Las palabras de Li Fanxing eran tan seductoras como una adormidera, tentando a Mu Li...
—¡No te creo! —sacudió la cabeza reiteradas veces.
—Entonces ve a preguntarle tú misma —Li Fanxing rio—. Te lo contará todo si cree que eres su amiga. Si se contiene... Je... ¿tengo que decírtelo?
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Después de terminar una página de ejercicios, Mu Li recordó las preguntas inquisitivas que le había hecho a An Xiaxia ese día. Luego rajó la hoja con la punta de su bolígrafo, con fuerza.
«An Xiaxia, ¿de verdad me consideras tu amiga? Lo siento, pero ya no eres mi amiga.»
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An Xiaxia se quedó dormida durante la clase de física. El profesor de física era el decano de la escuela y su clase era tan desconcertante como sus reprimendas. No podía hablar por más de diez minutos sin hacer un comentario sarcástico. Al final, no lo pudo soportar. Se apoyó en su escritorio y se quedó dormida.