Más sabe el diablo por viejo que por diablo. Papá An fue el primero en darse cuenta y soltó una risita.
—Yize, esa fue una muy buena forma de decirlo...
—¡Me casaré con Xiaxia! —An Xiaxia estaba totalmente desconcertada. Sheng Yize tomó su mano con fuerza y dijo con seriedad—. ¡Vine a pedir su mano!
—¡Mocoso! ¡Tenías todo planeado! —la cara de An Yibei era tan sombría que lucía mortífero. Luego Papá An lo detuvo—. Cielos, estoy un poco mareado.
—¿Es grave? —tanto An Yibei como An Xiaxia se inquietaron—. ¿Deberíamos ir al hospital?
—Estoy bien. Solo necesito acostarme —dijo débilmente. Entonces An Yibei lo ayudó a subir con inquietud.
Cuando Papá An paso por al lado de Sheng Yize, le pestañeó. Su mirada se volvió muy cariñosa cuando se posó en An Xiaxia. Sheng Yize entendió la amabilidad de Papá An de inmediato y tomó la mano de ella con más fuerza.
—¿Quién dijo que me casaré contigo...? —ella estaba muy avergonzada—. ¡No lo haré!