An Xiaxia siguió al Emperador Zhou de regreso a la agencia de prensa, luciendo derrotada. No solo habían fracasado en conseguir fotografías, sino que él había quedado con rasguños del forcejeo. En el camino de regreso estaba serio y estalló cuando volvieron a la agencia.
—¡No conseguimos ninguna foto y es tu culpa! ¡Buena para nada! No solo me dejaste en ridículo, sino que tampoco lamentas tu error... —no escatimó en palabras duras y se descargó con ella, lo que atrajo un gran público.
Ella lo escuchó con una expresión seria. Sabía que estaba haciendo esto en público a propósito. Así, solo sería su culpa...
Suspiró. Qué cruel eran las políticas laborales. No hizo ningún esfuerzo en explicar su situación y dejó que Emperador Zhou desahogara su irritación.
—¡Eso es todo! —siguió por casi veinte minutos antes de decir condescendientemente—. ¡Regresarás a hacer tu pasantía! ¡Nada más de salidas a terreno conmigo!