Anna tenía un día bastante ajetreado por delante, por la mañana habló con su padre y preparó el pedido de telas que tenía que llevarse en su viaje, también habló con su madre y preparó la maleta, cuando se acercaba la hora de su reunión cogió su bloc, con todo lo que había planeado y fue directa al restaurante.
Era un restaurante tranquilo, no demasiado caro, pero que tenía salas privadas, donde podrían hablar tranquilamente y lo mejor de todo es que en su menú había comida japonesa, una de su preferida.
Esta vez se decidió por vestirse formal, así que opto por un vestido corto, de un tono azul aguamarina, y una chaqueta negra, no quiso ponerse tacones, sus pies lo agradecerian mañana, después de un viaje tan largo.
Le gustaba la puntualidad, así que se tropezó con Ryo al entrar en el local, con un saludo sutil entraron y hasta que no estuvieron sentados no empezaron a hablar con comodidad.
Ryo al ver a Anna se alegro muchísimo, estaba hermosa, elegante y pareció muy profesional, aunque le sorprendió ver que no llevaba tacones, no era común, pero también así pudo calcular lo alta que era, calculo que media cerca del metro setenta, aunque al lado de su metro ochenta cinco casi todo el mundo se podía ver bajito.
Una vez sentados, y habiendo pedido la comida, Anna empezó a sacar su bloc y se lo pasó a él, para que lo viera, a continuacion, cambio su sitio de enfrente de la mesa y se sentó a su lado.
-Bueno esto es lo que he preparado, hay en torno a 20 modelos completos, y como no hablamos si solo era de mujer, me he tomado la libertad y he añadido ropa de hombre y de niño.
Casi podía rosarse, mientras Anna le explicaba aquellos detalles que era importantes, Ryo se mantuvo callado, con la mirada fija en el blog pero con la mente centrada en oler la fragancia que le llegaba, era algo fresco, sutil, pero que el recordaba, como podía ser que después de tantos años ella usara el mismo perfume y que el todavía fuera llevado a aquella noche. Tuvo que hacer su mayor esfuerzo para no cojerla de la cintura y no hundir la nariz en su pelo y en su cuello, aquella mujer empezaba a tener la capacidad de volverlo loco.
De pronto Anna se dio cuenta de que no la estaba escuchando.
- ¿Que paso?- dijo despertando de su ensoñación.
- Nada en realidad, solo estaba pensando, me permites hacerte una pregunta, no tiene nada que ver con el proyecto, que sea dicho de paso me encanta.
Aquella afirmación hizo que Anna estuviera mas tranquila. Asintió para acceder a la pregunta que quería hacerle.
- ¿Qué perfume llevas?- aquella pregunta hizo sentir a Anna incomoda de pronto.
-¿ Perfume? Yo no llevo perfume, y la loción que me pongo no tiene perfume, supongo que será el olor de mi piel.
-Ahora lo entiendo.- dijo pensativo.
Aquello desconcertó a Anna , que lo miró....
-¿Que es lo que entiendes?
-Que tu olor sea el mismo que aquella vez...
-¿Qué?....recuerdas mi olor, eso es una locura, si no quieres hablar de esto, lo entiendo...pero no inventes excusas.- ella intentaba explicarle su proyecto y andaba pensando en olores, realmente estaba molesta, así que se incorporó para volver a su sitio.
Ryo rápido cogió su mano, no quería que se alejará, y una corriente fluyó entre ambos, como si hormigas caminaran entre los dos.
- No te vayas, por favor. Lo siento no quise ofenderte, perdoname, pero si es verdad que recuerdo tu olor de aquella vez... y me ha sorprendido que al acercarte a mi hoy me llegara ese perfume de nuevo.
Se le notaba una disculpa sincera, así que Anna se volvió a sentar a su lado, su corazón cabalgaba sin remedio, ese contacto era demasiado para su cuerpo...y sus palabras hacían que hasta su alma temblara, de verdad él la recordaba... de verdad ella había dejado un recuerdo en él, parecía increíble... pero parecía que él la recordaba como ella a él. Borró esos pensamientos y volvió a la realidad, necesitaba poner en orden eso antes de irse esa noche.
-Esta bien... pero Ryo necesito explicarte hoy, o no podré hacerlo en una temporada...
Aquello puso en alerta a Ryo... en una temporada... no podía desaparecer de nuevo... él no podía permitírselo. Justo cuando iba a decírselo... tocaron la puerta con la comida.
Se notaba el aire tenso, pero el camarero con gran profesionalidad iba sirviendo uno a uno los platos....