En la habitación VIP.
Sheng Yize había despertado y ahora estaba recostado sobre su almohada con la cara seria. El personal médico y su asistente tiritaban con el aire amenazante que emanaba.
«¡Aah! Sra. Sheng, ¿dónde está? ¡Regrese ahora o no viviremos para ver otro amanecer!»
—Sheng Yize… —todos voltearon hacia la puerta al unísono cuando escucharon esa suave voz.
A sus ojos, An Xiaxia acababa de aparecer con una aureola en la cabeza. ¡Su salvadora regresó! El aire escalofriante que emanaba Sheng Yize se esfumó al instante y le lanzó una mirada rápida. No sabía lo que estaba pensando y supuso que seguía enojada con él.
—¿Tienes hambre? ¿Quieres un poco de congee?
—Mm —dijo en voz baja mientras escaneaba la habitación con los ojos.
Todos captaron la indirecta de inmediato y desaparecieron, dejando a su jefe y esposa solos. An Xiaxia le acercó la comida y él actuó como un hombre débil y lisiado.