Ambas bajamos del auto con nuestras cosas en mano y caminamos hacia la puerta de la cabaña para entrar a ella.
- ¿Esta cabaña es tuya?- Dijo Isabella mientras entraba y veía el interior de ella.
- Si, venía con mi madre durante las vacaciones.- Dije colocando la mochila en el asiento y comenzaba a recorrer la casa buscando algo sospechoso que le pusiera en riesgo, esperaba que ella se quedará en la sala esperándome en lo que yo hacía el recorrido pero ella hizo completamente lo contrario y me siguió a todos lados.
-¿Cómo es tu madre?- Susurró cerca de mi sin apartar la vista de un cuadro que estaba colgado en el segundo piso.
- Mi madre era bastante similar a mí tanto físicamente como en su personalidad.- Me sorprendí al oírme hablar con tanta naturalidad acerca de ella, sobre todo con un persona que no conocía bien, usualmente evitaría el tema y andaría con rodeos hasta que lo olvidarán.
- ¿Era? - Giró su cabeza y parpadeó un par de veces.
- Ella falleció hace unos años. - Su rostro palideció al oírme y tartamudeo un poco.
- Lo... lo siento mucho, no sabía. - Dijo agachando la cabeza como si estuviese molesta con ella por preguntar eso.
- No te preocupes, puedes preguntar lo que sea. - Sonreí para calmarle y le acaricie su cabello.
- ¿Qué buscas?... Digo, si se puede saber, quiero ayudarte.-
- Un libro o cualquier cosa que te parezca inusual, quiero intentar recordar cosas que he olvidado. - Ella asintió varias veces comprendiendo lo que quería decir y seguimos buscando en las dos plantas de la cabaña pero no hayamos nada, estaba a punto de rendirme cuando recordé que en el sótano habían cosas acumuladas. - Vayamos a revisar un lugar más.- Isabella dijo que sí, temía que ella pensará que le estaba usando pero notaba que estaba entusiasmada, era como si fuese una niña pequeña que buscaba un tesoro.
- ¿Ella es tu madre? - Señaló el mismo retrato que había llamado la atención de Mateo en mi visita anterior al lugar.
- Si. - La hermana de Louis me miraba fijamente por varios segundos para después ver la imagen de mi mamá.
- Son muy parecidas, podrían ser hermanas... Pero creo que hay algunas facciones distintas.- Dijo acariciando su mentón pensativa.
- Mi madre me dijo que había algunos rasgos de mi padre, entre ellos está el color de mis ojos.- Dije mientras buscaba en unas cajas que estaban en el fondo de un baúl.
- Tu padre...- Hizo una pausa pensando en una manera de terminar su frase.
- Nunca lo conocí, se que está o estaba vivo... El día en el que mi madre murió estábamos de camino a conocerle, pero como ya te imaginarás todo termino mal.-
- Perdón, sigo diciendo cosas que pueden no gustarte.-
- Puedes hablar de lo que sea y quieras conmigo, realmente no me molesta, me siento cómoda hablando contigo.- Le miré y noté que sus mejillas se sonrojaban, ella intentó actuar con normalidad y busco en el otro extremo de el lugar.
-¡Sasha! ¡Creo que encontré algo! - Me levanté y corrí hacia ella que se encontraba haciendo una pose extraña para alcanzar algo que estaba estancado en el fondo de varias cajas. -¡Aquí está!- Levantó un libro lleno de polvo y le soplo cosa que nos hizo toser por varios minutos. - No debí haber hecho eso ¿cierto?- Ambas nos observamos en silencio hasta que estallamos en carcajadas sin haber razón alguna, extendió su mano y me dio el libro, justo era con el que había soñado.
- Gracias, es justo lo que buscaba.- Le di un abrazo que ella me respondió con naturalidad, no sabía porque pero me sentía cómoda con ella justo como si fuera mi amiga desde hace años.
-¿Y ahora que hacemos?- Dijo después de subir a la primer planta, miré el reloj y vi que aún era temprano.
- ¿Quieres dar un paseo? - Dije tras recordar el lago, ella dijo que si con la cabeza y ambas salimos con nuestras cosas de la cabaña.