La pareja que asaba la carne estaba susurrando entre sí.
—¿Qué pasa entre esos dos? —preguntó Fang Shanshan.
—Creo que a él le gusta, pero ella no sabe —respondió Chi Yuanfeng.
—¡Eso es tan romántico! —gritó ella.
—¿Solo piensas en eso...? —dijo él.
—¡También pienso en que te gusto! ¡Jiji! —respondió.
Chi Yuanfeng no sabía qué decir.
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—¡Habla! —An Xiaxia agitó el tenedor, poniendo la cara más feroz en la que podía pensar.
Para Kang Jian, eso era lo mismo que una vana amenaza, pero aun así le produjo un sabor amargo en la boca.
—De verdad no es nada...
—¡De verdad te pegaré! —avanzó, pero se tropezó con una silla y cayó al suelo con un pum. Y se cayó de cara...
—¿Para qué te molestas? —al verla ponerse de pie cubierta de polvo, él frunció los labios—. No tienes oportunidad de ganar.
—¿¡Quién dice!? —agitó su puño y le dio un golpe.