—Tengo que hablar con él y contigo —Xiao Cheng era muy directa.
—¿De qué nos tienes que hablar? —preguntó, rascándose la cabeza.
—Sr. Sheng —justo en ese momento, llegó Sheng Yize. Xiao Cheng se burló de él con una sonrisa—, su esposa es mucho más amable que usted.
Él le lanzó una mirada indiferente y frunció el ceño, por lo visto, incapaz de recordar su nombre.
—Ustedes los hombres influyentes y sus malas memorias. Soy Xiao Cheng y solía ser tu excusa para rechazar a todas esas chicas. ¿Ni siquiera recuerdas mi nombre? ¿En serio? —aparentemente, lo conocía muy bien.
—Eres tú —ahora la reconocía—. ¿De qué necesitas hablarnos?
Estaba un poco sorprendida. La pareja le había hecho la misma pregunta, sin hablar entre sí.
—Vine por el asesinato de Song Shi —se puso seria y les mostró sus credenciales—. Apreciaríamos que el Sr. y la Sra. Sheng cooperaran con nuestra investigación.