Por el rostro de Wen Qing pasaron tantos colores que parecía un caleidoscopio. Era muy divertido de ver.
—¿No estás muy grande para actuar como una niña consentida? —An Yibei frotó su cabeza y lucía un poco menos como el abogado despiadado que era. Sonrió un poco y dijo—: Te debería dar vergüenza.
An Xiaxia rio.
—Gracias a todos por cuidar a mi hermana —después de ese espectáculo de hermanos cariñosos, él paseó la mirada por la habitación educadamente—. Soy An Yibei del estudio jurídico Crono. Siéntanse libres de visitarnos si alguna vez lo necesitan.
Luego se fue pausadamente. La oficina estalló mientras todos hablaban al mismo tiempo.
—¿Estudio jurídico Crono? ¿Ese abogado realmente famoso? ¿El que puede derrotar a un panel de abogados sin ayuda de nadie?
—Es tan atractivo... ¡Esa apariencia reservada que tiene solo me hace querer arrancarle el traje!
—Tch, ¡aléjate! ¡Bruta!