Su Xiaomo parecía aterrorizada y se quedó allí estupefacta. ¡Mierda! ¡He Jiayu estaba loco! Se acurrucó en su silla y mordisqueó sus dedos, luciendo muy inquieta. Mordisqueó un dedo tras otro y, para cuando terminaron las clases de la mañana, todas sus uñas se habían reducido a casi nada.
He Jiayu vio sus dedos desnudos, perdido en sus pensamientos.
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Mediodía.
Su Xiaomo arrastró a An Xiaxia a la cafetería. Pidió tres veces su cantidad habitual de comida, lo que sorprendió a An Xiaxia.
—Momo, ¿qué te pasa?
—¡Pregúntale a He Jiayu! ¡Aaah! ¡Está loco! ¡Dijo que se iba a casar conmigo frente a todos! —Su Xiaomo quería golpearse la cabeza contra la pared.
An Xiaxia parecía preocupado.
—No sé sobre eso... Pero estoy segura de que te romperás el estómago primero si sigues comiendo así.
Antes de que pudiera decir algo más, una figura alta se sentó a su lado y dejó un plato de... patas de pollo con pimientos en vinagre.