Miguel la miraba fijamente, sus ojos fijos en los de ella, sentía una emoción indescriptible al ver esa mirada brillante de ella, sin poder evitarlo acarició cariñosamente la cabeza de ella con su mano, sintiendo un hormigueo al tocar su suave y delicada piel...
El tiempo pareció detenerse, estaban ellos solos en el mundo. Marta no rechazó su caricia, sentía que se arrepentiría si lo hacía, simplemente lo miró y le sonrió tímidamente, sus mejillas se sonrojaron y su mirada brillante se nubló levemente, se quedó quieta, recibiendo tranquilamente el cariño del hombre frente a ella.
- ¿Marcela?
Ella le escuchó hablar, con su voz suave y melodiosa le respondió:
- ¿Si?
- Descansa hasta mañana aquí...
- Está bien pero...
- ¿Pero qué... ?
- Es que no quisiera incomodarte...
- Está bien, jamás me incomodaría tu presencia.
Marta sonrió ampliamente al escuchar esto, sin saber por qué, aceptó la propuesta:
- Está bien, me quedaré contigo.
Miguel la miró por un rato, de repente escuchó que su teléfono sonaba, miró quién era y su rostro se volvió levemente frío, mirándola afligido dijo:
- Debo contestar.
Marta asintió con una expresión levemente decepcionada.
Miguel vió la expresión de Marta, sonrió y se acercó a ella para darle un beso en la frente, los ojos de ella se abrieron por la sorpresa, él se alejó mientras contestaba el teléfono.
- ¿Hola?
- Buenas tardes Señor Botero, soy Madelyn Hatter, la Secretaria de la Señora Viviana.
- ¿Le puedo ayudar en algo?
- La Señora me ha pedido que le informe que tiene un espacio libre para hacerle su examen.
- ¿Para cuando?
- Para el lunes en la mañana, a las siete, se que usted trabaja también en la mañana, pero esta es una oportunidad única, si la rechaza, la próxima cita disponible sería dentro de diez días.
- Entiendo, tomaré la cita del lunes.
- Lo agendaré, que tenga buena tarde.
- Que tenga buena tarde.
Miguel colgó la llamada y miró por un rato la pantalla del celular, suspiro para sus adentros, todo estaba pasando demasiado rápido, se preguntó si así podría sacarle ventaja a Melani Flórez, había logrado recordar algunos pequeños detalles sobre ella, ya estaba consciente de que esa mujer era peligrosa.
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Lorena y Carol corrían tan rápido como les daban las piernas, todavía podían sentir que eran seguidas, no por una sino por cinco o seis personas encapuchadas, corrían cada vez más agitadas y el pasaje por donde corrían estaba desierto, no había personas que las ayudarán.
Lorena miró desesperada a su alrededor, con la esperanza de encontrar algo útil, de repente vio una vara mediana de metal tirada a unos metros de distancia, en la otra acera, mirando la cara de Carol, ella señaló discretamente la barra de metal, Carol asintió en seguida y ambas empezaron a correr por separado, Carol corrió en dirección a la barra de metal, seguida de cerca por dos personas encapuchadas, agarró la barra mientras corría y no se detuvo a mirar a atrás.
Lorena siguió corriendo por el mismo lado de la calle, observando los movimientos que hacía Carol, cuando vio que ella agarró la barra de metal, buscó algo en su bolso, sacando una botella de vidrio con un contenido transparente, la abrió y empezó a derramar el líquido tras de ella, escuchó un golpe seco detrás de ella.
'Pah'
Sabía que una de esas personas había caído, pero aún quedaban tres de ellas persiguiendola.
Carol corrió con la barra de metal en la mano, divisó a pocos pasos un carrito de verduras lleno de lechugas, usando la barra de metal levantó el carrito por sobre su cabeza y lo lanzó detrás de ella.
'Bang'
Se escuchó un golpe fuerte, al segundo siguiente la caída de alguien se escuchó, Carol sonrió al escuchar el sonido, había logrado noquear a uno y hacer tropezar al otro, ya no había nadie que la siguiera, buscando a Lorena con la mirada, Carol vio que a ella aún la seguían dos personas, con un movimiento firme, lanzó la barra de metal a la acera opuesta, logró noquar a uno de ellos.
Lorena sintió que todavía la seguía alguien, miró el reflejo por su reloj y vio que era una figura grande con capa negra, aminoró el paso y simplemente lanzó la botella de vidrio vacía por encima de su cabeza, logró aventar el golpe en la cabeza del encapuchado, este cayó inmediatamente inconsciente al suelo, dejando un charco de sangre junto a él.
Lorena y Carol tomaron direcciones opuestas, en caso de que aún las siguieran, después de unos giros más, se volvieron a encontrar, dejaron de correr mientras jadeaban.
- ¿Estas bien? - preguntó Lorena entre jadeos.
- Estoy bien - respondió Carol.
Después de caminar sin rumbo por un tiempo, mientras estabilizan su respiración, ambas tomaron un taxi, se dirigieron a Seven Flowers Park, por dos razones, la primera era que estaba bastante lejos del lugar de su percance, la segunda era que ya faltaba una hora para las cinco de la tarde y habían acordado reunirse con Manuel allí a esa hora.