A finales de agosto la mayoría volvieron a sus casas, solo nos quedamos María, Daniel, Adam, Peter, Will y yo. El verano no podía terminar mejor, una tarde nos quedamos solos Daniel y yo. Nos fuimos con las bicis a pasear, cuando nos encontramos una casa en ruinas. Daniel dijo que quería mirar dentro, estaba casi derruida pero parecía entera. No me hacía gracia, como soy una miedica no quería entrar pero al final entré por no quedarme sola fuera porque él me dijo:
-Pues espérame aquí, yo voy a entrar, tengo mucha curiosidad.- Entramos, yo iba cogida de Daniel y él me rodeaba la cintura con un brazo. Entramos en lo que se suponía que era el recibidor, recorrimos toda la planta baja, la cocina, un salón y una salita. Estábamos entrando en una habitación cuando oímos unas voces, Daniel me pidió con un gesto que guardara silencio, nos escondimos y vimos a unos 5 chicos. Todos iban con pantalones cortos y camisas de botones, llevaban unas deportivas de colores llamativos. Algunos estaban algo borrachos uno de ellos llevaba una cerveza de litro en la mano. Se la estaban pasando mientras hablaban de algo, subieron a la planta de arriba diciendo que buscarían a los de las bicis. Se había creído que éramos dos chicos por que mi bici es negra y azul, nada femenina. Mi miedo aumento mucho, Daniel esperó a que estuvieran lejos para sacarme de allí. En la salida nos encontramos a dos, cerca de nuestras bicis. Daniel me dijo:
-No tengas miedo solo son unos estúpidos, no van a hacernos nada.- Daniel se dirigió hacia ellos y les dijo:
-¡Hola tíos! Vamos a coger nuestras bicis y nos vamos.- Ellos se rieron y gritaron diciendo:
-¡Mira, pero si son una parejita! Nosotros que pensábamos que eran dos chavales.- llamaron a los demás, pero para cuando los otros les oyeron ya habíamos cogido las bicis, uno de ellos se puso en medio diciendo:
-¡No saldréis de aquí!- intento pegarle a Daniel y él lo tumbo de un puñetazo, para cuando los demás bajaron ya nos habíamos ido. Nos dirigimos a casa, por él camino Daniel dijo:
-¡Uf! Por poco, no volverá a pasar.- Me temblaban las manos, nunca había visto a Daniel golpear a nadie. Era muy fuerte, pero seguía teniendo miedo, cuando oímos unas motos que se nos acercaban. Me gire y no podía ser peor, eran los tíos de la casa, giramos por un camino lleno de baches para hacer que fueran más despacio y llegamos a unos campos.
Nos escondimos en un campo, pasaron de largo pero para asegurarnos nos esperamos un rato. Dejamos las bicis apoyadas en un árbol, después en silencio vimos que no había nadie. Nos sentamos en unos bloques de cemento, yo estaba temblando como una hoja. Daniel me abrazó y me dijo:
-¡Tranquila! no van a encontrarnos, así que intenta calmarte. De todas maneras yo te protegeré, no te harán nada.- No se oía nada de motos ni coches, estaba abrazada a Daniel cuando escuchamos unas voces. Eran esos chicos, iban a pie y por eso no los habíamos oído-
Se nos acercaron y le dijeron a Daniel:
-Tu gancho de derecha no esta mal, pero no será lo mismo cuando te la juegues con todos. Esa muchachita, esta muy buena, no es bueno que solo te la quedes para ti. ¡Venga, vamos a divertirnos!- No era justo siete para dos, Daniel me escondió detrás de él. Un par de ellos se nos acercaron, intentaron pegarle a Daniel pero este les esquivó. Estaban bastante borrachos y era fácil esquivarles pero también eran muy peligrosos. Mientras esos dos le distraían, otros dos me cogieron de los brazos, cuando lo hicieron grité intentando soltarme. El grito se escucho por todo el campo, uno de ellos dijo:
-¡Haz que se calle o no podremos jugar!- Intente quitármelos de encima pateando y gritando, cuando uno de ellos me puso un pañuelo en la boca. Me golpearon tan fuerte en la barriga que creí que me desmayaría pero no lo hice. Levanté la cabeza lo mínimo para ver como entre dos sujetaban a Daniel mientras los otros le pegaban. No podía parar de llorar, estaban centrados en él cuando sonó el móvil de Daniel. Ellos se giraron y Daniel aprovecho para pegarles a los que lo sujetaban. Pero rápidamente volvieron a sujetarle, esta vez le golpearon más fuerte diciendo:
-¡Ahora no te irás tan feliz! Vamos a darte lo tuyo, después nos darás las gracias por hacerle un favor a tu chica. No creas que seremos amables con ella pero te aseguro que se lo pasara muy bien.- Se oyeron un par de coches, pero ninguno se detuvo, tenía la cabeza agachada cuando uno de los que había golpeado a Daniel me tocó la cintura. Tenían a Daniel cogido entre 4 y los otros tres estaban conmigo, le estaban obligando a mirar como me metían mano. Daniel les decía todo tipo de barbaridades, pero para callarle le volvían a pegar diciendo:
-¡Cállate! ¡No ves que así será peor para ella! Cada vez que te portes mal se lo haremos pagar a ella, ¿eso es lo que quieres?- Él que me estaba tocando volvió a golpearme, grite pero el pañuelo retuvo mi voz. Daniel se dejo sostener, no quería que me hicieran más daño.
Intenté quitármelos de encima, moviendo los brazos y las piernas, pero tenían más fuerza que yo. Me obligaron a tumbarme en el suelo, por suerte ese día llevaba pantalones vaqueros largos ajustados. Él que tenía las manos libres me levanto el top, diciendo:
-¡Vamos se buena! Muéstranos un poco de carne, es verano hay que mostrar la piel, veamos tus pechitos de nena.- Después me levanto el sujetador, intente gritar cuando se puso a tocarme los pechos. Empezó a lamerme y estaba tocándose mientras empezaba a chuparme los pechos. Uno de los otros dijo:
-Tiene buenas tetas, ¿jugamos o vamos a por el premio grande?- Estaban quitándome los pantalones, les costó bastante pero me los bajaron hasta las rodillas. Uno de ellos se bajo los pantalones mostrando su miembro, cogió una de mis manos y dijo:
- Si eres buena no le pegaremos hasta matarlo, ¡venga! Solo tienes que tocar y mover tu mano, es fácil.- Como no me movía se puso mi mano encima y se tocaba solo, después dijo:
-Tiene las manos muy suaves, da mucho placer.- Uno de los otros se acercó diciendo:
-¡Pues venga yo quiero con sus pechos!- Se montó encima de mi, puso su miembro entre mis pechos y empezó a rozarse. Unos instantes después sentí algo caliente en mi mano y en mi pecho. Después de desahogarse uno dijo:
-¡Tíos sus tetas dan mucho placer!, imaginaos como seria estar dentro de ella. ¡Sera el cielo!- Estuvieron jugando a tocarme íntimamente hasta que sus manos llegaron a las braguitas. Uno de ellos se puso a tocar por encima, después dijo enseñando su mano mojada:
-¡Mirad! Ya esta lista, ¿la terminamos de desnudar?- Estaba empezando a bajarme la ropa interior al oír que los demás decían que si. Antes de que hicieran algo más se me resbalo el pañuelo y volví a gritar. Por suerte unos señores que pasaban por allí me oyeron. Parecía que iban a venir pero no vinieron pero le dieron una ventaja a Daniel. Dos de los que sujetaban a Daniel empezaron a correr asustados, los que quedaban no salieron con suerte. Daniel les golpeo con furia, los que me tenían cogida a mí no salieron solo con unos golpes. En cuanto Daniel los cogió a uno a uno empezó a golpearlos, los demás se fueron corriendo. Él que quedaba se fue en cuanto Daniel lo soltó al oírme llorar, estaba intentando levantarme.
Me temblaba tanto todo que no podía vestirme sola, Daniel me ayudó a limpiarme con pañuelos, también me vistió y me abrazó diciendo:
-¡Lo siento! ¡Vámonos a mi casa! No hay nadie y no tendremos que explicar nada.-Cuando se me paso un poco el susto y podía andar nos levantamos, abrazados cogimos las bicis, nos aseguramos de que nadie nos veía, por que mi aspecto era bastante delatador. Llegamos a su casa, sus padres no estaban y no había nadie en casa como el había dicho. Me llevo al baño y me dijo un poco apenado pero lleno de rabia:
-¿Dónde te han pegado? Límpiate con el jabón, te sentirás mejor. No se como pedirte que me perdones, ha sido culpa mía. Últimamente no hago más que pedirte perdón, ¿Qué clase de novio soy? - Le dije que solo tenía un par de golpes en la barriga, le cogí y le senté en un taburete diciéndole que estaba bien. Me ayudo a limpiarme, me arregle el pelo, tenia muchos enredos. Después le ayude a quitarse la camisa, me temblaban las manos y al ver los moratones dije:
-¡Oh! ¡Dani!- Estaba llorando, Daniel se levanto y me dijo cogiéndome la cara:
-No es nada, ¡estoy bien! no es la primera pelea que tengo. Los chicos nos peleamos por todo, estoy bien. Además tú has recibido la peor parte. ¡Esos cerdos!, como los vuelva a encontrar te juro que los mataré, no se merecen vivir.- Entonces intentando cambiar de tema para calmarle un poco le dije:
-¿Pero que les dirás a tus padres cuando te digan de ir a la playa mañana?-Daniel me dijo que les diría que no quería quitarse la camiseta y ya esta, lo hice girarse para verle la espalda, en ella habían más moratones. No podía dejar de llorar, me sentía fatal, Daniel me dijo:
-¡Por favor! No sigas llorando, no puedo soportar que por mi culpa te haya pasado esto. ¡Te lo ruego! ¡Perdóname!-Se cubría la cara con mis manos, sentí como sus lagrimas me tocaban las palmas. Le dije mientras intentaba no llorar mas:
-No ha sido culpa tuya, gracias a ti no me han hecho más daño. El que ha recibido más eres tú. Ahora lo único que necesito es que me abraces e intentar calmarme, no quiero pensar en esto.- Daniel me abrazo suavemente y me dijo:
-¡Te quiero! Puedes llorar todo lo que quieras, lo único que espero es no volver a encontrármelos por que no sé que les haría.- En sus brazos llore hasta que no pude más, eso me calmo mucho sus brazos me daban mucha seguridad. Le cure unos cuantos golpes a Daniel poniéndole cremas para los hematomas, cuando llegaron sus padres fingimos que me estaba ayudando a encontrar el jabón de manos que se había terminado.
Les dijo a sus padres que se había caído de la bici haciendo el tonto en una pendiente. Su madre dijo de llevarle al medico, por si acaso dijo que si. Él medico dijo que no era grave que solo tenia unos cuantos golpes, pero que no tenia nada roto. Le receto unos anti inflamatorios y después al ver un arañazo en mi cara dijo:
- ¿Tú también te has caído?- Le dije que no, que solo era torpe, que había sido jugando con mis primos pequeños. Después cuando llegamos a su casa me acompaño a la mía, en la puerta me dijo:
-¿Seguro que estas bien? Estoy bastante preocupado, no puedo estar tranquilo. Sé que ahora mismo no puedo hacer nada por cambiarlo pero te juro que no volverá a pasar.- Le acaricie la cara con suavidad y le dije mientras le abrazaba:
-¡Estoy bien! No te preocupes más nos vemos mañana en la playa. Además dentro de nada volveremos a casa y nos olvidaremos de lo que ha pasado.- Daniel negó con la cabeza diciéndome que él no lo olvidaría y que vendría con Adam y conmigo a comprar. Me beso con mucha ternura, me quede unos minutos entre sus brazos y después entre en casa. Nadie se dio cuenta de nada, después de cenar me fui a mi cuarto donde intente no pensar en ese momento. Aunque la noche fue horrible tuve pesadillas con lo ocurrido. Como no podía dormir así que cogí una pastilla de valeriana de las que me da mi madre cuando estoy muy nerviosa. Cuando hizo efecto me quede frita, solo soñé con estar con Daniel los dos solos abrazándonos y besándonos.