdo mal su nombre es Sasha, ¿cierto?.- Asentí con la cabeza esperando que todo estuviera bien y no se complicaran las cosas. El doctor busco mis estudios por su consultorio hasta que los encontró.
- Bien, no se como decir esto.- Siempre que decían eso... ¿acaso era porque algo estaba mal? - Desafortunadamente... tendrán una pequeña bola de felicidad caminando en un par de meses.- Una bola ¿Tengo un tumor? ¿pelos? No soy un gato... ¿Un bebé? ¡Cómo iba atener un bebé si yo ni siquiera...
- ¿Esta seguro de que son míos esas cosas?.- Dije viéndole con desconfianza.
- Es una pequeña broma. Siempre quise hacerla.- ¿Pequeña? ¡Pequeño iba a ser el mini infarto que acababa de sufrir yo!
- Ya veo... ¿Entonces que tengo?.- Dije intentando sonar tranquila, escuché todo lo que me dijo, afortunadamente no era nada grave pero debía cuidarme. Al terminar la consulta recogí mis estudios y me despedí aun extrañada por aquella broma.
- Elegiste a un buen hombre.- Detuve mis pasos al oir aquella afirmación. - Cuando hice la broma él jamás soltó tu mano, ni siquiera cambio la forma en la que te miraba... Es más sus manos siguen juntas aún después de todo. Son una buena pareja.- ¡Era verdad! Él jamás dudó de mi, no cambio su actitud ni mostro algún signo de rechazo, si no al contrario estaba confundido.
Agradecimos sus palabras, nuestros ánimos estaban casi en el cielo pero su broma seguía haciendo eco en mi cabeza... ¿Tener un bebé? Jamás lo había pensado, es más, nunca había pensado si quiera en tener una pareja pero justo a mi lado había un hombre que se había robado todo.
- ¿Te duele?.- Me dijo preocupado, por otra parte yo estaba avergonzada por que no había sido discreta, aun así negué todo antes de que me hospitalizara.
- ¿Quieres que tengamos una bola de felicidad?.-
- ¿Que?.- ¿Un bebé? ¿Nosotros? Escuché unas risas así que perdí la calma e intenté llevármelo de el lugar.
- ¿No quieres?.- El tono de su voz me hizo sentirme mal causando que me parara justo cuando estaba buscando el auto.
- No es eso... Bueno, no es como que quisiera tenerlo ahora... Posiblemente después.- ¿En verdad había dicho eso? ¿Acaso estaba dando por sentado que me quedaría con él a pesar de que no éramos una pareja? ¿No estaba siendo muy egoísta con mis sentimientos?
- ¿En serio?.- Él se veía un poco feliz, ¿Cómo le iba a decir que no después de ver su carita? - Pero ¿acaso no me estas haciendo una propuesta un poco atrevida?.-
- Eh... yo...- Él había sido el que comenzó con eso.
- Es broma... Pero si quieres no puede ser broma.- Susurro mientras me abrazaba haciendo que me quedará en blanco, estaba coqueteando mucho y no podía seguirle el paso.
- Hay personas viéndonos.- Usé como excusa pero mis manos me delataron porque le abracé.
- Ajá. Bueno es hora de que comience nuestra cita.-
- ¿No había comenzado desde hace tiempo?.- Dije mirándole confundida.
- Si, pero quiero inaugurarla.- Un leve cosquilleo aparecio en mis espalda causándome algo.
- ¿Como?.-
- Así.- Cuando sentí sus labios fríos todo mi alrededor desapareció como por arte de magia, ya no me preocupaban los demás, estaba feliz de tenerle.- Te extrañé... mucho.- Sus palabras eran sinceras y yo me di cuenta de que ya no había vuelta atrás con mis sentimientos, daría todo por él. Sentía como unas pequeñas gotas impactaban en mi rostro, estaba lloviendo.
- Será mejor que vayamos a casa, te vas a resfriar.- Dije mirando hacia el auto y calculando que tan rápido debíamos correr para no mojarnos tanto.
- ¿A casa?.- Preguntó con una sonrisa.
- Sí, ¿Por.. -Entendí el porque me veía con tanto cariño, tosí un poco avergonzada. - Perdón es que estoy acostumbrada...- La verdad que siempre hablaba así con Ash y mis amigos, porque mi casa era como si fuese suya.
- Esta bien. Aceptaré con gusto tu invitación, a partir de ahora será mi casa también.- Acarició mi cabello.
- Bueno, es hora de correr, guarde mis estudios entre mi abrigo, sostuve su mano y corrimos hacia el auto. Cuando llegamos el conductor nos dio un par de pañuelos para secarnos, miré la camisa de Louis y estaba casi empapada, busqué su saco e hice que se lo pusiera, subimos la calefacción del auto y le pedí al conductor que nos llevara a mi casa, en donde si no recordaba mal tenía una camisa de él guardada.