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Chapter 80 - 25: Tú no puedes dejarme

No quería estar cerca de él en este momento, pero es tan persistente que, no pude convencerlo de que me dejara. Permaneció en el suelo sin mirarme, sin hablar, y sin moverse. No soportaba lo que estaba haciendo, y decidí hacerlo levantar.

—Que sea la última vez que no me hagas caso.

—Lo siento, Emily—me abrazó, y recosté mi cabeza de su hombro—. No quería molestarte, pero no quería dejarte sola. Me parecía que estabas sufriendo por algo y yo solo quiero ayudarte.

—No hay forma de que lo hagas— no terminé de decirlo, cuando vi que detrás de él estaba mi papá.

No sé cómo había entrado, pero estaba claro que no fue por la puerta.

Levantó el cuchillo dispuesto a clavarlo en Kevin, y no tuve de otra que empujarlo contra el suelo para protegerlo.

—¡Papá! — le grité retrocediendo, para evitar que fuera detrás de Kevin—. No le hagas nada él. Todo está bien.

Físicamente se veía de la misma manera que hace años, es como si el tiempo no hubiera pasado.

Lágrimas involuntarias bajaron por mis mejillas al verlo, y poder caer en tiempo de que realmente estaba bien, que estaba vivo, que lo tenía justo enfrente de mi.

No pensé tener el privilegio de volverlo a ver. Sentía tanta felicidad y emoción, que me acerqué a él y le quité el cuchillo para tirarlo al suelo y lo abracé.

—Papá, estás bien.

—Mi princesa— me abrazó fuertemente contra su pecho, y recostó su cabeza de la mía—. Mi chiquita.

Escuché su llanto y no me ayudaba a calmarme. Estuvimos así por un largo tiempo, hasta que retrocedí, y al mirar detrás de él, había una mujer.

—¿Ella quien es, papá?

—Es la doctora que me ayudó a escapar de donde estaba.

Era delgada, tez blanca, pelo castaño, estatura baja, y se veía bastante joven. ¿Por qué no se deshizo de los testigos?

—Vamos a otra parte, papá— miré a Kevin, quien estaba asustado en una esquina—. Quédate aquí, Kevin. Luego te explico lo que sucede.

Mi papá se le quedó viendo serio y lo traje conmigo a una de las habitaciones.

—No puedo creer que estés vivo, papá. No sabes cuánto deseaba volver a verte.

—Perdóname por no haberte podido buscar antes. Fue difícil estar encerrado en ese lugar por tanto tiempo. Creí que no podría salir nunca, pero aquí estoy. Perdóname por haberte dejado sola. Sé que has debido pasar por mucho, pero te prometo que no volverá a ocurrir. No volveré a dejarte, mi pequeña— acarició mi mejilla—. No sabes cuánta falta me hacías.

—No sabes cómo te he extrañado, papá. No vuelvas a dejarme nunca más.

—No lo haré. Perdóname por no haber defendido a tu mamá. Si hubiera evitado que ella cometiera esa torpeza, nada de esto estaría ocurriendo. ¿Crees que puedas perdonarme?

—No pensemos en eso, papá. Lo importante es que estás bien, que te tengo conmigo— lo abracé de nuevo, pero esta vez más fuerte.

—Pequeña, ¿Quién es ese tipo, y por qué te estaba abrazando de esa forma tan cariñosa?

—Es mi novio.

—¿Tú qué? — volvió a hacer esa mirada seria, y sonreí.

Alcancé a ver por debajo de la puerta la sombra de alguien. Estaba segura que no debía ser Kevin, él no sería tan tonto de espiar conversaciones ajenas.

—Es una larga historia, pero luego te contaré. Ahora dime, ¿Por qué no mataste a esa doctora? ¿Por qué la dejaste viva, y por qué la trajiste contigo?

—Me ayudó.

—¿Y eso qué?

—Me ha servido de mucho, y supongo que debía pagarle de alguna manera.

—¿No me digas que te gusta?

—¿Cómo crees, pequeña?— sonrió nervioso.

—¿Acaso estás queriendo reemplazar a mamá?

—No, princesa.  Jamás podría reemplazar a Suzy. Tú más que nadie sabes que yo a quien amo es a tu mamá. Ella solo fue una herramienta para poder salir de ese lugar. Jamás podría verla como una mujer.

—¿Me estás diciendo que la estabas utilizando, papá? — sonreí.

—Sí, ¿Para qué más podría quererla? Es muy ilusa y ni siquiera hace las cosas que le digo. Nunca podría fijarme en alguien como ella.

—Eso es una buena noticia. Entonces ¿Por qué no preparamos una deliciosa cena de bienvenida con ella? — reí.

—Mi niña es toda una glotona— sonrió.

Dra. Liam

Entonces ¿De qué ha servido todo lo que he hecho?

Lo he perdido todo por él, por demostrarle que lo quiero, ¿y él solo me ha estado utilizando para lograr lo que quiere?

He sido una tonta.

Los recuerdos invadieron mi mente en un milésimo segundo. Todo se juntó.

Recordar todo lo que hice por él, y que me pague así, dolió más de lo que pueda describirlo.

Todo lo que hice, jamás lo hubiera podido hacer por nadie más.

Perdí mi trabajo,  mi dignidad, lo perdí todo. Me convertí en una criminal como él, y solo por amor.  

Los pensamientos de mi esposo se cruzaron por mi cabeza. Pensar en esa escena que presencié, en como me alimenté sin dudarlo mucho, en cómo le ayudé a preparar su más deseada cena, en como me entregué a él en todas las maneras habidas y por haber, no me ayudaba a organizar mis pensamientos.

Sentía mucha rabia, decepción, tristeza, dolor, estaba herida. No podía con todo este dolor retenido. Tenía que sacarlo de alguna manera.

«He llegado muy lejos para que todo haya sido en vano»

Emily

—¿Qué dices, papá? ¿La incluímos?

La puerta se abrió repentinamente y ambos miramos a esa dirección. La doctora tenía un cuchillo en mano, y señaló a mi padre con el.

—¡Tú no puedes dejarme! Prefiero matarme antes de que me abandones, Caden— llevó el cuchillo a su cuello, y lágrimas bajaban por sus mejillas.