- Si usted lo dice - la recepcionista volvió a su actitud monótono y poco amable, se notaba que no había tenido un buen día, pero eso a Michelle poco le importaba porque cuando se dio la vuelta dijo con voz baja:
- Eres inútil. Así jamás te ascenderán.
Fue bajo pero la recepcionista alcanzó a oírla y levantó la cabeza para fulminarla con la mirada para sólo darse cuenta de que ya le daba la espalda, resopló por lo bajo y continuó con su trabajo.
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Marta y Miguel salían de la reunión con los funcionarios de la empresa, sus asuntos estaban resueltos y estaba programado que un director novato llamado Xander Guerrero dirigiera la grabación de la nueva película titulada Mariposa Pérdida, escrita en mayor parte por Marta y Miguel aunque con aportes de otra guionista recién llegada llamada Elaine Williams, últimamente gracias a la influencia de Lorena en el presidente Narváez se habían tomado medidas para dar oportunidades de trabajo a los artistas de la nueva generación, aunque por supuesto bajo una estricta vigilancia por los directivos, esto le favoreció publicidad a la empresa y al distinguido presidente Manuel Narváez.
- Eso fue... extenuante... - comentó Marta caminando hacia el ascensor.
- Lo sé... Dove Hillman puede llegar a ser... difícil... - respondió Miguel caminando a su lado.
Marta suspiró y se dio la vuelta para ver el cincelado rostro de Miguel, la expresión de ella se distorsionó entre cariño y seriedad.
- ¿Aceptarás la invitación de Cooper?
- ¿Lo de las audiciones?... No lo sé... Nunca me ha gustado mostrarme demasiado ante desconocidos... - respondió él mirándola desde su metro con 85 centímetros.
Marta esbozo una sonrisa burlona antes de responder:
- Pareces más adecuado para ser un presidente de una empresa de finanzas que un guionista.
- Eso intento. Pero me contrataron para que te ayude con los guiones y eso haré sin importar que esté aquí o no - dijo él dando un paso adelante, más cerca de ella.
- Gracias por tu apoyo... creo que si no hubieras llegado me habrían despedido y habría tenido que buscar trabajo en otra cosa.
- No te preocupes, ahora que estoy contigo no sufrirás - Miguel le acarició la mejilla con un brillo singular en sus ojos.
De repente se escucharon pasos desde el pasillo cercano, ninguno reaccionó a tiempo y solo se dieron cuenta de la presencia de otra persona cuando ella dijo con voz alegre:
- ¡Miguel!
Marta miró furtivamente en la dirección de la voz y al momento siguiente sintió que era empujada por la mujer, perdió el equilibrio y casi cae al suelo si no fuera porque alcanzo a agarrar una cortina de la ventana junto a ella, pero su movimiento fue tan brusco que el tacón de su zapato se rompió por dar el mal paso.
'Clack'
Ella lo lamento un poco, no era demasiado apegada a las cosas materiales pero esos tacones se los había regalado su hermano para su cumpleaños. Su mirada normalmente tranquila e indiferente se tornó turbia al instante, el aura que ahora desprendía hizo que a Michelle le recorriera un escalofrío por la espalda.
- ¡Marta! ¿Estas bien? - Miguel alejó a la mujer de ojos color ámbar con un movimiento rápido para ayudar a Marta a estabilizarse, su mirada reflejaba profunda preocupación.
- De... De verdad lo siento... - intento decir Michelle reconociendo internamente su gran error, esa mujer era aterradora y no se veía como alguien a quien le pesaría la mano para defenderse de un ataque tan básico como el suyo, de hecho parecía que podría mandarla a volar con una bofetada, en cierta forma se parecía a la aterradora aura que emanaba el presidente Narváez...
'Pah--'
Como si hubiera leído el destino, Michelle recibió una bofetada que la hizo dar un paso atrás, miró estupefacta a la mujer que aún se equilibraba gracias al abrazo de Miguel.
- El empujón puedo perdonartelo porque pudo o no ser un accidente. Que te quede claro algo, no se abraza así a los novios de otras personas...
- ¿Novio? - la mejilla de Michelle empezó a hincharse, la marca roja era muy clara en su piel.
- ¡Sí, NOVIO! Miguel es MI novio, ¿entiendes? Lo diré una sola vez y espero que lo entiendas: Si buscas problemas, no me culpes por ser descortés. He visto a muchas como tú antes y te aseguro que nunca me peso la mano para enseñar a esas arrastradas a respetar lo que no es de ellas. No quiero volver a verte cerca de mi novio - la expresión de Marta no admitía discusión, su mirada eran como cuchillos helados que atravesaban a Michelle.
Michelle palideció mientras daba un paso atrás, parecía como que su alma la hubiera abandonado, su último recurso fue mirar a Miguel para pedir ayuda pero él la miró con indiferencia, como si ella no existiera. Sostuvo su mejilla hinchada y se alejó lentamente por el pasillo, se sentía como que hubiera sido drenada de vida, de haber sabido que esa mujer iba a ser tan implacable jamás le habría desafiado abiertamente, es más, desearía jamás haberse metido en el camino de esa aterradora reina de hielo, Michelle nunca olvidaría el terror que sintió cuando ella la miró con enojo, prefería desistir de su venganza contra Miguel a buscarse un trauma por la venganza de la mujer que ahora estaba al lado de él, al parecer se había buscado ese problema por nada, sólo esperaba no tener que cruzarse con ese monstruo helado otra vez