—¿Eh? ¿Por qué? —An Xiaxia se sorprendió.
Así que no estaba solo en su cabeza. El Sr. Song de verdad era raro.
—¿Tal vez ustedes se conocían de antes? —Yin Qinghan frotó su cabeza—. De cualquier forma, parece que siente algo como amor y odio por ti. Según mi familia, puede que el Sr. Song parezca un hombre refinado y civilizado, pero, en realidad, tiene un carácter extraño. Se dice que, cuando era joven, tendía a ser violento... Con una persona así, está todo bien si le gustas, pero cuando no...
—Ya veo —asintió—. Gracias.
—Bueno... adiós. ¡Te veré en la próxima competencia! —él agitó su mano para despedirse. Llamó a su chofer y partió de regreso a Ciudad Yu.