—¿Cuándo llegaste? —An Yibei ajustó sus lentes, sin revelar nada en su cara.
—Hace un momento —Sheng Yize sonrió con superioridad.
—Hablemos afuera. Está durmiendo —lo llevó hacia afuera.
Afuera del departamento había un jardín pequeño y silencioso rodeado por una reja blanca. Plantas potus doradas se enrollaban alrededor de la reja, salpicándola de pequeñas flores blancas.
—¡Xiaxia es tu hermana! —le dio un puñetazo en la cara.
¡Eso era asqueroso! Con razón An Yibei había sido hostil con él desde el principio, con razón nunca había tenido una novia en todos estos años, con razón le importaba tanto An Xiaxia... Todos pensaron que eso solo demostraba lo cercanos que eran como hermanos, pero ¡habían ignorado el hecho de que, en realidad, no eran parientes!
—¿Lo disfrutaste? —dijo An Yibei con tranquilidad—. ¿Necesitas dar unos puñetazos más?