Ejem... Había pasado tiempo desde la última vez que la engañó. Estaba oxidado. Sheng Yize arregló su expresión, puso una cara acongojada y entró a la habitación de Abuela Sheng con An Xiaxia. Abuela Sheng yacía en la cama, con la cara totalmente pálida. Una máscara de oxígeno cubría su nariz y boca y la habitación estaba llena de todo tipo de equipos de apariencia complicada. An Xiaxia rompió en llanto de inmediato.
—Xiaxia... ven aquí —la llamó débilmente.
—Abuela —se le acercó, llorando—, ¡estarás bien! ¡En la actualidad, la tecnología médica es muy avanzada y estoy segura de que te mejorarás, siempre y cuando seas optimista!
—Nah, estoy muy vieja para eso —suspiró—. Hasta aquí llego... Mi último deseo en el mundo es que tú y mi pequeño sean felices juntos. Prométeme que tendrán un adorable y hermoso bebé y no olvides quemar dinero de joss[1] para mí de vez en cuando...