—Pero llevan casados algo así como una eternidad... —An Xiaxia estaba confundida.
¡Simplemente eran demasiadas coincidencias por un día!
—Cariño —Su Xiaomo aclaró su garganta y tomó el brazo de He Jiayu—, ¿me amas?
La piel detrás de las orejas de él se sonrojó. Pese a lo avergonzado que estaba, asintió levemente.
—¿Ves? Él me ama y yo lo amo. Somos una pareja tan dulce, así que todos los días son como una luna de miel para nosotros —le dedicó una sonrisa radiante y luego se sentó a su lado—. ¿Qué hay de ustedes? ¿Adónde van?
An Xiaxia no pensó dos veces esa pregunta. Le contó todo, incluyendo su itinerario completo. Su Xiaomo y Fang Shanshan intercambiaron miradas y luego se gesticularon un "ok" mutuamente. Yize vio lo que estaba pasando y puso una mano en su frente, resignado. An Xiaxia era igual de ingenua que siempre, sin darse cuenta de que estaban a punto de tener muchos malos tercios durante este viaje.