Kim Ha-neul estuvo tan concentrada en desbloquear la laptop, se dio cuenta de que le era muy difícil cumplir esa tarea que creía sencilla, su mirada gradualmente se oscureció. Sus habilidades eran excepcionales, nadie podría decir lo contrario, de hecho esta era la primera vez que un sistema de bloqueo le daba tantos problemas. Lo intento de todas la maneras posibles, se le estaba agotando la paciencia, duró así tres horas en poder desbloquear la laptop, y su ánimo cayó hasta el noveno infierno cuando tuvo que enfrentarse a ese virus informático, ella lo describiría como agresivo y escurridizo, era como la maleza que se esforzaba en echar raíces fuertes para evitar ser erradicada.
Carol sólo se sentó a un lado, tomando té tranquilamente mientras miraba a la mujer hacer su mayor esfuerzo, una suave sonrisa estaba plasmada en su rostro y en sus pupilas se ocultaba un rayo de diversión. De manera elegante se sentó con sus largas y bellas piernas cruzadas, comiendo un croissant tranquilamente y discutiendo alegremente por mensaje con Xavier.
Tres horas después, Kim Ha-neul levanto la mirada y dejó a un lado la computadora, su mirada se había atenuado aún más de cuando llegó, se veía derrotada.
- No puedo. Esto está fuera de mis capacidades.
- Lo sé - Carol se rió entre dientes - Ese virus informático fue creado por un conocido mio. No puedes competir contra alguien que se graduó de la preparatoria a los nueve años ¿verdad? Solo él mismo sería capaz de encontrar la falla en el virus, ¿qué te parece? - Carol sonrió malévolamente. El sistema de seguridad de la laptop había sido creada por su hermano, era considerado inaudito que esa mujer lo haya descifrado solo en tres horas, lo que demostraba que realmente era una genio informática, en cuanto al virus... había sido creado por el inhumano de su cuñado, era lógico que no iba a poder derrotarlo, ¿como fue qué consiguió el virus? Eran las ventajas de que a Lorena se le cumpliera cualquier capricho por ser la pequeña hermana de ese personaje tan "especial"
- Esa persona es un genio. Y quién creó el sistema de seguridad sin duda tiene habilidades superiores a las mías - Kim Ha-neul suspiro con frustración.
- Pues déjame decirte que si te ofrecí trabajar para mí es para proteger a "esa" persona del hombre de la fotografía - la sonrisa de Carol gradualmente cayó, dejando un rostro frío y serio - Es cuestión de principios.
- ¿Y por qué me eligió a mi? - Kim Ha-neul estaba algo sorprendida.
- Dos razones - Carol agitó dos dedos frente a la cara de la mujer - La primera es porque tú estatus internacional puede igualar el estatus nacional del hombre de la foto. La segunda es porque, en caso de que te niegues a ello, yo pueda suplantar tu identidad fácilmente.
- ¿Suplantarme? - Kim Ha-neul frunció los labios con desdén - Eso depende de tu capacidad...
- ¿Me estás probando? - Carol entrecerró los ojos, al momento siguiente ella soltó una suave carcajada, posteriormente le respondió a Kim Ha-neul imitando perfectamente su voz - Es malo subestimar a las personas que no conoces.
La cara de Kim Ha-neul cambio de blanco a rojo y después a blanco otra vez. Sus labios temblaron y sus oraciones se atacaron en su garganta.
- Un día, 24 horas... un día para elegir si aceptas o no mi propuesta... - Carol siguió hablando con la voz de Kim Ha-neul, jacie del que a la mujer se le pusieran los pelos de punta. Carol agachó su cabeza y recogió la foto de Anaconda para entregársela a Kim Ha-neul, recuperando su voz normal dijo - Le deseo suerte en sus contemplaciones, señorita Kim Ha-neul...
Carol recogió la carpeta, su tablet y su bolígrafo y lo guardo en su bolso, se colgó el bolso negro en un hombro y caminó hacia la puerta, se detuvo junto al hombre de verde y le habló de manera indiferente - No olvides llevarla de vuelta.
- Si Señorita C. N. - el hombre inclinó su cabeza en señal de respeto, vio la distinguida y seductora figura de la mujer pelirroja desaparecer en la distancia.
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Carol se quitó la máscara y la guardó en su bolso despreocupadamente, una sonrisa disimula que mostraba una parte de sus dientes blancos adornó bellamente su agraciado rostro, sus vivaces ojos esmeralda se cubrieron con rayos de espectativas al pensar en la expresión derrotada de la mujer de ojos verde helecho. Ella no era tinta, no quería fingir su muerte, sabía que eso destrozaría a sus padres y especialmente a su hermana, no quería hacerlo. Ya había visto desde lejos la actitud de Kim Ha-neul, por lo que no estaba indefensa ante su rechazo, Carol decidió que si hacia fingir su muerte esa sería su última opción. Por otro lado, si Kim Ha-neul aceptaba trabajar para ella, no sería difícil para Carol tomar su lugar cuando quisiera, sería un trabajo en equipo. Carol estaba ansiosa por recibir la respuesta a su oferta, aunque estaba un 90% segura de que Kim Ha-neul aceptaría después de aquella demostración fantástica.
- De tan buen humor - una voz seductora se escuchó desde su costado - ¿estaría de buen humor para cenar conmigo?
Carol miró de reojo a Xavier que la había seguido desde la última división de pasillos, resopló suavemente.
- Una vaca vieja añorando el pasto tierno [1]
El rostro de Xavier osciló entre verde y rojo. Intento reprimir su intención de ahorcar a esa joven mientras apretaba los dientes con fuerza.
- Sólo tengo 25 años, ¿es tan necesario que me humilles así?
- Y yo solo tengo 19... Haz las cuentas Doctor - Carol puso los ojos en blanco con leve desdén en su sonrisa.
- Tú... - Xavier estaba perdiendo la paciencia.
- Jajajajaja - al ver el rostro malhumorado del hombre, Carol soltó una sonora carcajada mientras se cubría la boca con su mano - Sólo estoy jugando contigo... deberías controlar tu mal genio...
- Tks - Xavier chasqueó la lengua y dió un par de pasos más largos para dejar atrás a la mujer.
- Hey - Carol le alcanzo con algo de esfuerzo - Tómalo por el lado amable.
Xavier levantó su ceja y miró de reojo a la chica que estaba casi trotando para mantenerle el paso.
- Hoy no puedo ir contigo. Tengo un asunto que resolver en casa... - Carol le agarró el antebrazo suavemente, congelando a Xavier en el acto - Pero mañana estoy libre... por si estás dispuesto a esperar...
Al ver que la cara de la mujer enrojecía un poco por la timidez, Xavier no pudo evitar sonreír suavemente, estiró su mano para acariciar la cabeza de la chica y le respondió suspirando:
- Está bien. Puedo esperar. Saluda a tu sobrina de mi parte.
Xavier acarició una última vez la cabeza de la chica antes de alejarse en una división del pasillo, por supuesto reacio a hacerlo, pero el deber le llamaba.
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[1] Alguien viejo anhelando estar con alguien más joven. Creo que está expresión ya debería ser común para ustedes l@s lectores, sinceramente aparece en un muchos libros de esta app.
NOTA DEL AUTOR
(╯°□°）╯︵ ┻━┻
Me libro de una cosa y me aparece otra. La vida universitaria es cruel.
¿Saben qué? Cuéntenme de sus países, así nos ayudamos mutuamente a superar el encierro por la pandemia
└|∵|┐♪