—¡La vida es muy corta y quiero aprovecharla al máximo! ¿Qué tiene de malo ser una idiota? ¡Solo quiero vivir para mí misma! —dijo arrogantemente Su Xiaomo. Justo entonces sonó una voz en su cabeza.
"¡Harás exactamente lo que se te ordena o te quedarás de rodillas en el estudio toda la noche de nuevo!"
Se tambaleó un poco antes de arrastrarse de vuelta a la realidad. La puerta de su habitación privada se abrió y chicos guapos de todos los tamaños y formas entraron. Robustos, maduros, jóvenes... Hasta había un travesti que les guiñó el ojo...
—Momo... —An Xiaxia estaba avergonzada. Le susurró a Su Xiaomo—, ya te divertiste lo suficiente. Vamos a comer algo...
—¡Pague dinero real por esto! —sonaba muy honesta. Luego apuntó a un par de chicos en el grupo—. Tú y tú, quédense. El resto se puede ir.