Su Xiaomo: ...
—¡Déjame recordarte que soy tu exnovia! —dijo Su Xiaomo con un tono santurrón—. Así que no... Mmm...
Antes de que pudiera terminar su oración, He Jiayu la había acorralado en la cama...
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Terminó más de una hora después. Mientras que él lo había disfrutado, ella estaba tan cansada que casi se quedó dormida. Le mostró el dedo de enmedio.
—¡Cerdo!
—Gracias por el cumplido.
Ella puso los ojos en blanco, resignada. Antes de quedarse dormida, escuchó la suave voz de He Jiayu.
—Si no te quieres casar conmigo, yo me casaré contigo.
Espera. Eso no sonaba bien... Sin embargo, el sueño arrasó con ella antes de que pudiera decir algo.
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El día siguiente, An Xiaxia seguía en el hospital bajo observación, pero Sheng Yize tuvo que regresar a casa por las reiteradas llamadas de la Abuela Sheng.