An Xiaxia casi saltó del sofá con su voz siniestra.
—¿No te gusta la fecha? —preguntó Abuela Sheng, con una voz preocupada—. Podemos escoger otra... Octubre es a fines de año, ¿no?... En el calendario lunar, octubre ya es noviembre en el gregoriano...
¡Quedaban por lo menos dos o tres meses hasta eso y no podía esperar tanto!
—¿Qué hay de septiembre? —sonrió amablemente.
—Lo siento, Abuela Sheng... —An Xiaxia luchó internamente por un largo rato antes de responder cautelosamente—. Pero todavía no me quiero comprometer...
La atmósfera de la habitación cambió de forma abrupta con esas palabras. La expresión de Sheng Yize se volvió fría y volteó a verla. Ella bajó la vista, nerviosamente.
Tanto la abuela, como el abuelo Sheng parecían decepcionados. De verdad la querían y deseaban sinceramente que se comprometiera con Sheng Yize.