Sheng Yize quedó anonadado.
—¡Jajaja! —Qi Yanxi se rio de su situación. Luego bajó un globo y se lo entregó a Si Bai—. Toma. ¡Bien hecho, chico! ¡Ahora, ve a hacer feliz a tu esposa con el globo! Cásate con su hija tan pronto como puedas...
—Gracias, señor —Si Bai le dio las gracias y luego se fue corriendo hacia Pepsi.
Sheng Yize dijo con resignación:
—Es muy difícil ser padre de una hija...
Qi Yanxi dijo descaradamente:
—Siempre está la posibilidad de darme a tu hija, ¿sabes? Puedo criarla por ti.
—Je —lo miró por el rabillo del ojo—. ¡En tus sueños!
—Tch, como quieras.
Los dos hombres discutieron un poco como siempre lo hacían hasta que Sheng Yize cortó la disputa con una frase.
—Voy a volver con mi amada esposa e hijos ahora. Nos vemos, Flor...
Se despidió de Qi Yanxi, lo que molestó mucho a este último. Qi Yanxi luego le mostró el dedo de en medio.
—¡Púdrete!
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