—Cuando lo rescaté, estaba inconsciente, pero seguía murmurando tu nombre —Lan Yu sonrió—. Desde ese entonces he querido saber y he tenido curiosidad por la chica que le gusta.
An Xiaxia se sobresaltó. Kang Jian había dicho que la identidad de la persona que lo había salvado era bastante delicada y era la razón por la que no podía regresar. Esta Lan Yu... ¡debía ser más de lo que aparentaba!
Al percibir el peligro, retrocedió con susto para alejarse de ella.
—¿Por qué escapas? —Lan Yu era experta entendiendo a la gente. No pudo evitar reírse—. No te voy a comer.
—Je...
—Ahora que te conocí, veo que King tiene buenas razones para quererte —le dedicó una sonrisa cómplice—. ¿Escuché que estás casada?
—Sí... y tengo un par de mellizos.
—Bien por ti —levantó una ceja.
An Xiaxia no sabía qué tan sincera era y no tuvo más opción que seguir sonriendo y haciéndose la muerta.