Li Canxing miró a Li Fanxing en silencio.
—Claro que no... —su mirada le dio escalofríos. Li Fanxing presionó su pecho con una mano y fingió una sonrisa—. Canxing, ¿no deberías estar con Song Shi? ¿Por qué regresaste?
—Song Shi está muerto. ¿No te enteraste? —de repente subió la voz.
—¿Qué? —fingió una expresión de sorpresa—. ¡Dios! ¿¡Cómo que está muerto!?
—¿¡Qué pasó!? —su padre estaba aún más sorprendido.
—Lo... mataron —Li Canxing sonrió—. Vi que alguien lo apuñaló con mis propios ojos...
—¡Canxing! —Li Fanxing la interrumpió, con una sonrisa perfecta—. Debe haber sido un golpe muy duro para ti. Ven, descansemos. No pienses mucho, ¿sí?
—Así es —su padre tomó sus palabras al pie de la letra—. No temas, Canxing, ¡estoy aquí para ti! ¡Te protegeré sin importar qué!