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Carol corrió activamente por el pasillo, llevaba una bolsa en sus manos y en su mirada se reflejaba preocupación aunque su expresión no era tan emotiva. Finalmente llegó a la puerta de la oficina de su hermana y después de recuperar aire decidió golpear la puerta.
'Toc-toc-toc'
Se escuchó una voz masculina que le decía desde adentro: - Adelante.
Carol entró a la oficina y exhaló al ver a su hermana sentada tranquilamente en un sofá tomando una taza de café, al parecer no había cambios drásticos en su expresión pero aún así Carol determinó que su hermana estaba de mal humor.
- Marta ¿Qué sucedió? - preguntó Carol acercandose a ella.
Marta no respondió pero levantó su cabeza para mirar a su hermana, después se agachó y levantó los zapatos rotos para ponerlos frente a Carol.
- ¿Crees que se pueda reparar? - preguntó Marta con su voz más cálida debido a que le hablaba a su hermana pequeña.
Carol los tomó con su mirada algo impactada, después de mirar con atención el daño en las zapatillas Carol suspiró con resignación y dijo:
- No se puede arreglar sin que se note que han sido reparados. Es terrible ya que estos zapatos eran de marca y de edición limitada, sólo hay quince pares de estos en todo el mundo...
Marta suspiró con resignación, su humor no parecía mejorar ni una gota, apretó los dientes al pensar en esa atrevida mujer que la empujó y abrazó a Miguel como si fuera algo suyo, estaba enormemente irritada y Carol lo notó con solo una mirada.
- ¿Quieres explicarme qué pasó? - preguntó Carol sentándose frente a su hermana.
- Alguien me empujó mientras estaba parada en el pasillo - respondió Marta poniendo la taza vacía sobre la mesita a su lado.
- Ya veo... Pero no es por eso que estás molesta - Carol miró a su hermana con una expresión extrañamente seria.
- No se te escapa nada ¿eh? - Miguel se unió a su conversación con una sonrisa burlona en sus finos labios.
Marta lo fulminó con la mirada, lo que hizo que Miguel riera, pero después se silencio y no volvió a participar en la conversación.
Carol miró a su hermana con una mirada fría, está actitud era extraña en ella y hacia que Marta recordará súbitamente las semanas después de la brutal muerte de sus padres biológicos, su corazón tembló con tristeza y sus normalmente tranquilos ojos verdes se tornaron en un pozo profundo de sentimientos encontrados.
Marta desvió la mirada con nerviosismo y su cara parecía algo pálida mientras empezaba a hablar:
- Una mujer me empujó abruptamente mientras hablaba con Miguel... y se lanzó a sus brazos como si le perteneciera...
La expresión de Carol gradualmente se calentó y volvió a tener una amable sonrisa en sus labios, sus ojos volvieron a tener ese brillo alegre que siempre tenían, calmando instantáneamente a Marta.
- Ya veo... Jajaja ... Eso es nuevo, con tu difunto marido jamás mostraste sentimiento s de celos aunque él prácticamente tenía un séquito de mujeres que estaban dispuestas a todo por un poco de su atención... - los ojos esmeralda de Carol expresaban al mismo tiempo diversión y sorpresa.
Al escuchar esto el cuerpo de Miguel se puso rígido, no podía olvidar que Mateo se había casado con la mujer que más amaba y que además había tenido, no uno, sino dos hijos con ella, no lo había admitido en el pasado pero ahora que lo pensaba recordar esto le llenaba la boca de un mal sabor, aunque jamás dejaría que nadie lo notará.
Marta se puso las zapatillas que su hermana le había dado y le entregó las zapatillas dañadas con algo de nostalgia en lo profundo de sus ojos esmeralda, después antes de que Carol se fuera de la oficina le dijo:
- Voy a mudarme.
Carol se detuvo en seco pero no se dio la vuelta para mirarla, preguntó desde esa posición:
- ¿A donde?
- Con Miguel.
- Es tu decisión, te apoyaré sin importar qué - con estas palabras Carol abrió la puerta y se alejó de la oficina con pasos firmes, la sonrisa en su rostro era radiante y la alegría en sus ojos se intensificó haciendo que todo el que la viera no dejará de mirarla, su apariencia alegre atrajo mucha atención y el resto del día estuvo de un humor tan bueno que era contagioso.