—Mm... —An Xiaxia suspiró de la frustración. ¿¡Alguna vez había sido capaz de contenerse en la cama!?
—¿Estás llena ahora? —Sheng Yize bajó la mirada hacia ella.
—Sí.
—Entonces vamos a casa —le dedicó una sonrisa cómplice y la condujo hacia la salida.
Ella estaba un poco tímida. Para evitar posibles vergüenzas, fingió jugar con su teléfono y no lo miraba a los ojos. En Weibo, la página de las noticias locales había estallado.
—Estoy en el área de SN, el restaurante. ¡Alguien con suficiente dinero para derrochar hizo un espectáculo de fuegos artificiales! ¡Es tan lindo!
—¡Aah! ¡Ese es el lugar n°1 para propuestas en Ciudad Yu! ¡Apuesto que alguien estaba haciendo eso!
—Eso es tan romántico. Me pregunto quién es la chica afortunada. ¡Qué envidia!