Después de caminar sin rumbo por un tiempo, mientras estabilizan su respiración, ambas tomaron un taxi, se dirigieron a Seven Flowers Park, por dos razones, la primera era que estaba bastante lejos del lugar de su percance, la segunda era que ya faltaba una hora para las cinco de la tarde y habían acordado reunirse con Manuel allí a esa hora.
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Manuel llegó con su auto al Seven Flowers Park, lo estacionó y buscó con la mirada a su hermana y a Lorena, no las vio de inmediato así que decidió bajar del auto. Se sentó en una silla de piedra cerca de su auto, se dio cuenta de que llamaba la atención debido a su atuendo pero decidió ignorar la situación, siempre le había importado muy poco lo que pensara la gente, está actitud se había desarrollado en él desde niño y no se había desvanecido de él desde entonces.
Después de esperar por unos minutos, las vió llegar desde lejos, ellas iban corriendo, está situación hizo sonreír ampliamente a Manuel. Cuando llegaron dónde estaba él, preguntó conteniendo su risa:
- ¿Y a ustedes que les pasó? Se ven demasiado desaliñadas, casi no las reconozco.
- ¿Quieres, por favor, dejarnos respirar? No estamos de humor para tus chistes - dijo Carol mientras jadeaba y miraba severamente a su hermano.
- ¿Qué mosca les poco ahora?
- Estuvieras igual o peor si hubieras tenido que correr por tu vida - dijo Johana mientras trataba de peinar su cabello castaño claro.
La expresión de Manuel cambió inmediatamente, su expresión tranquila fue reemplazada por una expresión sombría, con su voz grave dijo:
- ¿Qué sucedió? ¿Están bien las dos?
- Estamos bien, te lo explicaremos en el sótano.
Sótano, así era como los trabajadores se dirigían a las instalaciones de Secret& Discreet Company, para no levantar sospechas de nadie, era una técnica que funcionaba la mayor parte del tiempo.
- Está bien.
Los tres se dirigieron a la compañía, desaparecieron por el callejón que siempre usaban, de hecho era la única entrada que Carol y Manuel conocían, pero eso pronto cambiaría.
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Sarah Peterson, una mujer de 27 años de edad, de cabello negro con un mechón de color azul océano, sus ojos color verde oscuro, su piel color melocotón, sus rasgos sinselados y casi hoscos, complexión delgada, casi enfermiza, de estatura baja y agilidad ósea casi inhumana, era conocida como La Sombra en el bajo mundo, un mundo en el que había entrado por desesperación, pero que ya era imposible para ella dejarlo, la había consumido por completo, ya nadie podía ayudarla, nadie podía salvarla, quién lo intentará rápidamente moriría. Sarah estaba caminando hacia un callejón, con un hombre encapuchado detrás de ella.
- Vaya, creí que no darías la cara, La Sombra - una mujer con capa negra se acercó desde la oscuridad.
- Demonio Sangrienta, sabes que yo siempre enfrento mis problemas.
- Que bueno que sea así. Lo que hiciste fue demasiado impulsivo, Anaconda no estará feliz cuando se enteré.
- Anaconda puede hacer lo que se le dé la regalada gana, no es como si fuera la primera vez que me obliga a complacerlo, ¡soy su esclava a causa de un error que cometí hace cinco años!
- ¿Y crees que yo estoy mejor que tú? Tú sólo le debes tu libertad, yo le debo mi vida, ¡perdí mi vida por su culpa!
- Él no te obligó a matar a esa niña. Yo era una simple ladrona antes de toparme con él, mis manos, mis manos estaban limpias antes de conocerlo, pero ahora me da asco mirar mis manos, ¡me da asco mirarme al espejo!
- Yo creí que podría escapar de él, era una niña ingenua, una tonta. Con el tiempo entendí que mi vida ya no me pertenecía a mi, Anaconda me la robó. Después de un tiempo deje de sentir pena por mis víctimas, ellos mueren me guste o no, su muerte salva mi vida y la tuya, y la de todos los estúpidos que por error nos cruzamos en el camino de Anaconda.
- Tienes razón, nadie puede escapar de Anaconda, todo el que lo intenta, termina muerto. Pero Anaconda buscaba un aliado en el tal Miguel Flórez.
- Miguel Flórez es el único con la inteligencia para vencer a Anaconda, por eso él lo quería como aliado y no como enemigo.
- Lástima que muriera en el terremoto.
- Miguel Flórez no murió, La Sombra, si Johana Botero sigue viva, eso quiere decir que Miguel Flórez también.
- Anaconda estará molesto cuando se enteré de eso.
- Es cierto, pero Miguel Flórez parece sufrir de amnesia, esto beneficia a Anaconda.
- En realidad... la pequeña Johana fue en busca de una genetista, creo que la amnesia es un simple disfraz.
- Dejala ser, por ahora haremos como que no sabemos nada, eso les dará ventaja, ojalá la aprovechen.
- Nos matará si se entera.
- ¿Quién se lo dirá? Ten por seguro que yo no.
- Yo tampoco.
- A propósito, ¿qué le pasó al hombre que le quebraron la botella de vidrio en la cabeza?
- Morirá desangrado en una hora, esa mujer tiene muy buena puntería.
- Es verdad, si se junta con las personas correctas, puede tener una posibilidad de sacarnos de este infierno. ¿Qué hay de la otra?
- ¿La de la barra de metal? Es ágil, rápida e inteligente, sabe actuar en situaciones de presión, además tiene buena puntería y conoce puntos frágiles del cuerpo humano.
- Nada mal, haber si con eso ganan ventaja. Vamos.
La Sombra siguió a Melani fuera del callejón, antes de salir de él, Melani se giró hacia el otro hombre parado detrás de Sarah, sin mayor aviso le disparó en la frente, dándole el golpe de gracia y dejándolo muerto en el suelo.