Su Xiaomo agitó sus largas pestañas. Espera, ¿por fin decidió hacerlo?
—Soy toda tuya... —hizo un elaborado espectáculo, fingiendo ser una chica tímida.
¡Muaja, ja, ja, ja! ¡Sexo! ¡Por fin! ¡Estaba extasiada!
—¡Esta noche me comeré toda la carne y tú te quedarás mirando! —dijo He Jiayu, protegiendo los platos con sus brazos. Ya no podía soportarlo.
Su Xiaomo: ...
—Cómeme a mí. Soy deliciosa —estaba a punto de llorar.
—Tú... —a él parecía que le estuviera dando un derrame—. ¡Ponte una correa!
—¡No te gusto si soy reservada, ni tampoco si soy osada! —se enfadó—. He Jiayu, ¡lo que tienes de seductor, también lo tienes de complicado!
Luego se fue a ver TV, enojada. Él suspiró, resignado. Esa tonta... Se quitó el delantal y se dio una ducha. Llevaban años viviendo juntos. Aunque nunca habían dado ese paso final, llevaban mucho tiempo compartiendo la cama...